20 familias la rechazaron pero él sabía que era la persona perfecta para ella

A veces la sangre no hace la familia y esto lo sabe bien el italiano Luca Trapenese, de 41 años. Este chico perdió a su mejor amigo por culpa de un cáncer terminal y se prometió a sí mismo que cuidaría de otras personas. Desde entonces se dedica a ayudar a personas con discapacidades y niños con diferentes necesidades y capacidades.

Luca es soltero y gay, por estos motivos, a pesar de tener un gran instinto paternal y querer adoptar, las leyes machistas y homofóbicas de un país tradicionalista se lo impedían. En 2017 Italia avanzó y aprobó que las parejas homosexuales se casaran, pero aún no había una ley que les permitiese adoptar. Luca nunca perdió la esperanza, él sabía que si el tiempo le hacía esperar es porque realmente él podría cambiar la vida de alguien… o al revés.

Luca, cuando comenzó el proceso de adopción todo el mundo le decía que como padre soltero solo le darían a un niño con problemas de comportamiento, con discapacidad grave… Pero eso a él no le amedrentaba lo más mínimo.

Recibió la llamada que cambió su vida para siempre

Un día, Luca Trapanese recibió una llamada de teléfono y le dijeron que una recién nacido con Síndrome de Down fue rechazada por su madre y después, otras 20 familias que intentaron hacerse cargo tampoco la quisieron. Él, sin dudarlo ni un segundo sabía que esa niña tenía que ser su hija y aceptó la oferta sin pensarlo dos veces. Cumplía con la situación económica para hacerse cargo de la niña y su vocación como padre le impedía decir que no.

Fue corriendo al hospital a conocer a su hija de 13 días sin entender cómo con tan corta edad, ¡no llegaba ni a las dos semanas! Ya había sido rechazada por 20 familias y su madre. A día de hoy sigue sin entenderlo pero da gracias a Dios porque gracias a eso, Alba, es ahora su hija y lo será para siempre.

Ella se llama Alba

Cuando Luca llegó al hospital para recogerla, la vio tan pequeña y sola que solo quería sostenerla en sus brazos, en ese mismo instante sintió que Alba era su hija, sabía que se había convertido en padre y que esa pequeña había llegado a su vida para cambiarla para siempre… a mejor.

Antes de la adopción de Alba, Luca había pensado en convertirse en sacerdote puesto que es católico. Lo pensó cuando escribía un libro que describía su sentido innato del servicio comunitario, pero ella llegó para cambiar ese pensamiento y cumplir su gran sueño de convertirse en padre.

Desde su encuentro ya ha pasado año y medio y ese maravilloso bebé se está convirtiendo en una preciosa niña. Su historia se ha hecho famosa en toda Italia y también en el mundo entero. Gracias a su historia se están destruyendo clichés sobre la paternidad, la familia, la religión y otras muchas cosas… porque al final, es solo la historia de la vida.

Porque la familia en muchas ocasiones no la hace la sangre, ni tampoco la genética ni los cromosomas de más o de menos…  La hace el amor, el amor verdadero entre dos seres. En el Instagram de Luca se puede ver cómo la pequeña va creciendo y cómo por supuesto, se han convertido en una familia feliz y lo seguirá siendo por siempre.