La importancia de enseñar habilidades para el manejo de las emociones en los niños
El control de las emociones se aprende
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Los niños no nacen controlando sus emociones, por eso es muy importante que el adulto tenga un papel activo en el desarrollo de las habilidades infantiles para que sean capaces de tener una buena autorregulación, resistencia y adaptación al cambio, un buen concepto de sí mismo, una buena nutrición de salud mental y bienestar.
Los niños necesitan a los adultos para manejar sus emociones
Los niños necesitan experiencias para poder entender sus necesidades, para tener sus necesidades cubiertas y que el adulto sea consciente del cuidado que debe darles. Así los niños tendrán más oportunidades para desarrollar un sentido positivo de sí mismo, podrá manejar sus emociones y llevarse bien consigo mismo y con los demás. Cuando los niños tienen experiencias positivas son más propensos a estar más sanos mentalmente y a tener mejores relaciones con los demás. Esto contribuye a que tengan también, mejores sensaciones de satisfacción, felicidad y éxito general en la vida.
Los padres y los cuidadores son los encargados de que los niños puedan desarrollar habilidades emocionales, ayudando a gestionar mejor las emociones y la conducta, empezando por ellos mismos. Esto incluye guiar de forma suave el aprendizaje de los niños a través de diferentes medidas y estrategias para ayudarles a lograr lo que no podrían lograr haciendo por su cuenta. Los niños aprenden autocontrol y expresión emocional gracias al ejemplo y a la guía del adulto. El comportamiento apropiado lo aprenderán al experimentar y ver cómo otras personas manejan sus emociones y las de sus propias experiencias, y también en cómo se comportan los demás con ellos.
Las emociones y las experiencias estresantes
Los padres y los cuidadores pueden ayudar a los niños a manejar las experiencias estresantes. Por ejemplo, cuando un niño se siente inseguro o asustado puede mostrarle cómo llegar a estar tranquilo y a satisfacer sus necesidades. Los niños que han tenido constantemente la atención cálida y sensible podrán desarrollar un sentido de seguridad y confianza hacia el cuidador porque sabrá que podrán buscarle cuando necesiten apoyo emocional después de haber explorado el entorno. Esto ayudará a que los niños sientan menos estrés y les proporcionará una gran sensación de seguridad, confianza y previsibilidad que son importantes para el desarrollo y el sentido de identidad en los niños.
Una cálida atención, la confianza y la sensibilidad hacia los niños es lo que permite responder de forma apropiada a las emociones e internalizar una visión positiva de sí mismos y de los demás. Aprender el comportamiento apropiado y el desarrollo de preocupaciones y comprensión con los demás. Los niños que reciben ayuda para manejar sus sentimientos podrán aprender de forma gradual a hacerlo por sí mismos.
La independencia emocional
Con el tiempo los niños se vuelven más independientes, también con el manejo de sus emociones en las diferentes situaciones. Sin embargo, es importante que los niños aprendan a que siempre que es necesario deberán recurrir a pedir apoyo y orientación, sobre todo en los momentos de más estrés. Buscar ayuda no es de débiles, es una importante habilidad de afrontamiento que durará para toda la vida y les hará más fuertes.
Cuando los niños aprenden a confiar en que hay otros que les ayudarán se sentirán más seguros y tranquilos porque los seres humanos somos seres sociales. Esto les hará ser capaces de crecer y desarrollarse y a crear experiencias positivas esenciales para su salud mental y para que disfruten de un bienestar y calidad de vida. Cuando los adultos ayudan a los niños a entender sus emociones, le estarán ayudando a ser resilientes y a que puedan hacer frente a la angustia que se encontrarán en ocasiones y de forma irremediable durante el camino de la vida. Tendrán un sentido del control y del optimismo sobre lo que son capaces de hacer y sobre sus capacidades reales.
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