Flores de Bach para niños

Las flores de Bach son uno de los tratamientos alternativos naturales que más terreno está ganando, sobre todo en el ámbito de la clínica infantil. Básicamente, se trata de un sistema terapéutico que incluye una serie de esencias florales con propiedades curativas, cuya energía se utiliza para equilibrar las alteraciones de las personas, ya sea en el plano físico o emocional. El sistema incluye 38 esencias básicas que se pueden combinar para tratar diferentes trastornos.

A diferencia de otros sistemas de la medicina alternativa, para aplicar las flores de Bach el profesional debe realizar un diagnóstico previo y profundo de la persona. Dicho diagnóstico no solo debe tener en cuenta los síntomas clínicos sino también sus características de personalidad.

Una de las mayores ventajas de las flores de Bach es que se trata de un tratamiento no invasivo que tampoco tiene efectos secundarios, por lo que se puede utilizar a cualquier edad, incluso en los bebés. Por eso, no es extraño que las flores de Bach se sigan utilizando para complementar el tratamiento de alteraciones infantiles como la ansiedad, la hiperactividad y los problemas de conducta, a pesar de que muchos consideran que se trata de un efecto placebo.

Una terapia natural alternativa para tratar diferentes problemas infantiles

Se debe aclarar que el tratamiento con las flores de Bach no pretende reemplazar los medicamentos ni otros tratamientos convencionales pero puede ser eficaz para estabilizar las emociones y las energías que desequilibran a los pequeños y que pueden ser la base de muchos de los problemas que se desarrollan en la infancia. Por eso, son perfectas para complementar la terapia psicológica o médica, aunque en muchos casos también se pueden utilizar como un tratamiento independiente, sobre todo cuando se trata de trastornos más leves.

De hecho, cada vez es más común usar combinaciones florales como impatiens, vervain y holly, para tratar síntomas en los niños como la intranquilidad, la agitación motora y la agresividad, típicos del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Asimismo, en ocasiones se utiliza la combinación de las esencias clematis, impatiens y chestnut bud para tratar los problemas de atención, concentración, bajo rendimiento académico y trastornos del aprendizaje. Para los niños demasiado hiperactivos o que tienen dificultades para controlar su ansiedad y presentan una agitación excesiva también se suele emplear la esencia de vervain, un remedio ideal para estimular la tolerancia, la relajación y el control de la conducta.

También es frecuente que se prescriba chicory para favorecer la independencia en los niños que tienen una conducta muy caprichosa y que suelen ser demasiado apegados a sus padres, ya sea como consecuencia de una sobreprotección o de un carácter demasiado dependiente. Otros profesionales prefieren prescribir walnut o larch para fomentar la seguridad en los niños que no confían en sí mismos y que les cuesta adaptarse a los cambios.

En cambio, el mimulus, es ideal para ayudar a los pequeños más retraídos a mejorar sus habilidades sociales y motivarles a relacionarse con los demás, a la vez que les permite controlar los miedos y la angustia ante determinadas circunstancias, como puede ser una presentación oral o un examen del colegio.

Esta terapia alternativa también se puede utilizar para lidiar con alteraciones más complejas como los trastornos de la alimentación, las fobias y los problemas de adaptación a cualquier edad.

Además, las flores de Bach son una buena alternativa para tratar algunos problemas típicos de los bebés, como las dificultades del sueño. Se ha demostrado que una combinación de rock rose, aspen, white chestnut y mimulus puede ayudar a dormir al bebé, a la vez que les ayuda a relajarse y contribuye a que se muestre menos irritado durante el día.