Educación

Enseña a tu hijo que el dinero puede comprarlo todo, menos la felicidad

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El dinero no compra la felicidad
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Vivimos en una sociedad movida por el dinero. Ese papel y monedas que nosotros mismos hemos creado y que nosotros mismos les hemos dado ese valor (en ocasiones tan peligroso) que tiene. Eso los niños lo saben desde muy pequeños, saben que las cosas se compran con dinero, que mamá y papá tienen que trabajar muchas horas para ganarlo y poder pagar las facturas, la comida… todo. Nuestra sociedad tiene el dinero para controlar nuestras acciones, pero jamás deberá controlar nuestra felicidad.

El dinero no compra la felicidad

Desde que los niños son pequeños deben aprender que sí, que el dinero existe, que tiene un valor, debemos enseñarles a cómo administrarlo, a hacer un uso responsable del mismo, a conseguirlo de forma honrada… Pero al mismo tiempo, también hay que enseñar a los hijos que el dinero no todo lo puede. El dinero no lo puede todo porque las cosas que realmente nos hacen felices no cuestan dinero, normalmente son gratis.

Los abrazos, el amor, el afecto, la felicidad por lograr las cosas, la satisfacción, las emociones… Todo esto es lo que llena el corazón de las personas y no cuestan dinero. Compartir la vida con los seres que más queremos y disfrutar de las risas y los buenos (y no tan buenos) momentos es lo que realmente nos hace sentirnos vivos.

Un juguete, el último móvil, un ordenador de última generación, una ropa de moda y de marca… La vida y la felicidad es mucho más que todo esto… Es mucho más que el dinero que puede conseguir y meter en su hucha para conseguir cosas materiales. Está bien ahorrar, está bien ganarse las cosas por uno mismo, pero sin que la felicidad dependa de ello.

Enseña a tu hijo que el dinero puede comprarlo todo, menos la felicidad

La sociedad está equivocada…

Vivimos en un mundo donde desgraciadamente, hay muchas personas que serían capaces de hacer cualquier cosa solo por dinero. Esto es peligroso, que un hombre o una mujer se aferre emocionalmente tanto a un objeto inventado y valorado por el ser humano. También resulta peligroso que los niños crezcan viendo cómo los adultos participan en una sociedad donde el consumismo es el que lleva a las personas por la misma corriente. 

Estamos en un mundo donde el consumismo se ha vuelto salvaje, donde parece que las apariencias son más importantes que la realidad, donde se siguen modas inestables y donde se quiere lo último de lo último para sentirse bien consigo mismos… Mostrando su inseguridad, su poca personalidad y su infelicidad. Los adultos se centran en comprar y tirar, en que nada perdure… tampoco su felicidad.

Los niños aprenden de lo que ven en los adultos. Si quieres transmitirle a tu hijo que el dinero no lo compra todo, no basta solo con palabras… Serán los hechos y las acciones diarias los que realmente enseñen a los pequeños lo que realmente importa. Crecerán dando un valor u otro al dinero, dependiendo de cómo tu valores no solo al dinero, sino también al papel que tiene en tu vida y si te condiciona o no en tu felicidad.

El dinero se convierte en tiempo y el tiempo sí es verdad que NO se compra con dinero. Si tu hijo no pasa tiempo a tu lado ni encuentra la felicidad en el hogar (porque trabajas muchas horas, por ejemplo), no importa todos los millones de euros que acumuléis en el banco, ni tampoco todas las cosas materiales que tengáis… Porque tu hijo no encontrará la felicidad, ya que la felicidad solo la encontrará a tu lado, disfrutando de las pequeñas cosas, de esas, que no cuestan dinero.

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