Educación

Enseña a tus hijos a cometer errores sin miedo

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Todo error es una oportunidad de nuevo comienzo… no hay que temerlos, hay que verlos como maestros de la vida que nos permiten mejorar. El aprendizaje está lleno de equivocaciones que nos permiten tener más experiencia y por eso, como padres, hay que animar a nuestros hijos a que no se sientan mal cuando hayan cometido algún error. Tampoco debemos castigarles cuando se equivocan, sino aprovechar el momento para enseñarles a hacer las cosas de otro modo.

Sin miedo a equivocarse

Si una persona crece teniendo miedo a cometer errores, crecerá pensando que el fracaso es un motivo para hundirse emocionalmente. Nada más lejos de la realidad. En muchas ocasiones para poder llegar al éxito, primero hay que haber fracasado una o más veces. Lo que importa es aprender de ese fracaso para que nuestro camino nos proporcione más sabiduría.

Reconocer que nos hemos equivocado es de valientes porque somos conscientes de lo que ha ocurrido y queremos buscar la manera de resolverlo, de buscar soluciones. Para los niños esto es muy valioso porque su capacidad de aprendizaje ante los errores es enorme. Errar es de humanos y es normal que todos y cada uno de nosotros lo hagamos.

Para poder entender los errores, es necesario entender qué son, cómo nos pueden ayudar y sobre todo, aceptar que cuando los cometemos, son nuestra responsabilidad.

La responsabilidad de cometer errores

Para que tus hijos aprendan de sus errores deberán primero, aceptar que los han cometido. Después, como guías que somos, tendremos que enseñarles lo que han hecho mal y las estrategias necesarias para que lo arreglen. Esta es la máxima para que tus hijos aprendan con responsabilidad pero es fundamental que los padres lo tengamos en cuenta.

En muchas ocasiones, debido al estrés o a la presión que estamos sometidos como padres, cuando un niño rompe o derrama algo, es posible que les hablemos de mala manera, se le castiga y no se le corrige desde el cariño y el respeto. Si siempre que nos equivocamos nos castigan, nunca saldríamos de nuestra zona de confort y nos convertiríamos en personas con miedo al fracaso.

Por ejemplo, si tu hijo ha derramado algo por no estarse quieto en la mesa, explícale la importancia que tiene estar sentado en la mesa de forma tranquila cuando estáis comiendo.

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Nunca le castigues por equivocarse

Como te hemos mencionado más arriba, si castigas a un niño porque se ha equivocado en lugar de enseñarle a hacer las cosas mejor, pensará que equivocarse es horrible y si lo hace quedará en ridículo. A medida que vaya creciendo evitará hacer cosas nuevas por temor a no hacerlo bien y por lo tanto, tendrá una vida desgraciada y muy limitada.

Siguiendo el ejemplo anterior, si un niño no para quieto en la mesa y por eso derrama algo y solo se le grita, se le critica, se le amenaza o se le dan manotazos para que se siente, el niño no aprenderá a sentarse bien. Aprenderá a que ser él mismo está mal y que tiene que reprimirse. Crecerá en base al miedo y a la inseguridad en su persona.

Los padres también debemos entender que los niños no son seres inertes y que se mueven, juegan, experimentan y disfrutan de la vida. Es normal que se muevan en la mesa y que eso no tiene que ser un motivo de castigo o de recriminarle con agresividad. Necesitan una orientación a través del cariño y el amor para aprender buenos modales en la mesa… Que irán aprendiendo con el paso del tiempo y una buena enseñanza diaria.

Los errores son naturales

Equivocarse es natural y por eso no hay que hacerles sentir a los niños mal porque los cometan. Es más, hay que hacerles ver la importancia que tienen en la vida y para el desarrollo de uno mismo.

Vivimos en un mundo cambiante y los errores nos ayudan a aumentar nuestra creatividad y capacidad de resolución de conflictos, algo fundamental para preparar a los niños ante la vida. Para que tengan habilidades productivas que se desarrollarán gracias a su curiosidad innata, su imaginación y la creatividad que hay que cultivar día tras día. Si les enseñas a aprender de sus errores, los niños crecerán con un gran potencial.

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