Hijos tóxicos con los padres, ¿qué los distingue y cómo lidiar con ellos?
La educación permisiva: ¿El origen del comportamiento tóxico en los hijos? Analizando causas y proponiendo soluciones para padres en aprietos.
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La mayoría de las personas solemos relacionar la infancia con la ingenuidad y la ternura. Nos resulta difícil mirar a un niño y pensar que detrás de un comportamiento rebelde, disruptivo y dominante pueda esconderse una dosis de malicia. Sin embargo, los hijos tóxicos existen. Se trata de niños muy exigentes y malcriados que utilizan los insultos y las faltas de respeto como herramienta para manipular a sus progenitores y conseguir lo que quieren. Niños desafiantes que mantienen a sus padres en vilo, generándoles una gran tensión y malestar que, a largo plazo, termina afectando toda la dinámica familiar.
Te contamos qué son los hijos tóxicos en el entorno familiar, cómo puedes reconocerlos, por qué se comportan así y qué puedes hacer para lidiar con ellos y reestablecer un equilibrio saludable en el hogar.
Así son los hijos tóxicos, ¿cómo reconocerlos?
A menudo también llamados hijos tiranos, los hijos tóxicos son aquellos que actúan como si fuesen líderes del hogar, demandando y exigiendo a sus padres como auténticos dictadores. Se trata de niños que, a pesar de su corta edad, dictan y ordenan no solo lo que quieren hacer, sino lo que debe hacer toda la familia. Para ello recurren a actitudes violentas, convirtiendo los insultos, las faltas de respeto o la manipulación psicológica en herramientas de control. Así, consiguen que toda la dinámica del hogar termine girando alrededor de sus deseos y terminan sometiendo a sus padres a sus caprichos y antojos.
¿Cómo identificar a los niños tóxicos? Aunque existen diferentes estilos de hijos tóxicos, la mayoría comparten algunos rasgos comunes que son clave para identificarlos. He aquí algunas de las características que los definen:
1. Tienen actitudes desafiantes
Uno de los rasgos que distinguen a los hijos tóxicos son sus actitudes desafiantes y provocativas. Estos niños se caracterizan por tener un comportamiento violento y hostil hacia los padres. A menudo les llevan la contraria, se niegan a seguir las normas y reglas familiares, responden con insultos o faltas de respeto y rechazan los intentos de los padres por poner coto a este tipo de conducta.
2. Son muy egocéntricos
Los hijos tóxicos suelen creerse el centro del universo. Creen que sus padres deben prestarles atención y satisfacer sus necesidades siempre que quieran y que toda la dinámica familiar debe girar en torno a ellos. Se trata de niños muy poco empáticos, que no son capaces de ponerse en la piel de las otras personas y que, a menudo, les cuesta experimentar sentimientos como el amor o la compasión, de ahí que puedan ser crueles o violentos y no sentir remordimientos por ello.
3. Poseen una gran capacidad para manipular
Los hijos tóxicos no siempre se imponen a golpe de fuerza, gritos y reacciones violentas, a menudo también recurren a sofisticadas técnicas de manipulación. De esta manera, utilizan las debilidades de sus padres a su favor para conseguir lo que quieren. A menudo también recurren al chantaje, si con ello pueden lograr que les compren lo que quieren o les dejen hacer lo que se les antoja.
4. Son caprichosos e impulsivos
Los niños tóxicos también suelen ser muy impulsivos y caprichosos. Quieren satisfacer sus deseos en todo momento y, cuando sus padres se lo impiden reaccionan de manera violenta. No soportan que les digan lo que deben hacer y cuando se les ocurre una idea nueva tienen que llevarla a la práctica inmediatamente. Tienen una baja tolerancia a la frustración, de manera que les resulta difícil lidiar con los fracasos y obstáculos del camino, ante los cuales suelen responder de forma disruptiva.
5. Son autoritarios y exigentes
Otra de las características que define a los hijos tóxicos es su actitud autoritaria y exigente. Se trata de niños bastante autosuficientes que les gusta hacer lo que quieren. Ellos deciden qué y cuándo comer, cuándo y dónde juegan y qué canales de televisión ven o qué aplicaciones utilizan. Muchas veces también deciden lo que hace el resto de la familia y dan órdenes a sus padres. Cuando no consiguen sus objetivos se enfadan, gritan, amenazan y pueden llegar incluso a agredir a sus progenitores.
Los padres, responsables habituales del comportamiento de sus hijos
En la mayoría de los casos, los responsables del comportamiento tóxico de los hijos son sus padres. Los hijos tóxicos suelen ser fruto de una educación extremadamente permisiva en la que se les ha malcriado y criado sin reglas ni límites claros. En muchos casos, han sido sobreprotegidos y han crecido con todas las comodidades y necesidades satisfechas, de manera que no conocen el valor de las cosas ni el esfuerzo que hacen los padres para facilitarles la vida. A menudo, han sido niños muy mimados y consentidos, que nunca han escuchado un “no” por respuesta y a los que se les han satisfecho todos sus deseos.
Vale destacar que la mayoría de estos padres no son conscientes de las consecuencias de educar de forma pasiva y permisiva a sus hijos. Creen que, al satisfacer todas sus necesidades, sobre todo las materiales, pueden hacer feliz a sus hijos. Sin embargo, un niño feliz también necesita límites y normas. Las reglas no solo ayudan a marcar pautas en el hogar, sino que enseñan a los niños lo que está o no permitido y modulan su comportamiento. Por eso es importante preocuparse más por educar a niños respetuosos e inculcarles valores y buenas normas de conducta, que por satisfacer todos sus deseos y necesidades materiales.
5 claves para lidiar con los hijos tóxicos
Afortunadamente, en la mayoría de los casos es posible poner freno a la conducta tóxica de los hijos, sobre todo cuando son pequeños. De ahí que sea importante mantenerse atentos a las primeras señales para ponerles coto cuanto antes y evitar que el problema cobre fuerza. He aquí algunas pautas que pueden ayudarte a lidiar con los hijos tóxicos y frenar este comportamiento.
- Establece límites en casa. Poner límites a las demandas de los hijos es fundamental si quieres eliminar sus comportamientos tóxicos. Aunque esto no significa poner normas y reglas a lo loco, ten en cuenta que estas deben estar adaptadas a la edad de los niños y los valores que quieras inculcarles. Asimismo, es importante que les expliques por qué se establece cada norma y que seas muy especifico con las instrucciones para evitar malentendidos.
- Sigue un estilo educativo coherente. Si quieres prevenir o evitar los comportamientos tóxicos en tus hijos es importante que ambos padres estéis de acuerdo en las normas y límites que ponéis en casa. De lo contrario, los niños pueden notar una brecha y aprovecharla a su favor. Para ello es fundamental que ambos habléis sobre la educación de vuestros hijos y lleguéis a un acuerdo para hacer valer las normas en casa.
- Prioriza la comunicación. Un buen recurso para lidiar con los hijos tóxicos consiste en fomentar el diálogo y la comunicación en el hogar. Es importante que dediques tiempo a hablar con tus hijos y que ambas partes podáis expresar vuestras emociones y necesidades abiertamente. De esta manera, podrás explicarles cómo te hacen sentir sus conductas y qué te gustaría que cambiaran.
- Enséñales a ponerse en el lugar del otro. Desarrollar la empatía es esencial para combatir los comportamientos tóxicos de los niños y enseñarles a ponerse en el lugar de las personas que los rodean. ¿Cómo hacerlo? Cuando les castigues por una mala conducta no te limites a reñirles, reflexiona sobre lo que han hecho, las consecuencias de sus actos y el impacto que tienen en los demás miembros de la familia. Asimismo, háblales sobre cómo pueden sentirse los demás cuando se comportan de esa manera.
- Sé firme en las decisiones que tomes. Establecer nuevas normas y reglas en casa es probable que provoque rechazo y una respuesta negativa en tus hijos. Sin embargo, si en verdad quieres educarlos y enseñarles a respetar los límites, debes mantenerte firme en las decisiones que tomes ya que, de lo contrario, pueden aprovechar esta debilidad para ganar autoridad y ser más desafiantes.
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