Cómo enseñar a los niños a protegerse de las personas tóxicas
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En la vida siempre nos vamos a encontrar con personas negativas que no nos aportan ningún bien y por eso es buena idea ayudar a nuestros hijos a entender que en su vida podrán elegir a las personas que quieren a su alrededor. Cualquier persona que les cause vergüenza, humillación o les haga sentir algún sentimiento negativo, es alguien tóxico y es mejor que lo mantenga fuera de su vida.
Nuestro deber como padres es impulsar el vuelo de nuestros hijos y que sean capaces de hacerlo ante cualquier circunstancia de la vida, pero es necesario que en ocasiones se den cuenta que hay personas que querrán arrastrarles y cortarles las alas, y ellos no se lo deberán permitir.
No siempre es fácil que un niño se aleje de una persona que es tóxica, sobre todo si ese adulto es un maestro o un padre, pero sí hay cosas que se pueden tener en cuenta para fortalecer su escudo y enseñarles habilidades que le protegerá. Las personas tóxicas van y vienen en la vida, pero también hay personas estupendas que merece la pena conocer. La fuerza del carácter de tu hijo hará que el veneno de las personas tóxicas no le afecte lo más mínimo. Pero, ¿cómo ayudar a un hijo a alejarse de las personas tóxicas?
¿Es realmente una persona tóxica?
Antes de señalar a una persona como tóxica, se deberán descartar otras explicaciones sobre cómo el niño se siente. En ocasiones, un niño puede ser sensible al tono o el volumen de un adulto o a su modo de hablar sin que necesariamente sea una persona tóxica. Si el adulto es así con todo el mundo, su comportamiento no es necesariamente tóxico. Puede que no sea amable, pero no es tóxico. Quizá el comportamiento de tu hijo en clase no está siendo adecuado y el maestro sólo le guía para el cambio… pero esa respuesta no debe ser algo que avergüence o humille a tu hijo. Es necesario saber cómo hablan puesto que las personas tóxicas culpan a los demás por su propio (e inadecuado) comportamiento.
No darle siempre la razón al adulto
Muchos niños piensan que en ocasiones los adultos se ayudan, pero tiene que haber un límite sobre esto. Al apoyar al adulto te conviertes en el apoyo en su comportamiento tóxico (se contamina la autoestima del niño, su confianza y su fortaleza), así que llegará un momento en que se deberá retirar el apoyo. Deja que tu hijo sepa que tú tampoco estás de acuerdo con ese otro adulto o con la otra persona (sea quién sea) y que todo lo que se ha dicho o se ha hecho no debería haber ocurrido.
Cómo marcar los límites
Los niños deben aprender a poner límites. Los límites son una línea divisoria entre lo que se permite en la vida y lo que no, entre lo que se piensa y lo que se hace. Con un límite fuerte, hay una aceptación de lo que una persona hace, siente, dice… Y los niños deben aprender a que si alguien no les aporta buenas energías, simplemente es mejor que mantenga una distancia emocional.
A los hijos se les puede explicar que todos tenemos un campo de fuerza invisible que son los límites, y que están para protegernos de las personas que nos hacen sentir mal. Tu hijo debe saber que él es el encargado de ese campo de fuerza y que sólo él puede decidir cuando las personas entran o salen de su vida, y también tiene el poder de decidir qué es lo que está permitido y qué no lo está. Es el jefe de sus propios límites, porque no podemos controlar a las otras personas pero sí podemos controlar si dejamos que las personas malas nos hagan daño o no.
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