¿Mi hijo es «malo»? Cuando los castigos y las consecuencias dejan de funcionar
‘Yo no soy malo’. Detrás de un mal comportamiento siempre hay una necesidad
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Quizá pienses que ya has probado todo para cambiar el mal comportamiento de tu hijo y que parece que no hay nada más que puedas hacer para que la situación mejore. Incluso es probable que hayas pensado en algún momento que el ‘fallo’ está en tu hijo porque tiene una personalidad bastante fuerte o que simplemente es ‘malo’ o ‘desobediente’. Pero no. Tu hijo no es ‘malo’ ni tampoco ‘desobediente’, esas etiquetas debes eliminarlas de tu mente cuanto antes porque las etiquetas solo son un problema para la crianza de los hijos.
Detrás de un mal comportamiento siempre hay una necesidad que hay que resolver, un problema emocional que no ha salido a la luz y que puede tener el origen en muchos ámbitos diferentes. Por ejemplo, tu hijo puede sentir celos de su hermano/a y se debe gestionar para poder mejorar su estado emocional o quizá tengas tú problemas emocionales y se lo transmites a tus hijos cada día, siendo entonces ellos tu reflejo.
Si crees que has hecho todo y que ni los castigos ni las consecuencias funcionan con tus hijos es porque debes replantearte la crianza que les estás impartiendo. Algo no funciona bien y tienes que poner un poco de perspectiva para encontrar qué es lo que falla. Los niños no son malos, no hacen las cosas para fastidiarte, no aprenden a que las cosas se hacen a través de un mal comportamiento para conseguir lo que quieren. Entonces, ¿cómo mejorar ese comportamiento?
Qué hacer para mejorar el mal comportamiento de los hijos
Mirar tu propio comportamiento
Si quieres que se mejore el comportamiento de tus hijos, primero deberás reflexionar si debes mejorar algún aspecto de tu vida. Quizá tengas estrés emocional o no te sientas a gusto en el trabajo o con tu pareja. Esto puede influir en tu estado de ánimo y también en cómo te comportas con tus hijos. Si pierdes los nervios y gritas, si les hablas mal, si tus hijos sienten que tienes mucha inestabilidad emocional, su comportamiento irá acorde a eso. Si se sienten inseguros porque tú no estás bien tendrán mal comportamiento porque también se sentirán mal. Si necesitas ayuda de un profesional no dudes en buscarlo para que te ayude a encontrar el equilibrio.
Asume el control
Cuando tengas el control de tus emociones, entonces podrás asumir el control de las situaciones. Deberás tener claro que para poder manejar los conflictos con tus hijos tienes que mantener la calma y asumir que tienes que escoger un rol, un rol que te corresponde como padre o madre. Deberás ser quién guíe a tu hijo en el buen comportamiento de la siguiente manera:
- Explicarle de buenas maneras qué es lo que esperas de él
- Ignorar la mala conducta para no reforzarla de manera negativa
- Decirle cuáles son las consecuencias si no cumple con un buen comportamiento
- Guiarle para que aprenda a tener ese buen comportamiento
- Elogiarle y felicitarte cuando se esfuerce en hacer las cosas bien para reforzar en positivo la conducta deseada
- No etiquetes a tu hijo diciendo cosas como ‘eres malo’, si no que debes centrarte en el comportamiento y en lo que debe mejorar
- No pierdas el control: evita los gritos o los malos modos y si caes en ellos, siempre pide perdón y asume tu responsabilidad en esos actos
Criar a los hijos no es fácil, pero resultará mejor si tú te sientes bien emocionalmente. Por eso, una vez que sepas cómo actuar ante el mal comportamiento de tus hijos, verás que el problema nunca ha estado en ellos, si no en la forma de enfocar los conflictos diarios.
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