Esto es lo que tu hijo debería aprender en 2021
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En un año la vida de la sociedad mundial ha dado un giro de 180º y es que el virus que causa la enfermedad COVID-19 nos ha hecho replantearnos a todos la vida. Además, debemos ser conscientes ante esta situación porque solo con responsabilidad social se pueden frenar las muertes y los contagios que causa este virus tan peligroso.
La forma de relacionarnos ha cambiado drásticamente. El entendimiento de la vida nada tiene que ver con cómo era antes… Las crisis causadas por pandemias tienen graves consecuencias a nivel social y personal, y no es para menos.
Nos hemos visto obligados a cambiar la forma de hacer todo y a ser resilientes, porque todos, absolutamente todos, de una manera u otra, debemos resurgir de todo lo que este virus nos está haciendo sufrir. Trabajar, estudiar, relacionarse con otros, la vida familiar… nada es igual.
Gestionar las emociones
En la actualidad y debido a todo lo que nos está tocando vivir, debemos aprender a gestionar mejor las emociones… debemos ser resilientes. No es fácil conseguirlo cuando las situaciones se vuelven adversas… y cuando se supone que todo mejora, vuelven a haber obstáculos. Y cuando nos enfrentamos a pérdidas de seres queridos, aún empeora todo más.
De hecho, una lección que debemos tener en cuenta tanto para los niños y adolescentes como para los adultos, es que la existencia es demasiado frágil como para darla por sentado. Hay que vivir el presente como si cada día fuese el último.
Un virus nos ha cambiado la vida por completo, a los que tenemos la suerte de mantenerla… Y debemos aprovechar eso, siendo responsables socialmente para acabar cuanto antes con la masacre que este coronavirus está ejecutando por todo el mundo.
Además, a nivel educativo este virus nos ha hecho ver la distancia tan grande que hay en la educación de aquellos niños que tienen la suerte de disfrutar de recursos a su alcance y de lo mal que lo pasan aquellos que no pueden tenerlos. La educación presencial es fundamental para el desarrollo de los niños y adolescentes, y esto, es lo que debe cuidarse al máximo en nuestra sociedad.
Aprendizajes que no pueden faltar
Durante estos meses también hemos podido observar lo importante que es interiorizar los aprendizajes y que no hay que obsesionarse por el aprendizaje absurdo de contenidos sinsentido o únicamente memorizar por memorizar. La educación debe dar respuesta a las necesidades individuales de cada niño y adolescente.
Un deseo dentro de todo este caos, es que la pandemia junto con nuestra guía y serenidad, enseñe a nuestros hijos a hacer frente a los cambios y a las adversidades con la mayor resiliencia tanto en el presente como en el futuro. Que aprendan que sus sueños son posibles si se esfuerzan y se centran en su poder interno. La actitud en la vida es la clave de todo.
Por eso, los niños deben aprender algunas cosas, valores que son necesarios tanto ahora en nuestro mundo caótico por culpa de un virus, como en su futuro:
- Aprender a vivir en el presente. Lo que importa es el aquí y el ahora.
- Motivar a los hijos a que hagan cosas que les hagan felices cada día. Que sientan la ilusión por cada cosa que hacen.
- Que sean capaces de conectar corazón y mente junto con su cuerpo. Practicar el mindfulness para encontrar la paz interior y el equilibrio emocional.
- Desarrollar la inteligencia emocional que todos tenemos y ponerla en práctica tanto con uno mismo como con los demás.
- Ser persistentes en aquello que les interesa, establecerse metas y objetivos diarios e ir consiguiéndolos.
- Aprender de los errores, no importa si algo no sale como esperábamos, lo que realmente importa es el aprendizaje que nos deja.
- Aprender a desarrollar el pensamiento libre y crítico, dejando a un lado todo lo que tiene que ver con la manipulación de los medios. Aprender a hacerse preguntas para reflexionar sobre los datos o la información que reciben diariamente.
- Mejorar y desarrollar sus habilidades socioemocionales e interpersonales.
- Potenciar la resiliencia, la autoestima, el autoconocimiento y el control de uno mismo para hacer frente a la adversidad.
- Entender que la forma en que se percibe y se siente la vida tiene que ver con los valores y con cómo nos sentimos con nosotros mismos. No puede faltar la tolerancia, la honestidad, la solidaridad o el respeto hacia uno mismo y hacia los demás.
- Cultivar el pensamiento positivo sin dejar de tener en perspectiva la realidad de los acontecimientos.
- Aprender a tener conciencia de que el planeta es nuestro hogar pero no es de nuestra posesión. Debemos cuidarlo como hogar nuestro que es, para que perdure para las siguientes generaciones. Ser ecológicos y conscientes.
- Entender que lo más importante en la vida no lo compra el dinero: el amor de nuestros seres queridos, el tiempo y la salud.
- Ser consciente de que a nuestro alrededor solo tienen que haber “personas vitaminas”, aquellas que nos hagan sentir mejor… y nosotros mismos, ser también personas vitaminas.
- Los sueños no son solo para pensarlos, son deseos que se pueden lograr siempre y cuando uno se esfuerce en conseguirlo con persistencia y valentía.
Sin duda, son aprendizajes fundamentales para todos.
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