Los factores que predicen que un niño puede sufrir acoso escolar
¿Conoces el perfil psicosocial de los niños que sufren acoso escolar?
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El acoso escolar es un problema cada vez más común que afecta profundamente a los niños y adolescentes. En España, se estima que el 7,5% de los niños y el 4,3% de las niñas han sido víctimas de bullying, según un informe de Amnistía Internacional.
Se trata de un problema serio pues no solo deja heridas físicas sino también secuelas emocionales. Cuando los niños son sometidos a humillaciones y ataques constantes, es habitual que empiecen a perder el interés por los estudios y disminuya su rendimiento, lo cual puede desembocar en una situación de fracaso escolar.
El bullying también suele afectar la autoestima y la percepción de autoeficacia, dando lugar a trastornos como el estrés postraumático o la depresión, cuyas consecuencias pueden llegar a ser muy graves generando incluso ideas suicidas. Las secuelas emocionales del acoso escolar se agravan aún más en aquellos niños que no cuentan con las herramientas psicológicas que les permitan hacer frente a ese tipo de situaciones. Por desgracia, esos niños más vulnerables suelen convertirse en la diana de los maltratadores.
¿Qué es exactamente el acoso escolar?
Para comprender el acoso escolar es importante clarificar las situaciones en las que se produce. Una discusión o pelea puntual entre dos niños no es bullying. Para que se produzca el acoso escolar es necesario que un niño, adolescente o grupo ataque a otro de forma deliberada y sistemática con la intención de hacerle daño, sin que la víctima haya hecho algo para generar esa violencia.
Eso significa que el acoso escolar implica un comportamiento agresivo y humillante mantenido a lo largo del tiempo. Además, en los casos de bullying generalmente se produce una relación desigual en la que la víctima se encuentra en clara desventaja porque es más débil o no tiene los recursos necesarios para detener con éxito la agresión, ya sea porque cree que es incapaz de defenderse o porque no sabe cómo evitar el acoso.
El perfil psicosocial del niño que sufre acoso escolar
Existen algunos niños que, por sus características, son más vulnerables a sufrir acoso escolar. Eso no significa que sean culpables de la violencia o que hayan hecho algo que la justifique, sino tan solo que se encuentran en una posición de desventaja física, psicológica o social que los maltratadores pueden aprovechar.
El factor común a los niños que sufren bullying es que tienen dificultades para defenderse, ya sea porque no tienen la fuerza física o la autoconfianza suficiente. De hecho, a menudo las víctimas del acoso son niños más pequeños, de complexión delgada o que sufren algún tipo de discapacidad. Otras veces se trata de niños muy sensibles, nerviosos o pasivos. Los niños que pertenecen a grupos minoritarios también suelen encontrarse en el punto de mira de los acosadores ya que muchos casos de acoso escolar también contienen elementos de racismo y xenofobia.
Sin embargo, en otras ocasiones se trata de niños irritantes o molestos para los demás, o que no cumplen con las normas implícitas que rigen en el grupo de coetáneos. No es inusual que los niños que obtienen excelentes calificaciones o que denuncian problemas ante los profesores se conviertan en víctimas del acoso escolar.
Un estudio realizado por psicólogos colombianos con 582 estudiantes reveló que la impulsividad y la soledad son dos factores que aumentan el riesgo de sufrir acoso escolar. Cuando los niños no son capaces de percibir y decodificar adecuadamente las emociones de los demás y actuar en consecuencia, es probable que reaccionen de manera exagerada.
Si son propensos a sufrir arrebatos de cólera y perciben hostilidad donde no existe, tendrán más probabilidades de ser rechazados por el círculo de amigos, lo cual terminará aislándolos, como han comprobado otros investigadores. Estos niños se vuelven impopulares ya que carecen de la Inteligencia Emocional necesaria para integrarse en el grupo, que normalmente actúa como un factor protector ante el acoso escolar.
Los otros niños no suelen considerar a sus coetáneos con escasas habilidades sociales y emocionales como una compañía agradable o de confianza, por lo que suelen evitarlos. Como resultado, esos niños tienen menos amigos que puedan protegerles y funjan como un “escudo social”. De hecho, las habilidades sociales se consideran otro factor protector contra el acoso escolar.
Por otra parte, los niños muy tímidos, ansiosos, que se avergüenzan fácilmente y tienen problemas de autoestima también pueden ser víctimas de bullying. Estos niños suelen tener un repertorio de respuestas sociales muy limitado que a menudo les lleva a desplegar soluciones poco asertivas e impopulares ante los conflictos con otros compañeros de clase que terminan agravando el problema.
En este sentido, otro estudio realizado en la Universidad Autónoma de Madrid reveló que solo un 17% de las víctimas de acoso escolar responden de manera asertiva recurriendo al diálogo como vía para solucionar el acoso. La mayoría de las personas que sufrieron bullying durante su etapa escolar reconocieron que preferían evitar o ignorar la situación con la esperanza de que desapareciera por sí sola porque carecían de las habilidades de afrontamiento de conflictos necesarias o no se atrevían a pedir ayuda a otros niños, padres o maestros.
Combatir el bullying en el aula
El acoso escolar es un fenómeno complejo en el que no solo están involucradas la víctima y el maltratador sino también los otros estudiantes y la propia escuela. De hecho, el papel de los docentes es decisivo a la hora de lidiar con un caso de acoso en el aula. Establecer límites saludables, gestionar inteligentemente los conflictos y trabajar con los otros niños y los padres es clave para erradicar este problema.
Por otra parte, potenciar la Inteligencia Emocional y las habilidades sociales en los niños que carecen de esas competencias es una buena estrategia para proporcionarles las herramientas que necesitan para hacer frente a los conflictos interpersonales, no solo en el colegio sino en el ámbito más amplio de la vida.
Los profesores deben estar capacitados para reconocer los problemas de conducta en la escuela, de manera que puedan intervenir rápidamente. En ese sentido, programas como el Máster Universitario en Prevención e Intervención Psicológica en Problemas de Conducta en la Escuela son muy útiles ya que brindan a los docentes los conocimientos necesarios para detectar de manera precoz el acoso escolar e implementar planes de intervención integrales dirigidos a reducir la violencia en sus aulas. Así las escuelas podrán convertirse en el lugar inclusivo, desarrollador y seguro que los niños necesitan.
- (2019) Hacer la vista… ¡gorda!: El acoso escolar en España, un asunto de derechos humanos. En: Amnistía Internacional.
- Ortega, F. et. Al. (2015) Factores de riesgo y protectores del bullying escolar en estudiantes con bajo rendimiento de cinco instituciones educativas de Santa Marta, Colombia. Psicogente; 18(33): 188-205.
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- Van der Meulen, K., et. Al. (2003) Recordando el maltrato entre iguales en la escuela: consecuencias e influencia en la actuación del profesorado. Infancia y Aprendizaje; 26: 49-62.
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