Enseña a tus hijos a respetarte, no a temerte
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Es fundamental saber si tu hijo te respeta realmente como figura de autoridad o si simplemente te obedece porque te tiene miedo. La disciplina es una parte importante de la infancia. Pero como padres, a veces puede ser difícil caminar por la delgada línea entre ser estricto y asustar a los hijos. Entonces, ¿les enseñas respeto a tus hijos, sin enseñarles a temerte?
El miedo y el respeto
El miedo y el respeto son dos términos que surgen durante el proceso de crianza del niño, y a menudo se confunden entre sí. La mayoría de los padres entienden que lo correcto es promover el respeto en sus hijos y no el miedo, pero la diferencia no siempre es tan clara en la vida real.
Lo primero que debes tener en claro es que el miedo nunca es una buena emoción. No quieres que tus hijos te tengan miedo. Esto no solo arruinará tu relación con ellos, sino que también tendrá un impacto negativo en las relaciones futuras que tendrán con los demás. Por ejemplo, los niños que han sido disciplinados con ira y miedo a menudo usan esas mismas tácticas cuando interactúan con otros niños. Esto puede conducir fácilmente al comportamiento de intimidación y que sean protagonistas de acoso a otros niños.
Si le gritas a tu hijo y crees que así le estás disciplinando, piensa de nuevo. No le estás enseñando sobre lo incorrecto / correcto o las consecuencias, sino que simplemente le estás causando angustia emocional.
El miedo no detiene el mal comportamiento
El miedo no detiene los malos comportamientos en un niño, al menos, a largo plazo. Simplemente consigue que sea menos probable que le diga a sus padres que ha hecho algo mal. Los niños que temen las reacciones de sus padres a menudo aprenden a mentir a una edad muy temprana.
Enseñarle respeto a los hijos comienza con ser un buen modelo a seguir. Muestra respeto a tus hijos y a tu pareja al hablarles de manera civilizada, incluso cuando estés enfadado.
Muestra el mismo respeto a los demás fuera de tu hogar, incluido el conductor que te interrumpe mientras llevas a los niños a la escuela y el cajero del supermercado que no te contesta de la forma cortés que esperas. Los niños copiarán tus acciones y seguirán tu ejemplo, y aprenderán a gritar y a enfadarse en lugar de mostrar respeto por los demás.
Sigue recordándote a ti mismo que eres padre, no puedes perder los estribos. Si te sientes enfadado o desbordado, respira profundamente antes de dirigirte a tu hijo. No grites, no hables demasiado alto, no maldigas ni te vuelvas físicamente agresivo, porque lo único que le enseñarás a tu hijo es a tenerte miedo y a comportarse igual con los demás.
Que tus hijos te respeten
Si esto te ocurre en la crianza de tus hijos, te tendrán miedo:
- Les das mensajes contradictorios
- No tienes en cuenta nunca sus opiniones
- Les amenazas constantemente
- Les castigas en proporciones superiores a lo que han hecho
- Descalificas a tus hijos y no las conductas
- Les insultas, les gritas y/o les humillas
- Les castigas físicamente
- Pierdes el control
- No tienes límites claros en cuanto a la crianza
En cambio, si esto es lo que haces con tus hijos habitualmente…
- Enseñas, modelas y eres un buen ejemplo
- Les respetas
- Les haces sentir que su opinión siempre es válida e importante
- Trabajas su autonomía y su capacidad de distinguir lo bueno de lo malo
- Usas consecuencias lógicas
- Eres consistente con las normas
- No te centras en tu hijo, sino en la conducta
- Generas un clima de respeto en tu hogar
- Escuchas y comprendes sus sentimientos
- Usas la inteligencia emocional para resolver los conflictos
Entonces tus hijos sentirán respeto por ti… y nunca miedo. Sabrán que eres en la persona que más pueden confiar.
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