Cómo tener discusiones sanas de pareja en el hogar
Gestionar las emociones es el primer paso para conseguirlo
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Las discusiones son algo normal en la vida de cualquier pareja, pero el problema puede llegar cuándo estas discusiones no se saben gestionar. Las peleas o discusiones en pareja pueden ser realmente problemáticas sobre todo cuando hay hijos que presencian los hechos, ya que ellos son esponjas y aprenden de todo lo que ven para formarse como personas… tanto de lo bueno, como de lo no tan bueno.
Es por todo esto que resulta imprescindible saber cómo tener discusiones sanas de pareja en el hogar y que al mismo tiempo, se tenga en cuenta que hay unos niños en casa que no tienen por qué aprender malos comportamientos o malas respuestas. Es importante que los padres sean conscientes de esto para poder gestionar mejor sus emociones. Si tienes discusiones sanas delante de tus hijos podrás proporcionarles la oportunidad de aprender algunas habilidades valiosas para la vida que le ayudarán siempre en su gestión de conflictos.
No pelear sucio
Esto significa que en las discusiones se debe reducir la hostilidad y la agresividad a cero. Sin insultos, sin gritos, sin ataques personales y sin silencio con ojos en blanco que indican desaprobación. Si existe una pelea que realmente es negativa, lo mejor que puedes hacer es mantener lejos a tus hijos y resolver la situación cuando los niños no estén delante, aunque tengas que fingir durante unos minutos para calmar la situación. Tus hijos y su desarrollo es lo primero.
Asegúrate de que los niños sepan que está solucionado
Aunque no sea así. Existen investigaciones que demuestran que el conflicto es especialmente perjudicial para los niños si creen que no se ha resuelto. Hazles saber que tanto tú como tu pareja os habéis perdonado y que encontrasteis la solución a vuestras desavenencias. Es importante hacer esto con respeto y sin fingir demasiado, ya que tus hijos lo notarán.
Mantener a los niños lejos del conflicto
Si sueles tener bastantes conflictos con tu pareja deberéis plantear una solución más drástica como acudir a una terapia de pareja para poder trabajar esas desavenencias que os están convirtiendo en una pareja infeliz. Es importante trabajar la paciencia, la sensibilidad y la coherencia con la pareja, con uno mismo y sobre todo también, con los hijos. Hagas lo que hagas, asegúrate de que tus hijos sienten que tienes tiempo, energía y vitalidad por y para ellos.
A veces los niños se culpan de lo que ocurre…
Existe la posibilidad de que los niños se culpen de lo que está ocurriendo en tu pareja o cuando tienes un día de mal humor. Es necesario que hables con ellos y les hagas entender que no tiene nada que ver con ellos, que ellos nunca serán el motivo de una pelea, independientemente de las circunstancias. Aunque el argumento de una discusión puede ir enfocado hacia los hijos, la forma de reaccionar a la conversación solo la deciden los adultos, por lo que ellos no tienen la culpa en absoluto de eso.
Si estás discutiendo con tu pareja sobre algo que tiene que ver con tus hijos, es necesario que esa conversación la tengas cuando tus hijos no estén presentes.
No todos los conflictos de pareja son tóxicos, pueden ser saludables si se aprende a gestionar adecuadamente. Es importante que los niños aprendan de los padres a cómo gestionar eficazmente los conflictos y una de las mejores maneras para que esto suceda es que vean a sus padres hacer exactamente esto. Hablar siempre desde el respeto y el cariño… El conflicto que se resuelve desde el respeto, la calidez y la empatía tendrá un efecto positivo en los niños, por lo que se podrán equipar con herramientas valiosas para su vida.
Si en algún momento te tienes que divorciar de tu pareja porque la convivencia es imposible, debes saber que los niños de padres divorciados que se llevan bien pueden tener tanto éxito en la vida como los niños de familias donde la relación de pareja está intacta.
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