La influencia en niños y adolescentes a través de la conexión emocional
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Establecer límites puede ser una tarea agotadora para los padres, e incluso una tarea ingrata, pero es una oportunidad perfecta para fortalecer la conexión con los hijos mientras se nutre su crecimiento. Una de las tareas más importantes es enseñar a los niños a estar en el mundo y a saber comportarse adecuadamente, siendo una persona saludable tanto física como mentalmente… Y para hacer esto, se necesita influencia.
Hay diferentes formas de influir en el comportamiento, pero no todas funcionarán de la manera que te gustaría que lo hicieran. Los niños de forma natural quieren hacer felices a sus padres y que se sientan orgullosos de ellos, pero también es importante que aprendan, experimenten y desarrollen su propia mente y su pensamiento crítico.
Cuando los niños y adolescentes realizan cosas que están por debajo de las expectativas de los adultos puede ser por diferentes motivos, como por ejemplo:
- Se espera que hagan algo para lo que no están listos según su desarrollo evolutivo (como que un niño de tres años comparta juguetes solo con decírselo)
- Está experimentando el mundo y los límites del mismo (algo normal y saludable)
- Está experimentando su independencia y mostrando su identidad
- Está enfadado o avergonzado por tener que obtener la aprobación
- No hay reglas claras
- La forma de responder del adulto puede influenciarle o alejarle emocionalmente
Construyendo la influencia a través de la conexión emocional
Los niños que están emocionalmente conectados con sus padres tendrán más probabilidades de medir su comportamiento de acuerdo a su respuesta. Si sienten tu propia decepción (siempre que no se acabe en vergüenza o en la ira), los niños estarán motivados a hacer lo correcto para restablecer sus sentimientos de cercanía y conexión con sus padres.
Los niños cuando encuentran en sus padres un apoyo incondicional tendrán más probabilidades para buscar su consejo a medida de que crecen, a mostrar sus opiniones y también, permitirán que la conexión emocional que tienen con sus padres influya en el desarrollo de sus propios valores. Además, cuando existe una buena conexión emocional con los padres, los niños y adolescentes tendrán menos necesidad de mentir o guardar secretos para evitar las consecuencias o reproches de sus padres.
Cuidado con los castigos
El uso de castigo, crítica o vergüenza para influir en el comportamiento de los hijos debilita la conexión emocional entre vosotros. En lugar de construir su voluntad de participar, escuchar y aprender de ti, las reglas estrictas y los duros castigos son más propensos a crear cólera y resentimiento, dejando a los niños sintiéndose incomprendidos o defraudados.
Las reglas estrictas y las duras consecuencias probablemente harán que los niños hagan lo que quieran pero sin que tú te enteres. Lo que ocurre es que su comportamiento se creará para evitar las consecuencias negativas en lugar de tener una motivación intrínseca para hacer lo correcto. Cambiará su comportamiento para evitar problemas, en lugar de cambiar sus actitudes o pensamientos e incluso sus sentimientos, acerca de lo que está haciendo. Por tanto, no estarán aprendiendo los verdaderos valores.
Cuando hay demasiadas reglas o las que hay no las entienden, habrán menos probabilidades para que los niños y adolescentes sean capaces de pensar por sí mismos. Esto hará que no se preocupen por su comportamiento ni tampoco les interesará saber por qué algunas reglas son importantes para convivir en familia o en sociedad.
No poner reglas tampoco funciona
Ser demasiado permisivo tampoco es correcto, porque entonces no tendrán tu guía ni la seguridad de saber qué se espera de ellos. A los niños y adolescentes que se les da menos orientación y más libertad de lo que pueden manejar será perjudicial para su desarrollo. Los padres demasiado permisivos a menudo tratan de influir en el comportamiento usando regalos o sobornos. Aunque no hay nada malo en que exista una consecuencia positiva (después del fútbol se puede ir a comer un helado), nunca debe ser utilizado como una consecuencia directa para redirigir la mala conducta (si dejas de pegar a tu hermano, puedes jugar más rato a la tablet).
Si no hay límites claros y coherentes en la educación de los niños, la conexión emocional se puede ver seriamente perjudicada. Los niños necesitan límites para poder trabajar sus propias oportunidades para que los niños desarrollen autocontrol y disciplina, en caso contrario… no podrán conseguirlo.
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