Las emociones negativas son como los enfados: hay que solucionarlos antes de ir a la cama
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¿Alguna vez te han dicho que nunca te tienes que ir a la cama enfadado con alguien o con algo? Esas emociones negativas pueden crecer en tu interior mientras duermes y hacerte sentir peor. Por eso, es importante enseñar esto a nuestros hijos y que sepan que las emociones negativas son como los enfados: hay que solucionarlos antes de ir a la cama.
Las emociones, en realidad, no son positivas ni negativas. Todas ellas son importantes y necesarias porque nos dicen cómo nos sentimos y si hay algo que debemos resolver para volver a encontrar nuestro bienestar emocional.
Los niños y las emociones
A los niños les cuesta entender, controlar y guiar sus emociones, porque no las entienden. Las sienten de manera intensa pero no son capaces de gestionarlas correctamente. Por eso, como padres, es fundamental que no solo entendamos nuestros sentimientos y los gestionemos bien, sino que también seamos conscientes de cómo guiar a nuestros hijos en este mundo de las emociones tan importante tanto a corto como a largo plazo en la vida.
Por todo esto, es normal que al final del día, los niños tengan algunas emociones mal gestionadas en su interior y es nuestro deber, ayudarles a que se acuesten con ese nudo emocional desatado y sintiéndose bien consigo mismo y con los demás.
De esta manera podrán dormir mejor y para ello, es importante que aprendan a expresar estas emociones con palabras habladas o escritas, como a través de un diario, y también, que les digas algunas frases bonitas antes de ir a dormir. De este modo, se sentirán queridos y valorados de manera incondicional.
Consecuencias de ir a dormir sin gestionar las emociones negativas
Cuando nos vamos a la cama nuestro organismo se repara, nuestra mente se “resetea” y nos preparamos para comenzar un nuevo día. Es una oportunidad estupenda para pensar en aquellos errores que hemos cometido, aprender de ellos y sobre todo, mejorar para ser feliz.
El descanso nocturno es fundamental para estar bien al día siguiente… y un buen descanso también lo proporciona unas emociones bien gestionadas. Si los niños se van a dormir con las emociones intensas sin expresar, es probable que tengan pesadillas o que no se sientan bien. También es posible que se despierten en mitad de la noche y que no quieran volver a dormir, pero ellos no sabrán por qué.
Al día siguiente si no han descansado bien o si las emociones negativas no se han gestionado correctamente es habitual que los niños tengan un mal comportamiento. Que no sepan bien qué les ocurre y quizá tú tampoco. Pero solo es porque deben gestionar esas emociones para que no crezcan en su interior.
Cómo ayudarle a expresar sus emociones
Para que tus hijos descansen bien es fundamental que les ayudes a expresar sus emociones. Como te hemos comentado más arriba, verbalizar lo que les ocurre o escribirlo en un diario son buenas opciones. Pero también hay otras claves que puedes tener en cuenta antes de ir a dormir, sobre todo si tus hijos son más pequeños:
- Hazle preguntas clave para que identifique sus emociones. Por ejemplo: “¿Cómo te has sentido hoy en/cuando…?”, “¿Qué es lo que más te ha gustado de hoy?”, “Si pudieras cambiar algo del día de hoy, ¿qué sería?”.
- Dile frases bonitas. Dile cosas bonitas que le permitan sentirse mejor como por ejemplo: “Me encanta estar contigo”, “Te quiero más que a nada en el mundo”, “Confío en ti”, “Hoy te he echado mucho de menos”, “Me encanta cuando… (algo que hace bien)”, etc.
- Antes de dormir: tranquilidad. Antes de ir a dormir es buena idea apagar las pantallas y hacer actividades que sean calmadas como leerles un cuento. De esta manera podrán dormir mejor.
Recuerda que tus hijos te necesitan como guía y ejemplo para la gestión de sus emociones. Gestiona primero las tuyas para que vean en ti un buen ejemplo a seguir. Te necesitan antes de dormir, pero también durante todo el día.
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