Educación, Salud

Falsos mitos sobre el TDAH que dañan a los niños y sus padres

Es necesario dejar de creer en mitos sobre el TDAH

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Falsos mitos TDAH
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El TDAH es un trastorno muy común que generalmente se detecta desde la infancia. Sin embargo, aún circulan muchos mitos que achacan este problema a los padres o a la falta de voluntad del niño. Este tipo de creencias no tienen ninguna base científica y solo sirven para etiquetar al niño o generar la sensación de culpa en sus padres.

Las creencias erróneas más comunes sobre el TDAH

El TDAH es una invención

Muchos consideran que el TDAH es una enfermedad que han inventado las empresas farmacéuticas para vender sus medicamentos. Sin embargo, este trastorno ya aparecía descrito en la literatura de 1865. Más adelante, en 1950, se le conoció como Disfunción Cerebral Mínima, y luego, en 1980, se denominó Trastorno por Déficit de Atención.

Por otra parte, los síntomas de este trastorno son similares en las diferentes culturas, y su índice de incidencia también es bastante parecido. De hecho, se ha apreciado que las personas con TDAH que no reciben tratamiento suelen desarrollar trabajos por debajo de sus posibilidades, progresan menos profesionalmente y tienen un mayor riesgo de consumir drogas, independientemente de la cultura y de su nivel socioeconómico.

El TDAH es culpa de los padres

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, lo cual significa que en muchos casos hay una carga genética y que en su base existe una química cerebral diferente, que condiciona las funciones psíquicas superiores. De hecho, estos cambios afectan la capacidad del niño para regular su atención, su nivel de actividad y sus impulsos. Por tanto, no se trata de un trastorno causado por una “mala educación”, aunque es cierto que la falta de reglas en el hogar y determinadas situaciones, como un divorcio traumático o la llegada de un nuevo hermano, pueden agravar los síntomas.

El TDAH desaparece en la adolescencia

El TDAH no es una característica evolutiva, por tanto, no siempre desaparece en la adolescencia y ni siquiera en la adultez. Las estadísticas indican que la tercera parte de los niños con TDAH ya no tendrá este problema en la adolescencia pero otra tercera parte seguirá padeciendo el TDAH en la edad adulta. Lo que sucede en muchos casos es que los síntomas se atenúan con el paso del tiempo, siendo menos visibles. Por ejemplo, un niño inquieto que corre de un lado a otro, al crecer puede canalizar esa inquietud dando golpecitos nerviosos con las manos o los pies. Además, con el tratamiento adecuado muchas personas aprenden a convivir con la impulsividad y la desatención desarrollando estrategias más eficaces y adaptativas.

Falsos mitos sobre el TDAH

El TDAH solo afecta a los niños

Muchas personas creen que el TDAH es un problema exclusivo de los niños. Sin embargo, lo que sucede es que los síntomas de las niñas suelen ser menos llamativos ya que a menudo se trata simplemente de desatención, no de hiperactividad. Por otra parte, el TDAH en los niños suele estar asociado a comportamientos negativistas y desafiantes, por lo que el cuadro resulta más llamativo y los padres o profesores suelen pedir ayuda especializada con más frecuencia. Al contrario, en las niñas el TDAH se ha asociado con cuadros depresivos, y en algunos casos ni siquiera hay trastornos del aprendizaje, al menos hasta los 10 años. Por eso, muchos casos de TDAH en niñas ni siquiera llegan a ser diagnosticado.

Los fármacos para tratar el TDAH son dañinos

Muchos padres piensan que es mejor recurrir primero a la terapia psicológica y, si esta no funciona, usar entonces a la medicación. En la base de esta creencia se esconde el miedo a que los fármacos sean peligrosos. Sin embargo, lo cierto es que en muchos casos el tratamiento psicológico y la intervención familiar y escolar no son suficientes para lidiar con el TDAH, y es necesario recurrir a los fármacos, los cuales sirven para equilibrar los niveles de neurotransmisores como la noradrenalina y la dopamina.

Esto significa que, aunque el tratamiento del TDAH jamás debe limitarse exclusivamente a la medicación, hay casos en los que esta es necesaria. De hecho, en la actualidad existen diferentes medicamentos cuya eficacia y seguridad han sido comprobadas y, si bien es cierto que pueden tener efectos adversos, estos son mínimos en comparación con los beneficios que reportan.

Los niños con TDAH solo son perezosos

Muchas personas piensan que el TDAH es solo cuestión de pereza y falta de voluntad. Sin embargo, los padres de un niño con TDAH saben que en muchos casos, aunque el pequeño se esfuerce, le resulta difícil, cuando no imposible, mantenerse concentrado durante largos periodos de tiempo o controlar su impulsividad.

Es importante tener en cuenta que tanto el nivel de activación como la atención son procesos neurológicos complejos, en los que inciden diferentes neurotransmisores, por tanto, no se trata simplemente de falta de voluntad o de pereza. Además, colocarle este tipo de etiquetas al niño solo hará que se sienta peor. De hecho, los estudios incluso han demostrado que muchos de estos niños tienen una inteligencia por encima de la media, solo necesitan un empujón adicional.

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