¿Cómo estimular a los niños hiperconectados para que jueguen más?

Hoy, los niños pasan más tiempo delante de una pantalla que jugando en el parque con sus amigos. Las pantallas se han vuelto omnipresentes en la vida de los pequeños sustituyendo el tiempo de juego e interacción con las personas de su entorno. De hecho, según reveló una investigación realizada en la Universidad de Calgary el 75,3% de los niños menores de 2 años utiliza las pantallas a diario mientras que el 64,4% de los pequeños entre 2 y 5 años está delante de un móvil, una tableta o la televisión más de una hora al día. Tanto así que, muchas veces los niños prefieren ver contenido o jugar online en lugar de quedar con sus amigos para jugar.

Sin embargo, el juego tradicional y las actividades al aire libre son fundamentales en el desarrollo infantil ya que estimulan sus sentidos, fomentan sus habilidades y potencian su creatividad. No en vano la OMS ha reconocido el juego como un derecho y un aspecto clave para el desarrollo óptimo infantil. Pero, cuando se educan a niños hiperconectados, apartarlos de las pantallas puede convertirse en un dolor de cabeza para los padres. Una misión difícil, pero no imposible. 

¿Por qué es importante que los niños jueguen más al aire libre?

El juego es mucho más que un mero entretenimiento o diversión, desempeña un rol fundamental en el desarrollo infantil. Se trata de una actividad de aprendizaje a través de la cual los niños empiezan a descubrir su entorno y se preparan para la vida adulta. No en vano suele decirse que el juego es el primer ensayo de la vida. Y es que, a través de la actividad lúdica, los niños comienzan a interactuar con todo lo que los rodea y desarrollan habilidades motoras tan importantes como el equilibrio o la coordinación mano-ojo.

Además, es una actividad que estimula su desarrollo cognitivo e intelectual ya que les permite aprender nuevas estrategias de solución de problemas, así como dar rienda suelta a su creatividad e imaginación. Esto mientras ponen a prueba las diferentes fases de su pensamiento y aprenden a planificar y reflexionar para intentar comprender lo que sucede en su entorno. El juego también es un agente socializador que permite a los niños relacionarse con otros pequeños de su edad y establecer nuevas relaciones. De hecho, es una forma ideal de desarrollar su lenguaje y habilidades comunicativas.

A través del juego los niños van adquiriendo también autonomía e independencia ya que, aunque muchas veces imitan los comportamientos y actitudes de los adultos, cada vez utilizan más sus propios símbolos e interpretaciones. De ahí que también sea una actividad mediante la cual van consolidando su autoconcepto, autoestima y autovaloración y descubriendo sus propios intereses y formas de hacer las cosas. De hecho, es también un buen escenario para que aprendan a controlar sus impulsos y eduquen sus emociones. 

¿Por qué las pantallas no deberían sustituir al juego tradicional? 

Las pantallas, ese espacio virtual en el que los niños se divierten pasivamente sin prácticamente ningún esfuerzo físico o mental, pueden ser una alternativa educativa para familiarizar a los niños con algunos temas y/o aprendizajes, pero en ningún caso deberían convertirse en el sustituto del juego tradicional. Estos dispositivos no solo limitan todas las ventajas que ofrece el juego en la infancia temprana, sino que además sobreestimulan a los pequeños con colores, imágenes y sonidos que pueden afectar su procesamiento cognitivo e impactar de manera negativa en su atención y concentración.

De hecho, se conoce que las pantallas pueden tener una impronta negativa en el desarrollo óptimo infantil ya que, en lugar de fomentar la creatividad, la capacidad de solución de problemas o las habilidades comunicativas en realidad las retrasa como reveló un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Tohoku en Japón. Una interesante investigación en la que encontraron que cuanto más tiempo pasan los niños delante de las pantallas peor es su desarrollo cognitivo, social y motor. 

Y es que en lugar de estimular a los niños a descubrir su entorno y fomentar sus habilidades, las pantallas incentivan el juego pasivo y reducen la interacción con su entorno limitando sus posibilidades de desarrollo. A largo plazo esto puede tener un enorme impacto negativo en la manera en la que los niños interpretan y se relacionan con el mundo, así como en la manera en la que interactúan con las personas cercanas.

5 estrategias para estimular a los niños a salir de las pantallas y jugar más

Apartar a los niños hiperconectados de las pantallas y motivarlos a jugar al aire libre en compañía de otros pequeños a veces puede ser un auténtico reto. Los padres lo saben muy bien. Sin embargo, aunque en un inicio pueda parecer complejo, es posible conseguir que los niños comiencen a disfrutar del juego tradicional y estén en contacto con su entorno. He aquí algunas claves que pueden ayudarte a alejar a tus hijos de las pantallas.

1. Fomenta el juego libre y en compañía

Todos los niños no disfrutan de los mismos entretenimientos, por lo que si quieres que tus hijos jueguen alejados de las pantallas debes animarlos a que jueguen libremente. Colócalos en un espacio con juguetes diferentes, accesorios para dibujar, juegos de construcción, rompecabezas o instrumentos musicales y deja que sean ellos quienes elijan en qué quieren entretenerse. Además, acompáñalos durante ese tiempo y dedícales tiempo de calidad.

2. Anímalos a desarrollar su creatividad

Los niños son creativos e imaginativos por naturaleza y esa es precisamente una de sus mayores bazas para su entretenimiento. De hecho, no necesitan mucho para divertirse y crear su propio juego, por lo que si quieres apartarlos de las pantallas debes proponerles actividades que les resulten interesantes, atraigan su atención y en las que puedan desplegar todo su potencial.  

3. Motívalos a pasar tiempo en la naturaleza

Pasar tiempo al aire libre y en la naturaleza no solo contribuye a despejar la mente y relajar las tensiones, sino que es un buen aliado para que los niños estén en contacto con su entorno y estimular su curiosidad. Además, es una buena manera de animarlos a mantenerse activos físicamente y establecer vínculos sociales con otros niños de su edad. 

4. Juguetes pocos y sencillos

El exceso de juguetes puede anestesiar la mente de los niños y hacer que se abrumen. Por tanto, si quieres alejarlos de las pantallas, rodearlos de juguetes no es la solución. En su lugar, elige pocos juguetes que alimenten su ilusión y estimulen su imaginación. Ten en cuenta que cuanto más haga un juguete, menos hará la mente de los niños. Por tanto, asegúrate además de que sean juguetes sencillos con el potencial de echar a volar su creatividad.

5. Enséñalos a abrazar el aburrimiento

Estar sin hacer nada no solo enseña a los niños a estar consigo mismos, sino que también los anima a reflexionar sobre temas que a veces pueden pasar por alto. Además, el aburrimiento es un gran aliado de la creatividad, una oportunidad para que los niños puedan estimularse a sí mismos y encontrar actividades o ideas que les interesen realmente.