Los 4 factores de los maestros que dejan huella en sus alumnos
Cómo un maestro se convierte en una huella imborrable en la memoria y el corazón de sus alumnos
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Solo tienes que echar la mirada atrás para recordar algún maestro que marcase tu educación cuando ibas a la escuela. No todos los profesores son iguales pero lo que es seguro es que marcan la vida de sus alumnos, siempre y cuando trabajen por mantener una buena relación con ellos. Ser maestro es vocacional y no es solo ir a trabajar y ganar dinero, ser maestro es ser un guía que se puede quedar en el corazón de los alumnos siempre.
No es una relación como las demás
Las relación que se establece entre un maestro y sus alumnos es diferente a cualquier otra relación que haya en la vida de los alumnos. Nada tiene que ver con otras relaciones que se pueden tener en la vida como las parentales o las de los amigos. La relación pedagógica puede ser realmente especial porque forma parte de un buen aprendizaje.
Es más, si un alumno se siente bien con su maestro es más probable que aproveche mejor las clases y se esfuerce por aprender. Es necesario saber que una relación pedagógica no solo es que el maestro enseñe y el alumno aprenda, hay mucho más. La personalidad, la forma de ser, la actitud, el lenguaje corporal… todo cuenta.
Los alumnos no se relacionan igual con todos los maestros, ya que pueden sentir más afinidad con unos que con otros. Esto es normal. Pueden generar vínculos más estrechos, tener respeto o incluso que no tengan nada de afinidad con otros y no se lleven bien. Son relaciones humanas y por tanto, todo esto es lo normal.
Factores que crean un vínculo positivo entre maestros y alumnos
Pero claro, ¿qué marca la diferencia en la relación con los maestros? ¿Qué es lo que puede hacer que haya más afinidad con unos que con otros? ¿Cuáles son los factores que influyen para que un maestro tenga una relación positiva con sus alumnos? Eso es lo que vas a descubrir a continuación.
1. El lenguaje corporal
El lenguaje corporal dice mucho de nosotros, aunque no hablemos. El cuerpo se comunica y un maestro puede decir con su cuerpo que no quiere estar en esa clase (intentando salir todo el tiempo del aula con excusas), que no quiere cercanía con los alumnos (marcando distancia física constante). Su lenguaje corporal podrá indicar si quiere relacionarse o no con los alumnos. El lenguaje corporal habla más que las palabras… y eso los alumnos lo notan.
2. El contacto visual
Cuando no hay contacto visual con los alumnos, los maestros dejan claro que no les importa las personas que tienen delante. Quieren hacer su trabajo e irse a casa, sin importar más allá de los libros de texto. Pero cada alumno tiene una historia y unas características diferentes. Por eso, un buen contacto visual y una mirada atenta hacia todos y cada uno de los alumnos puede marcar una gran diferencia en la relación.
Esto hará que el maestro empiece a captar las necesidades de cada uno de ellos, que les haga un seguimiento y los alumnos se sientan importantes cada vez que esté a su lado. Cuando los maestros miran “a ninguna parte” solo para que sus alumnos no les molesten fuera de lo necesario, no se generará un buen vínculo con ellos.
3. La comunicación
Como en cualquier relación interpersonal la buena comunicación es fundamental para que haya un vínculo fuerte entre las personas. Además, es mediante la comunicación como se establece una buena relación pedagógica. No siempre es lo que se dice, sino más bien, el cómo se dicen las cosas. El tono, la forma de decir las palabras… es lo que marcará la diferencia. El respeto siempre es fundamental, así como transmitir confianza.
4. La empatía y asertividad
La empatía y la asertividad van cogidas de la mano cuando se trata de tener buenas relaciones entre personas, y en la relación pedagógica no lo es menos. Son fundamentales para que los alumnos se sientan acompañados en todo momento, que sientan esa cercanía tan importante en las relaciones interpersonales. Sentirse comprendidos les hará mejorar sus resultados académicos.
Cuando los alumnos tienen la suerte de encontrar un maestro que les deja huella en sus vidas, sabrán que el aprendizaje es mucho más que aprender conceptos. Consiste en formarnos como personas, en conocer quienes somos, en saber quienes queremos ser en el futuro y sobre todo, es recordar que ese maestro fue importante para nosotros porque era capaz de ser guía, maestro y un amigo en la escuela.
Un amigo que nada tiene que ver con las relaciones de amistad como las que se tienen con los iguales, puesto que es una figura de autoridad y respeto. Pero es un tipo de amistad pedagógica que nos enseña que somos capaces de conseguir las cosas con tesón, con voluntad y constancia. Sus palabras de aliento pueden resonar en nuestra cabeza durante toda la vida.
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