Si gritas, tus hijos dejarán de escucharte…
La importancia de la comunicación asertiva y sus efectos en el bienestar emocional de los niños
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Los adultos debemos ser conscientes de que los gritos son consecuencia de la frustración que sentimos cuando creemos que no somos capaces de controlar una situación. Pero no por gritar lograremos que los demás entiendan mejor lo que decimos, más bien todo lo contrario. De hecho, cuando se grita la persona que recibe esta agresividad, se bloquea y deja de escuchar cualquier argumento que quieras razonar.
Gritando no se razona… Puedes decir lo mismo sin gritar y con mejores palabras. Será bueno para tu salud emocional y entablarás una comunicación mucho más adecuada con la persona con la que quieres comunicarte. Si gritas estás siendo agresivo con las demás personas, intentas humillar al otro aunque sea de forma inconsciente.
Los gritos, demasiado comunes
Desgraciadamente, los gritos son bastante “normales” en muchas familias. Unos gritos que fomentan la agresividad, que no educan, que rompen la pareja… los gritos es un tipo de maltrato invisible y demasiado aceptado en sociedad.
Es necesario que seamos conscientes de que debemos mantener un diálogo empático a la vez que asertivo para poder fomentar una buena comunicación tanto con la pareja como con los hijos. Además, los niños necesitan tener este tipo de comunicación para poder aprenderlo. Cuando se habla con otras personas, las palabras son importantes pero aún más lo es el lenguaje corporal o el tono de voz. Gran parte del mensaje que se recibe depende sobre todo de estos dos últimos aspectos.
Si hablas a tus hijos con una voz llena de enfado o con un lenguaje corporal agresivo, será complicado que se establezca una buena comunicación. Intentarás imponer tu criterio pero no servirá para eso, solo servirá para que crezca el dolor emocional.
La comunicación es un arte… que se debe aprender
La comunicación es un arte que parece reservado para algunos, porque muchos otros desprecian este arte comunicándose de forma negativa. En realidad, todos podemos cometer errores de vez en cuando en el momento de comunicarnos con otros, pero el secreto está en ser conscientes de esto, para poder ponerle remedio lo antes posible.
Cuando se habla con cinismo, ironías o con gritos… la comunicación se ve gravemente perjudicada. Las palabras tienen mucho significado pero lo que importa en muchas ocasiones no es lo que dices, si no el cómo lo dices. Los niños, suelen ser los más perjudicados ante los gritos, ya que un adulto puede tener estrategias para defenderse, pero un niño se siente en muchas ocasiones, indefenso ante tal agresividad.
Nunca grites a un niño
Ni le grites ni le levantes la voz… o aprenderá, con dolor emocional, a hacer lo mismo. El cómo te comuniques con un niño tendrá un gran impacto en su desarrollo. Si gritas a un niño tendrá baja autoestima, temores, inseguridad, depresión y muy probablemente se volverá agresivo. Si alguna vez gritas a tus hijos porque estabas cansado, estresado o cualquier otro motivo, pide perdón a tus hijos para que vean que te responsabilizas de tus actos. Una crianza autoritaria solo te causará problemas familiares, por eso, aboga mejor por una crianza donde el respeto, la confianza y la buena comunicación sean la base correcta.
Si gritas a un niño, es probable que tenga estas consecuencias negativas:
- Imitarán los gritos
- Se harán inmunes a los gritos y tendrás que gritar más y más
- Tus hijos comenzarán a gritarte
- Pensarán que gritar es normal para comunicarse cuando sienten frustración
- Se disminuirá la empatía
Y recuerda, gritar es maltratar.
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