Desmonta el berrinche de tu hijo: ¡Solo necesitas una pregunta!
¡Desmonta sus berrinches con preguntas! Escucha, pregunta y explica.
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El berrinche de un niño puede ser una de las situaciones más difíciles de manejar para un padre. No importa cuánto intentes distraerlos o calmarlos, parece que nada funciona. Sin embargo, hay una técnica muy simple que puede ayudar a desmontar el berrinche de tu hijo en cuestión de minutos, y todo lo que necesitas es una pregunta.
¿Por qué los niños tienen berrinches?
Antes de entrar en la técnica, es importante entender por qué los niños tienen berrinches en primer lugar. A menudo, los niños se sienten abrumados por una emoción intensa, como la frustración, la ira o el miedo, y no saben cómo expresarla de manera efectiva. Como resultado, recurren a un comportamiento explosivo para llamar la atención y conseguir lo que quieren.
Aquí es donde entra en juego la técnica de la pregunta. En lugar de tratar de distraer o calmar a tu hijo, lo que puedes hacer es hacerles una pregunta simple y directa que les ayude a identificar y expresar sus emociones. Esto les permite sentirse escuchados y comprendidos, lo que a su vez reduce la intensidad de su berrinche.
¡La pregunta es …!
La pregunta en sí puede variar dependiendo de la edad y la capacidad de tu hijo para comprender y responder. Pero en general, puedes utilizar una pregunta como:
- “¿Cómo te sientes?”
- “¿Qué está pasando?”
- “¿Por qué estás tan enojado / triste / frustrado?”
Lo importante es que la pregunta sea formulada de manera respetuosa y tranquila, sin juzgar o criticar a tu hijo por su comportamiento. Tu objetivo es ayudarles a entender y expresar sus emociones, no regañarlos por tener un berrinche.
Una vez que hayas formulado la pregunta, es crucial escuchar la respuesta de tu hijo con atención y paciencia. No interrumpas ni intentes solucionar el problema de inmediato. Solo escucha y demuestra que te importa lo que están diciendo.
A medida que tu hijo exprese sus emociones, es posible que descubras que hay una razón subyacente para su comportamiento, como una frustración con una tarea escolar o una disputa con un amigo. En ese caso, puedes ayudarles a encontrar una solución o un enfoque diferente para la situación.
Pero incluso si no hay una razón clara para el berrinche de tu hijo, hacerles una pregunta puede ayudarles a procesar sus emociones y sentirse más en control. Y a medida que practiquen esta técnica, es posible que comiences a ver menos berrinches en general, ya que tu hijo aprenderá a expresar sus emociones de manera más efectiva.
Es importante recordar que esta técnica no es una solución mágica para todos los berrinches de tu hijo. Es posible que aún encuentres situaciones en las que tu hijo no esté dispuesto o capaz de responder a una pregunta. En esos casos, es posible que debas recurrir a otras técnicas de manejo de la ira, como la respiración profunda o la distracción.
Pero en general, la técnica de la pregunta puede ser una herramienta poderosa para desmontar el berrinche de tu hijo y ayudarles a desarrollar habilidades emocionales más saludables. Así que la próxima vez que te encuentres lidiando con un berrinche, recuerda y sigue estos simples pasos:
- Mantén la calma: Antes de hacer cualquier cosa, asegúrate de que estás en un estado de calma y paciencia. Si te encuentras estresado o enojado, es posible que no puedas manejar la situación de manera efectiva.
- Haz la pregunta: Una vez que te sientas tranquilo, haz la pregunta a tu hijo. Recuerda que la pregunta debe ser respetuosa y tranquila, y que el objetivo es ayudar a tu hijo a identificar y expresar sus emociones.
- Escucha atentamente: Una vez que hayas formulado la pregunta, escucha la respuesta de tu hijo con atención y paciencia. Demuestra que te importa lo que están diciendo.
- Ayuda a encontrar una solución: Si hay una razón subyacente para el berrinche de tu hijo, ayúdales a encontrar una solución o un enfoque diferente para la situación.
- Practica la técnica: A medida que practiques esta técnica, es posible que comiences a ver menos berrinches en general, ya que tu hijo aprenderá a expresar sus emociones de manera más efectiva.
La empatía: tarea pendiente de los padres
Somos humanos y cometemos errores: no hay un manual para padres que nos indique qué hacer en determinadas ocasiones. Pero, si hay algo que debemos trabajar a diario es la empatía hacia nuestros hijos.
A la hora de educar a un hijo hace falta una gran dosis de paciencia, pero es nuestro trabajo. Debemos aprender a escuchar a los niños y a ponernos en su lugar. Esto significa que, nunca, debemos quitarle importancia a lo que sienten. Pese a que, para nosotros, puede ser algo sin sentido, o poco grave, para nuestro hijo, esta situación, es un mundo. Si aprendemos y manejamos la empatía, no solo seremos capaces de comprender mejor a nuestros hijos, sino que también estaremos fortaleciendo nuestro vínculo con él.
Junto a la empatía, no podemos dejar de practicar la escucha activa. Nunca seremos capaces de ponernos en el lugar de nuestros hijos y comprenderles si no escuchamos lo que tienen que decir. Dejar expresar a los niños es una buena forma de conocerlos mejor, a la vez que nos permite trabajar con ellos para gestionar emociones. Esta escucha activa, junto a la empatía, son dos de los pilares fundamentales de la educación infantil.
El berrinche de un niño puede ser una situación difícil de manejar, pero la técnica de la pregunta puede ser una gran herramienta a la hora de acabar con la situación: pregunta a tu hijo por lo que le hace sufrir, escucha y ayúdale a gestionar las emociones. Así mismo, ayúdale a encontrar solución a su problema. Pronto te darás cuenta de que, aplicando estas preguntas, las rabietas de tus hijos van cediendo.
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