Famosos con TDAH

Es muy difícil desligarse de una etiqueta diagnóstica, sobre todo si esta se coloca en la infancia. De hecho, muchos padres creen que los niños con TDAH no podrán llegar demasiado lejos en la vida ya que sus problemas de atención les impiden obtener buenos resultados académicos, a pesar de que sean inteligentes.

Sin embargo, en realidad el TDAH no tiene por qué ser limitante. De hecho, hay muchísimas personas famosas que tienen este trastorno y que llevan una vida completamente normal. Tanto es así que en los últimos años se han realizado diferentes estudios y estos han desvelado que el TDAH y la genialidad comparten varias características. Esto no significa que todos los niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) sean creativos pero tienen el germen y, si se potencia, pueden llegar a hacer cosas increíbles.

5 famosos que han triunfado – a pesar, o gracias – al TDAH

1. Jim Carrey

La notable carrera profesional de Jim Carrey no solo se ha basado en sus grandes dotes como actor y su increíble habilidad para hacernos reír. Carrey afirma que su éxito también se debe a su personalidad, que califica como inquieta, innovadora y creativa, el resultado de un TDAH diagnosticado en la infancia.

En realidad, todo comenzó cuando Carrey era tan solo un estudiante intranquilo, que solía hacer de payaso para molestar a los demás. De hecho, el actor recuerda: «Mi agenda siempre decía: Jim acaba primero y luego molesta a los demás estudiantes». Poco a poco, esa conducta intranquila encontró su cauce y le permitió convertirse en un famoso actor cómico que es hoy.

2. Steve Jobs

Steve Jobs nunca pensó que llegaría a ser el cofundador y presidente ejecutivo de Apple. Probablemente sus padres tampoco lo imaginaron ya que sabían que su hijo tenía necesidades educativas especiales, había sido diagnosticado con un TDAH infantil. Según afirma el propio Steve Jobs: «Mis padres me entendían. Sintieron una gran responsabilidad cuando advirtieron que yo era especial…Estaban dispuestos a adaptarse a mis necesidades.»

Afortunadamente, sus padres comenzaron a estimular el ingenio y la creatividad de Steve Jobs cuando aún era pequeño, y les pedían a los profesores del colegio que hicieran lo mismo. La tarea no fue fácil porque Steve Jobs pasaba la mayor parte del tiempo metido en problemas. Sin embargo, la persistencia, la comprensión y el apoyo de padres y profesores lo llevaron a desarrollar su creatividad, y el resto ya es historia.

3. Justin Timberlake

Muchos pueden pensar que llevar la intensa vida de este cantante no es fácil. Y tienen razón, pero Justin Timberlake puede con ello, en parte gracias a que sufre un TDAH. De hecho, las personas con este trastorno tienen una energía adicional que le permite llevar adelante proyectos que para los demás serían muy extenuantes.

Este cantante también ha sido diagnosticado con un Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Sin embargo, ninguna de estas etiquetas le ha impedido desarrollar su carrera y ganar varios premios Grammy. Al respecto, Justin Timberlake afirmó: «Te sientes atrapado en la electricidad del ambiente. Es adictivo.» Es precisamente la sensación que sienten las personas creativas cuando están imbuidas en su obra.

4. Bill Gates

La mayoría de las personas solo conocen la faceta más famosa de Bill Gates y piensan en lo afortunado que ha sido. Sin embargo, pocos reflexionan sobre los grandes esfuerzos que ha tenido que hacer y los obstáculos que ha tenido que sortear.

Bill Gates fue un niño con TDAH, un trastorno que le impedía sobresalir en lo académico y controlar sus problemas de comportamiento. De hecho, recuerda que «hacía un montón de preguntas y perturbaba a toda la clase». Sin embargo, lo que para otros habría significado una gran derrota, para Bill Gates fue un reto pues aunque no era muy brillante en sus estudios y tuvo que abandonar la Universidad de Harvard, nunca abandonó sus sueños y supo canalizar ese exceso de energía y creatividad para dar luz a la famosa Microsoft.

5. Will Smith

Desde pequeño Will Smith ya destacaba por sus problemas de atención y su constante intranquilidad por lo que se le diagnosticó un TDAH. Sin embargo, aquel trastorno, lejos de etiquetarlo, se convertiría en un aliciente para su futura carrera actoral.

Es cierto que cuando era pequeño no podía permanecer sentado, le costaba concentrarse en una tarea y casi siempre sacaba notables en los exámenes cuando podía sacar sobresaliente. De hecho, recuerda que «era duro para mí leer un libro entero en dos semanas. Yo era el clásico alumno de bajo rendimiento». Sin embargo, esto no limitó al gran actor, que más tarde canalizó esa energía en Hollywood.