¿Qué es la inclusión educativa y por qué es importante para los niños?
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Vivimos en un mundo globalizado en el que cada vez existe una mayor diversidad en las aulas. Desde niños con problemas de aprendizaje o con un talento especial hasta pequeños de otras culturas y/o etnias, de diferentes estratos sociales o con distintos niveles de concentración, la diversidad en el contexto educativo es una realidad a la que los profesores deben hacer frente día a día. Sin embargo, lo cierto es que contar con una mayor diversidad en el contexto escolar no siempre garantiza una inclusión educativa.
¿Qué se entiende por inclusión educativa?
A menudo solemos confundir los términos diversidad con inclusión educativa cuando en realidad se trata de dos conceptos muy interrelacionados pero diferentes. El primero hace referencia a la convivencia e interacción de niños de diferentes culturas, razas, religiones, estratos económicos…en un mismo contexto educativo. En cambio, se entiende por inclusión educativa la integración de esa diversidad en el aula, de manera que cada niño se sienta parte del grupo. La inclusión educativa no solo se refiere al respeto a la diversidad sino a su aprovechamiento como fuente de aprendizaje y enriquecimiento en el contexto educativo.
Según la Unesco, “se trata de un proceso: medidas y prácticas que abarcan la diversidad y crean un sentido de pertenencia, basado en la convicción de que cada persona tiene valor y encierra un potencial y debe ser respetada”. Esto significa que no solo se limita a aceptar a los niños que se salen de la “norma” sino que respeta su condición y su potencial y los utiliza en pos del crecimiento del grupo educativo, de manera que estimula su sentido de pertenencia mientras favorece el aprendizaje colectivo.
De hecho, la inclusión educativa se basa en el principio de que cada niño tiene intereses, necesidades y capacidades de aprendizaje distintos y establece que deben ser los sistemas educativos los que se modifiquen para tener en cuenta la diversidad de dichas características. De ahí que la inclusión educativa también implique adaptar el sistema curricular para brindarle a cada niño los recursos que necesita para aprender y crecer como personas. Esto conlleva contar con planes de estudio más personalizados que comprendan las necesidades educativas de los diferentes estudiantes y se enfoquen en brindarles las herramientas adecuadas para potenciar su aprendizaje y desarrollo.
¿Por qué es importante apostar por la inclusión educativa?
Sin duda, el principal objetivo de la inclusión educativa consiste en facilitar la igualdad de oportunidades para todos los niños, independientemente de su origen, cultura, sexo, religión, nivel socioeconómico o competencias. Sin embargo, apostar por la inclusión educativa también es fundamental para estimular el desempeño académico, el desarrollo social y emocional y la integración de los niños, a la vez que fomenta el respeto por la diversidad desde una edad temprana. ¿Otras ventajas?
- Favorece el aprendizaje de valores desde la infancia.
- Contribuye a prevenir el bullying en el contexto escolar.
- Mantiene a raya la marginalización y la exclusión de los niños más vulnerables.
- Mejora la autopercepción y la autoestima de los niños.
- Facilita la interacción social y la comunicación desde una edad temprana.
- Promueve el trabajo en grupo y la colaboración.
- Ayuda a que los niños desarrollen una mentalidad de crecimiento y sean más abiertos.
Claves para abrazar una inclusión educativa real
Para abrazar una inclusión educativa real el primer paso consiste en contar con un programa de estudio inclusivo que incluya tareas y actividades concretas para atender las necesidades particulares de cada niño y fomentar su desarrollo. Por supuesto, debe tratarse de un programa flexible que permita su adaptación a los diferentes contextos escolares y que pueda modificarse según las necesidades. Sin embargo, también es fundamental fomentar una actitud más abierta e inclusiva en los educadores, que serán los encargados de implementar las estrategias en la práctica. Independientemente de ello, existen algunas claves que resultan de vital importancia para abrazar una inclusión educativa real.
1. Relación personalizada
Tomarse el tiempo necesario para conocer a cada niño es fundamental para implementar una política de inclusión educativa real. En este sentido, es importante que los educadores conozcan las características, intereses y motivaciones de cada estudiante, pero también sus condiciones de vida, cultura y religión, lo cual les permitirá identificar sus potencialidades y necesidades. En este sentido, los juegos de preguntas, los juegos de roles y la observación pueden convertirse en herramientas muy útiles para acortar distancia con los niños y conocerlos mejor.
2. Metodologías activas
Utilizar métodos educativos que promuevan una participación activa de los niños es una excelente manera de involucrarlos en su propio aprendizaje y fomentar el desarrollo del pensamiento crítico desde una edad temprana. Es una manera de incitar a los niños a que se hagan preguntas sobre el mundo que les rodea, que se planteen nuevos retos y busquen soluciones diferentes para los problemas a los que tendrán que enfrentarse. También es una excelente estrategia para destacar las potencialidades de cada niño y resaltar todo lo que pueda aportar al grupo.
3. Aprendizaje cooperativo
El aprendizaje cooperativo es uno de los pilares fundamentales de la inclusión educativa ya que promueve la colaboración entre los estudiantes como parte de su propio aprendizaje. Contar con un sistema de estudio en el que los niños con diferentes cualidades y competencias trabajen juntos estimula su zona de desarrollo próximo, a la vez que incentiva la integración y el respeto de uno por el otro. Además, es una buena manera de adaptar el sistema curricular a las necesidades y ritmo de aprendizaje de cada niño.
4. Enseñanza multinivel
Se trata de una estrategia para enseñar un mismo concepto a niños con diferentes competencias, conocimientos, necesidades y estilos de aprendizaje mediante diferentes métodos educativos que brindan la posibilidad de elegir entre distintas actividades o tareas para que todos puedan participar. Básicamente, a través de esta experiencia educativa todos los estudiantes pueden formar parte del proceso de aprendizaje, a la vez que tienen la oportunidad de proponerse retos cada vez más altos que potencien sus habilidades.
5. Desarrollo de las inteligencias múltiples
La teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner también puede convertirse en un pilar importante de la inclusión educativa ya que es una manera de estimular las potencialidades que distinguen a cada estudiante. Partiendo de la idea de que no existe una inteligencia única sino diversas inteligencias, los educadores podrán fomentar el desarrollo de las principales competencias en los niños mientras potencian su autoestima y autovaloración.
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