El frasco de la felicidad
Una técnica emocional para todas las familias
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Si queremos que la humanidad sea buena, tendremos que ser conscientes de que los niños deben crecer siendo felices y emocionalmente inteligentes. Tener una infancia feliz es lo más bonito que te puede suceder en la vida porque es la base de tu vida adulta. Un adulto se define por la infancia que ha tenido. El frasco de la felicidad puede ser una técnica que cambie vuestras vidas para siempre, y lo mejor… que ayude a los niños a comprender qué es la felicidad y a vivir inmersos en ella cada día de sus vidas.
A los adultos nos cuesta pensar siempre en positivo y los niños aprenden de lo que ven en los adultos… Aunque ellos, de forma natural saben cómo disfrutar del presente, ¡los adultos debemos aprender de su inocencia para que ellos después puedan aprender de nosotros! El frasco de la felicidad es una técnica maravillosa para los niños, pero los adultos también aprenderán grandes cosas de ella.
La técnica
Una actitud positiva puede cambiar (a mejor) la vida de cualquier persona. Por eso, desarrollar esta actitud es fundamental (a cualquier edad). La técnica del frasco de la felicidad ayuda a esto mismo, a trabajar una actitud positiva ante la vida. Se pueden enfrentar los problemas desde el optimismo y la esperanza. El frasco de la felicidad para que sea eficaz debe consistir en estos pasos:
- El frasco deberá tener su nombre bien visible: ‘El frasco de la felicidad’. Tendrá que estar en un lugar del hogar accesible para todos.
- Cada día, todos los participantes deben escribir en un papel lo mejor que les ha pasado durante las últimas 24 horas (cosas cotidianas como por ejemplo hacer una comida rica, hablar con alguien simpático, etc.) y tendrá que ir firmado por quien lo haya escrito.
- El papelito se deberá doblar y meter en el frasco. Si el papel es de colores, mucho mejor.
- Cada seis meses se deberá abrir el frasco (que tendrá que estar bastante lleno) y se leerán todos los mensajes de los participantes. (Puede ser cada mes, cada dos meses, cada 6 meses o cada año…)
El objetivo
Es una técnica sencilla, ¿verdad? Pero para que realmente funcione es muy importante saber cuál es el objetivo y cómo alcanzarlo. El cerebro humano aprende mediante el clásico método del ensayo y el error. De esta manera una actitud positiva te ayuda a transformar las situaciones adversas en favorables o al menos, en no tan adversas. Un problema se convierte en una oportunidad de crecimiento.
Con el frasco de la felicidad los niños (y adultos) reflexionan sobre las cosas buenas que les suceden cada día. A veces, pueden ser impulsivos e impacientes, creer que todo es malo pero esta técnica les ayuda a difuminar esa sensación negativa. Además, serán capaces de disfrutar del presente y sobre todo, dar valor a los pequeños detalles de la vida. Los problemas se volverán menos problemas y aprenderán a ser más agradecidos ante la vida.
Es necesario recordar que los problemas de la vida no hay que evadirlos, ¡ni mucho menos! Los problemas existen y existirán pero lo que es necesario es; aprender a afrontarlos con actitud positiva para encontrar oportunidades y soluciones a las situaciones más conflictivas.
Por si fuese poco, esta técnica ayuda a las familias a poder hablar de las cosas buenas de la vida. A poder disfrutar unos de otros y sobre todo, a potenciar el vínculo emocional que une a cada uno de ellos.
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