Errores educativos que se cometen en casa
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Hace unas semanas os hablé sobre los errores comunes de los padres en la educación de los hijos, pero hoy quiero hablarte sobre los errores educativos que se cometen en casa y que los padres deben solucionar para que los hijos puedan desarrollarse plenamente con una buena salud emocional. Por eso hoy quiero hablarte sobre algunos errores educativos que se cometen en casa y que son fáciles de solucionar cambiando la perspectiva con la que se mira la realidad.
Eres demasiado negativo
La negatividad nunca es algo bueno para el desarrollo emocional de los niños (y de cualquier persona). Pero igual que la negatividad puede influenciar negativamente, hablar a los niños con demasiados “no” también puede ser contraproducente. El número de cosas que le digas a tu hijo con la palabra “no” deberá ser mínima. Es mejor dar órdenes en positivo para que los niños las interioricen mejor. Por ejemplo, en lugar de decirle a tu hijo: “No estires la cola del gato”, puedes decirle algo como: “Deja de estirar la cola del gato”.
Es necesario que a tu hijo le hables siempre en tus órdenes acerca del comportamiento que quieres ver y no del que quieres evitar. De este modo podrás decirle exactamente qué es lo que esperas de su comportamiento y entenderá mejor qué es lo que debe hacer. Si utilizas la palabra “no” con demasiada frecuencia, tus hijos dejarán de escucharla y ya no tendrá sentido para ellos. Es mucho mejor que uses la palabra “no” únicamente en casos extremos donde la seguridad de tu hijo corra peligro. Recuerda que si tu hijo te escucha y sabe comportarse bien, entonces deberás reforzar su conducta con buenos elogios.
Intervienes por todo lo que hace tu hijo
Es posible que estés escuchando a tus hijos corretear por la casa, que gritan mientras juegas… y quizá sientas la necesidad de intervenir cada vez que tus hijos están haciendo algo, sea lo que sea. Pero ser el malo de la película además de que es un agobio, te agota a ti y agota a tus hijos. Debes tener presente que los niños muchas veces pueden hacer cosas molestas, pero es porque están explorando sus habilidades y debes dejar que lo hagan. Quizá tu hijo derrame toda el agua del vaso porque está averiguando qué ocurre si lo hace.
Pero en otras ocasiones puede que su mal comportamiento sólo sea para llamar tu atención, pero tienes que saber escoger tus batallas sabiamente. Cuando tengas que reaccionar, la regla de oro es que si no hay peligro, no hay nada que se pueda romper o la seguridad está bien, entonces sólo espera vigilante pero no intervengas. Cuando te des cuenta que no es necesario gritar a tu hijo porque está con el mando a distancia en la mano, verás cómo empezarás a sentirte más tranquilo y tu hijo más calmado.
Sólo hablas, pero no haces nada
Muchos padres piensan que diciendo las cosas en la distancia o mientras están sentados en el sofá, sus hijos les obedecerán ciegamente. Nada más lejos de la realidad, los niños necesitan que sus padres estén a su lado y les guíen todo el tiempo. Por ejemplo, si estás en la cocina haciendo la cena y tu hijo está en el salón viendo la televisión y desde lejos le dices que apague la televisión, es probable que después de repetirlo 10 veces debas acudir al salón para apagarla tú mismo.
Para enseñar a los niños a seguir las reglas, deberán saber qué es exactamente lo que esperas de ellos y después, tomar las medidas necesarias. Por ejemplo, si quieres que tu hijo se levante del sofá para que vaya al dormitorio a hacer los deberes, deberás decirle las cosas directamente: “Apaga la televisión y ve a tu dormitorio a hacer los deberes”. Si tu hijo no obedece, entonces tendrás que usar las consecuencias: “Si no apagas la televisión y vas ahora a hacer los deberes, apagaré yo la televisión y tus privilegios de verla estarán suspendidas por todo el día de hoy”.
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