5 detalles que un niño siempre recordará de sus padres
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A menudo los padres creen que sus hijos no recordarán muchos de los momentos y enseñanzas que aprenden durante los primeros años de vida. A fin de cuentas, son tan pequeños que ni siquiera son conscientes de lo que sucede a su alrededor ni tienen la capacidad para comprender su entorno. Sin embargo, lo cierto es que los niños son capaces de aprender las enseñanzas que les transmiten sus padres desde bien temprano en la infancia, lo que sucede es que muchos de esos recuerdos quedan grabados de manera inconsciente, dando forma a su personalidad a medida que crecen.
Por eso, es importante que desde que los niños son pequeños, los padres se centren en crear buenos recuerdos de su infancia y fomentar enseñanzas positivas y desarrolladoras durante la crianza para educar a niños educados, felices y emocionalmente estables. He aquí algunos de los aprendizajes que los niños aprenden de sus padres a una edad temprana y que nunca olvidarán.
Cosas que un niño nunca olvidará de sus padres
Hay detalles de la infancia que los niños pueden pasar por alto e incluso olvidar con el paso de los años, pero hay eventos que permanecerán por siempre en sus corazones y que serán capaces de recordar aunque pasen muchísimos años. Estos detalles no solo les ayudarán a convertirse en mejores personas, sino que harán que sean más felices mientras crecen. He aquí algunos de los detalles que los niños recordarán de sus padres, incluso cuando sean adultos.
1. Las muestras de afecto y cariño
Si hay algo que los niños recordarán de sus padres para toda la vida serán todas las muestras de afecto y cariño que recibieron mientras crecían. Esas caricias y abrazos cotidianos, esa nota sorpresa en el envoltorio del almuerzo escolar, ese beso de buenas noches o esas risas compartidas viendo una película una tarde de domingo son momentos mágicos que los pequeños no olvidarán nunca.
Por eso, a pesar de las prisas cotidianas y las preocupaciones del trabajo, es importante que los padres dediquen unos momentos al día a demostrarles a los niños cuánto les quieren y cuán importante son en su vida. A fin de cuenta, esos momentos son los que realmente quedarán grabados en su mente.
2. El apoyo en los momentos difíciles
Cuando los niños son pequeños no logran distinguir bien entre realidad e imaginación, por lo que es habitual que los miedos se apoderen de ellos a menudo. Como no conocen el mundo, ni tienen desarrolladas muchas de sus habilidades cognitivas o emocionales, les resulta más difícil hacerles frente a las adversidades y, a veces, se sienten inseguros y temerosos. Contar en esos momentos con el apoyo de sus padres, quienes les hacen sentir protegidos y seguros, no tiene precio para ellos, por eso es común que sigan recordando esos instantes con el paso del tiempo.
Por eso, en lugar de incentivar a los niños a que se enfrenten solos a sus miedos o a que hagan acopio de seguridad cuando aún no están preparados para ello, los padres deben convertirse en un refugio seguro al que puedan acudir cuando se sienten inseguros o temerosos. Esto no solo creará recuerdos imborrables, sino que les ayudará a crecer siendo emocionalmente estables.
3. El tiempo y la atención de los adultos
Cuando los niños crezcan es probable que olviden los regalos de Navidad, los juguetes que les regalaron por su cumpleaños o los videojuegos que jugaban en su habitación. En cambio, recordarán los paseos al parque en familia, esas películas los domingos por la tarde o los cuentos que les leían sus padres cada noche antes de ir a la cama. A medida que crezcan atesorarán y aprenderán a valorar cada vez más el tiempo que pasaban con sus padres y la atención que estos le dedicaban cada jornada.
De ahí que si los padres quieren dejar una impronta positiva en los niños mientras crecen, es importante que empiecen a dedicar más tiempo y atención de calidad a sus hijos. Un tiempo para compartir y estar plenamente presentes. Preocuparse por cómo les fue en el colegio, prestar atención a sus historias, escuchar y responder a sus preguntas o jugar con los niños es mucho más importante que cualquier juguete o regalo material que podáis hacerles.
4. Las sorpresas más inesperadas
A la mayoría de los niños les encantan las sorpresas. Esos regalos inesperados, esa comida diferente o ese libro del que nunca habían escuchado, adoran lo nuevo y lo distinto. Esto no solo porque pueden disfrutar de una experiencia novedosa, sino porque saben que detrás de esas sorpresas se esconde el cariño y el afecto de sus padres.
La buena noticia es que no es difícil sorprender a los niños ya que tienen una capacidad innata para sorprenderse por cualquier pequeño detalle. Desde la invitación inesperada a dar un paseo o un regalo sin motivo aparente hasta la organización de una tarde de manualidades o una noche de películas y palomitas, existen muchas maneras sencillas con las que puedes sacarle una cara de asombro a los más pequeños de casa.
5. La valoración positiva de la familia
Otro de los aspectos que los niños no olvidarán mientras crezcan será la valoración positiva de su familia. Para ellos es importante el criterio de sus padres y la valoración que tienen sobre su comportamiento y decisiones. Esta retroalimentación no solo les ayuda a saber que van por buen camino, sino que además, contribuye a fortalecer su autoestima y autoconfianza. Por eso, recordarán cada valoración positiva de la familia, cada muestra de lealtad y de confianza.
De ahí que si los padres quieren que sus hijos se conviertan en adultos seguros de sí mismos y con una autoestima adecuada, es importante que empiecen a centrar el foco en las cosas positivas y las críticas constructivas, dejando de lado las valoraciones negativas que pueden dañar su estabilidad emocional. Para ello, es fundamental aprovechar cada ocasión para recordarles a sus hijos su valía y transmitirles cuán orgullosos están de ellos.
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