Si discutes mucho con tu madre es porque eres igual que ella
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Cuando somos pequeños, nuestra madre es nuestro mundo. Es ése ser que todo lo sabe, que está a nuestro lado pase lo que pase, que nos protege, nos alimenta y que hace un buen equipo con otro ser que también vela por nosotros. A medida que crecemos comenzamos a ver los defectos en las personas y también en nuestros padres.
Empezar a ver estas imperfecciones, en cierto modo hace que nos sintamos decepcionados, pero también nos damos cuenta de que las personas somos humanas y que por tanto, lo maravilloso de nosotros es tener defectos y aceptarlos. Aunque los padres no sean perfectos, seguirán siendo los números 1 en nuestro corazón por siempre, hagan lo que hagan.
Discusiones con tu madre
Pero que sean los número 1 no quita que tengas ciertas diferencias con ellos. Si alguna vez has notado que no tienes paciencia con tu madre o que te molesta todo lo que hace, no es problema de ella… eres tú el problema. Normalmente proyectamos en los demás lo que no hemos resuelto en nosotros mismos.
Igual no lo quieres reconocer pero cuanto más discutes con tu madre, más se da cuenta de que te pareces a ella. La relación entre madres e hijos es complicada, las emociones en ocasiones parecen una ruleta rusa, a veces están arriba y otras veces, abajo. Es posible que hayas tenido discusiones con tu madre o con tu padre que te han hecho decir tonterías de las que después te has arrepentido.
Siempre que has dicho cosas crueles a tu madre en el calor del momento, acto seguido te has arrepentido mucho debido al amor tan profundo que tienes hacia ella. No quieres que sufra, simplemente que a veces, no puedes evitar discutir con ella o evitar tener conversaciones demasiado profundas.
Una madre siempre quiere lo mejor para sus hijos
Una madre, una buena madre, siempre querrá lo mejor para sus hijos. Existe una sobreprotección innata para criar a los hijos de manera que ellos no tengan que pasar por las mismas desgracias que pasaron ellas, o al menos, para que aprendan las cosas de manera que les ayuden a crecer más tanto a nivel personal como profesional.
Desde la adolescencia es posible que te haya costado escuchar los consejos de tu madre, pero, ¿te has dado cuenta de que SIEMPRE acaba teniendo razón? No sabes por qué, ni cómo… pero es así. Aunque como madre, sabrás que tienes que dejar a tus hijos que solucionen sus propios problemas, también sabrás que es tu deber estar a su lado ahora y siempre, tengan la edad que tengan.
Pero como hija, te habrás dado cuenta de que si peleas con tu madre, discutís mucho o no sabéis estar siempre de acuerdo, es porque sois más parecidas de lo que parece, por lo menos a nivel interno. Ella siente igual que tú, piensa igual que tú, le preocupan las mismas cosas que a ti. Ella no es perfecta, pero de su imperfección sale el amor más puro y honesto que existe en el mundo: el amor hacia ti.
Por eso, cuando discutas con tu madre, piensa que lo que le mueve son sentimientos de amor puro, solo que quizá, a ambas, os faltan algunas habilidades de comunicación para poder hablar con más asertividad y empatía. De esta manera, las discusiones se quedarían a un lado, y podríais hablar sin temor, con seguridad y sabiendo que donde esté una, siempre será el hogar de la otra.
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