La desintegración familiar: qué sucede con los niños
La desintegración familiar SIEMPRE afecta a los niños
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En la actualidad las parejas con hijos, estén o no casadas, priorizan el bienestar individual al familiar. Si creen que pasa algo imperdonable en la pareja, simplemente se separan o se divorcian. En algunos casos, es necesario puesto que pueden haber situaciones tóxicas que realmente obliguen a tomar esa decisión tan difícil. Pero, ¿cómo afecta esto a los niños?
Cuando los padres deciden no estar nunca más juntos, dependiendo de las circunstancias, esto puede tener efectos en los hijos. Cuando una pareja se separa se produce una desintegración familiar y en el proceso de desintegración, los niños se sienten vulnerables y desprotegidos.
Lo que se debe tener en cuenta
Si quieres dejar a tu pareja o estáis en proceso de separación, es muy importante que tengas en cuenta que tu ex pareja es la otra parte importante en la vida de tus hijos y que no debes obviar esto de ninguna manera. Evita los insultos o las manipulaciones, tus hijos son el fruto de vuestro amor pasado, pero no deben ser un arma arrojadiza desde ahora y en el futuro. Su padre o madre tiene el mismo derecho que tú para seguir amándolos de forma incondicional. Incluso, en el caso de que no lo haga, evita también insultarle o hablar mal de esa persona puesto que siempre será el padre o la madre de tus hijos.
Jamás obligues a los niños a que se posicionen en un lado de la balanza, porque si lo haces, solo estarás haciendo daño en su corazón y perjudicando su salud mental. Lo que importa en una desintegración familiar es trabajar de forma adulta hacia la comunicación aunque sea escasa, por el bien de los niños. Los hijos son los primeros en todos los aspectos, y por eso, es vital intentar mantener una comunicación más o menos estable por ellos.
Todo son cambios
Cuando uno de los padres se marcha, en casa ya nada es lo mismo. Aunque el ambiente pueda ser más tranquilo en caso de que antes fuese tóxico, se notan esos cambios. Es complicado decirle a los niños que papá y mamá se separan, pero es necesario. Deben saber y comprender que ellos no tienen la culpa de nada y que tanto papá como mamá les van a seguir queriendo igual o más que siempre, aunque estén en casa separadas. Los niños deberán saber con quién estarán y cuándo y además, sus rutinas deberán verse afectadas lo menos posible.
Los niños deben seguir teniendo la misma seguridad física, emocional y psicológica que han tenido hasta el momento de la separación. Y si es más, mejor. Hay que explicarles que siempre seréis padres aunque ahora no seáis pareja. Que quizá en el futuro tengáis otras parejas y se aceptarán esos nuevos miembros en la familia.
Miedos
Además, con estos cambios también puede llegar el miedo. Cuando dos personas trabajan y conviven en una misma familia, la solvencia familiar es mucho mejor que cuando se separan, donde la economía se puede ver realmente afectada. Esto puede ocasionar problemas emocionales al padre y por ende, también a los niños.
Estos miedos y otros añadidos a la situación, pueden generar en los pequeños angustia y estrés. No saben qué les pasará en el futuro inmediato y no confían en sus padres cuando se muestran inestables. Necesitan seguridad emocional para estar bien y los padres deben prestársela por separado pero también como un equipo de padres ante sus hijos. Solo de esta manera sus pequeños no sentirán carencia afectiva de ningún tipo y podrán mantener esa seguridad emocional tan importante en su vida.
Los niños deben notar que la relación con sus padres no tiene por qué verse alterada y que podrán contar con ellos igual que han hecho hasta ahora. Si existen cambios de conductas demasiado graves o que afectan a la calidad de vida de todos, entonces será necesario buscar ayuda de un profesional para sobrellevar mejor esta situación.
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