Familia

La llegada de un sobrino: Un regalo maravilloso

Tíos/as y sobrinos/as; una relación de lo más especial

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Tía y sobrino
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La llegada de un sobrino es uno de los eventos más increíbles en la vida de los tíos. Sin la responsabilidad de la crianza sobre sus hombros y con la libertad de revivir su infancia a través del pequeño, este acontecimiento puede cambiarles la vida en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, muchas de las personas que se convierten en tíos empiezan a percibir la vida de forma más optimista, recuperan su motivación por disfrutar de las pequeñas cosas y dedican más tiempo a las actividades que les apasionan. Aunque estos no son los únicos beneficios de la llegada de un sobrino a casa.

¿Cómo nos beneficia la llegada de un sobrino?

1. Aprendemos a amar de forma incondicional

El verdadero amor no impone condiciones, no se supedita a obligaciones ni imposiciones, se ama porque sí, porque hacerlo nos hace sentir bien. Amar incondicionalmente a alguien nos hace disfrutar de la vida intensamente sin esperar nada a cambio e independientemente de los errores que esa persona pueda cometer. Si no hemos tenido hijos, un sobrino nos enseñará lo que significa amar incondicionalmente.

2. Recuperamos la ilusión por vivir cada momento

Muchas veces estamos tan preocupados por el futuro o tan anclados en el pasado que olvidamos disfrutar el presente. Sin embargo, los niños son el mejor antídoto contra las preocupaciones, excelentes maestros del mindfulness que nos enseñan a vivir el aquí y ahora y nos ayudan a recordar nuestra infancia, recuperando la ilusión por las pequeñas cosas.

Tío y sobrino

3. Adquirimos experiencia

Si aún no tenemos hijos, pero queremos tenerlos algún día, convivir con un sobrino nos permitirá ganar experiencia. Pasar tiempo a su lado será una especie de práctica cotidiana que nos preparará para cuando tengamos nuestros hijos. Y si no estamos muy convencidos de que queremos tener nuestros propios niños, un sobrino nos permitirá formarnos una idea de lo que significa tener un pequeño en casa y el compromiso que deberemos asumir como padres. Junto a él, aprenderemos sobre el desarrollo infantil y la educación, nos enseñará tanto la parte positiva como la negativa.

4. Aprendemos a perdonar a los demás

A muchos nos resulta difícil perdonar y pasar página. Hay quienes incluso se quedan anclados en el pasado reviviendo continuamente viejas afrentas. Sin embargo, solo cuando logramos perdonar de verdad somos capaces de liberarnos de la pesada carga de ira y desencanto. Los sobrinos nos enseñarán cómo hacerlo. Obviamente, ellos también se enfadan y lo muestran, pero son capaces de hacer las paces rápidamente. De hecho, no hay nada como tener cerca a un niño para aprender a perdonar y olvidarse del rencor.

5. Disfrutamos más de los pequeños detalles

A medida que crecemos nos vamos volviendo inmunes ante los pequeños detalles de la vida y pasamos por alto ese precioso atardecer o esa pequeña flor que crece al lado del camino. Nuestros sobrinos nos lo recordarán, harán que volvamos a fijarnos en esos detalles cotidianos y que los disfrutemos. Así recordaremos que para ser felices no necesitamos mucho, sino tan solo ser capaces de valorar todo lo que tenemos y nos rodea, y sentirnos agradecidos por ello.

6. Volvemos a sentirnos únicos

El cariño y amor que nos brinda un sobrino nos hace sentir únicos y especiales. Aunque todavía no puedan hablar, con cada gesto es como si nos dijeran que somos irremplazables en su vida, que no existe otro tío/a igual a nosotros. Esta sensación, además de hacernos sentir muy bien, fortalece nuestra autoestima y hace que deseemos rodearnos de personas que nos hagan sentir de la misma manera. Obviamente, también nos anima a hacer que los demás se sientan así.

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