¿Tu hijo es responsable? Señales que te lo indican
Hay señales inequívocas que nos demuestran que nuestro hijo es responsable
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Hablar de niños responsables es algo que debemos hacer siempre desde la comprensión de su edad y de la fase del desarrollo cognitivo en la que se encuentra, pues cada niño tiene su propio ritmo y se debe respetar, ante todo. Sin embargo, la responsabilidad es una cualidad que se debe fomentar a diario y reforzarla para que los niños la vayan integrando a su personalidad a lo largo de su crecimiento.
5 señales de responsabilidad en los niños
Pese a que no hay una radiografía única de los rasgos personales de los niños responsables, sí hay una serie de señales que nos pueden llevar a pensar que nuestro hijo está desarrollando adecuadamente esta capacidad:
1. Asume las consecuencias de sus actos
Lo primero que destaca en un niño que va creciendo en responsabilidad es que asume las consecuencias de sus actos. Esto quiere decir que se dará cuenta de cuando se equivoca o no actúa de la manera en la que se espera de él. Los niños que se encuentran en esta fase de su desarrollo aceptan estas consecuencias mucho más fácilmente, sin berrinches ni pataletas.
2. Reflexiona antes de actuar
Cuando un niño reflexiona antes de hacer algo significa que es consciente de la posibilidad de errar y de las consecuencias generales que esta actuación podría tener, ya sean positivas o negativas. Así, un niño cada vez pensará mucho más antes de llevar a cabo ciertas acciones siempre de acuerdo con sus capacidades cognitivas. Este cambio puede empezar a verse ya hacia los 5 o 6 años, aunque aún pueden actuar muy impulsivamente y los berrinches serán más espaciados, pero seguirán allí. Sea como sea, ver a un niño reflexionar es una clara señal de su evolución.
3. Pregunta y pide consejo
Un niño que es consciente de la posibilidad de hacer algo mal, de errar es un niño que suele pedir consejo antes de actuar. Los padres debemos estar a su lado en este momento, pues somos su referente. Sin embargo, no podemos “aconsejarle” hacer algo por que sí, sino que debemos plantearle las diferentes opciones y dejar que sea él quien acabe por tomar la decisión final. De otro modo, podríamos generar cierta dependencia, todo lo contrario de lo que se pretende conseguir a lo largo de su desarrollo cognitivo.
4. Es prudente, no actúa por impulso
Como hemos comentado, la impulsividad que está presente en todos los niños, en mayor o menor medida, se va moderando a medida que van creciendo. Esta fase de inmadurez, en la que los impulsos son los protagonistas de la conducta infantil, va desapareciendo a medida que el niño crece. Así, a cuanto más desarrollado esté el sentimiento de la responsabilidad en un niño, menos impulsos demostrará y más prudente actuará: pensará las cosas varias veces e incluso puede llegar a no actuar por “miedo” a las consecuencias.
En este caso, los padres debemos tener en cuenta que es necesario un equilibrio. Por ello, debemos estar pendientes de este “miedo” y ver si es algo positivo o si está debilitando al niño. En este último caso, este “miedo” debe ser sustituido por la “capacidad de decisión” para que no haga que el niño se vuelva dependiente y su autoestima se vea afectada negativamente.
5. Observa y aprende de su entorno
El entorno de los niños es especialmente relevante en su desarrollo cognitivo. Por este motivo, siempre se aconseja a los padres ser muy selectivo con este entorno, así como con las personas que forman parte de él. Un entrono rico en experiencias y “maestros” permitirá al niño aprender a partir de la observación: interiorizará conductas de aquellos que tiene como ejemplos. Así, a medida que un niño se va volviendo más responsable, también se vuelve más observador con todo cuanto le rodea.
Además de las señales que se han destacado, son muchas otras las que los padres pueden identificar en el comportamiento diario de sus hijos: pedir perdón, pedir permiso, mostrarse más cariñosos después de algún castigo, etc.
Estrategias para fomentar la responsabilidad en los niños
Cada niño tiene sus propios ritmos de crecimiento y desarrollo, pero esto no significa que los padres debamos esperar a que los niños desarrollen, por sí mismos, ciertos rasgos imprescindibles en su personalidad. Así, al igual que fomentamos la empatía en ellos, por ejemplo, también debemos fomentar la responsabilidad.
1. El niño debe tomar “decisiones”
Uno de los errores que más frecuentemente cometemos los padres es tomar decisiones por nuestros hijos. Está claro que los niños NO deben tomar decisiones vitales, pero sí debemos fomentar la toma de decisiones en pequeños contextos y de acuerdo con su edad.
2. Fomentar el pensamiento analítico
El pensamiento analítico es algo que se va formando a lo largo que el niño va pasando los diferentes períodos cognitivos. Así, los padres podemos ayudar en este proceso haciendo preguntas al niño y haciéndolo reflexionar sobre las opciones de las que dispone, sobre qué actos considera apropiados o no, sobre las consecuencias y las acciones correctivas a las que deberá hacer frente, etc.
3. Permitir que el niño se equivoque y corrija
Por último, es vital dejar que el niño cometa errores. Los padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos y queremos protegerlos de todo; sin embargo, es fundamental que los padres permitamos a nuestros hijos cometer errores para que estos aprendizajes vayan siendo interiorizados como experiencias.
La responsabilidad es una cualidad que se debe fomentar a diario en casa: permitir a los niños tomar decisiones y enseñarles a asumir las consecuencias de sus actos son pasos muy importantes para su desarrollo cognitivo, aunque siempre se debe tener en cuenta la edad de cada niño y la fase evolutiva en la que se encuentra.
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