Desde que naciste descanso menos, pero sonrío más
Quizá ahora duermes menos, pero tu felicidad está plena
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Ya dijo una vez León Tolstói que un bebé reconoce a su madre a través de la sonrisa. Los bebés necesitan ver y sentir a sus madres felices para poder desarrollarse bien tanto física como emocionalmente. Cuando una mujer se convierte en madre su vida da un cambio radical hacia una felicidad real. Quizá es una felicidad más cansada pero sin duda es la más satisfactoria. Tus hijos te robarán horas de sueño, aumentará tu cansancio pero tu sonrisa estará en tu rostro con mayor asiduidad.
Parece que cuando no se es madre y al fin se descubre la maravilla que es tener descendencia, también se descubren partes negativas de la crianza: dormir poco, cansancio, estrés, preocupaciones, gastos económicos importantes, los cólicos, la lactancia, el miedo, los llantos continuados… Y un largo etc. Pero también lo que no todo el mundo te dice es que detrás de todo esto está la gran maravilla de la maternidad, donde tu bebé te aporta grandes sentimientos.
Ningún día es igual
Cuando se es madre (o padre) ningún día es igual. Habrán días más difíciles, otros más fáciles, días en los que te sientas irritable y solo quieras ponerte a llorar… Y otros días en los que lo único que te importe es mejorar, sonreír y disfrutar. En realidad, solo hay que aceptar que la maternidad no es fácil y que cuidar a un recién nacido o a los hijos en general, da mucho trabajo. Pero esto no tiene que ser tedioso ni tampoco un problema, tener hijos es para disfrutarlo. Para disfrutar con ellos, para quererles, para darles todo tu amor a cada momento aunque las cosas a veces se vuelvan complicadas.
Antes de ser padres hay quienes se informan sobre métodos alternativos, sobre qué es mejor para cuidar a un recién nacido; aparece el apego, el porteo y mil cosas más. Pero solo sabrás qué es mejor para tu bebé y para ti cuando vuestro día a día os lo vaya diciendo, cuando tu hijo te muestre qué necesita y tú sepas cómo debes dárselo. Tu instinto será quien realmente te guíe en todo este proceso y no tanto las modas que siguen otras madres o lo que otros consideran que es mejor. Tú eres su madre, tú decides qué es mejor para tus hijos.
Los bebés necesitan el contacto con sus padres, necesitan sentirles cerca (piel con piel), necesitan escuchar y tocar a su madre y a su padre, necesitan amor, que los cojan en brazos, que les hablen, que les acaricien, que les miren, que les mimen, necesitan un amor constante las 24 horas del día. Sí, puede ser cansando, nadie te dijo que esto fuese fácil. Pero no habrá otra cosa en el mundo que te llene más tu corazón de amor real.
Cansancio y fortalezas
Cuando se es madre se acumula el cansancio y aumentan las fortalezas internas. Es necesario ser consciente de que si no se duerme bien o apenas nada el cuerpo acumula demasiado cansancio y puede generar un estrés poco saludable. Es necesario que una madre no cargue con todas las responsabilidades del hogar y que se repartan las tareas domésticas y de crianza. Ser padres es cosa de dos y si no sois dos, busca ayuda para que no tengas que lidiar con todo sola.
Tu hijo te aportará felicidad, sonrisas, amor, ternura… También te quitará sueño y aumentará el cansancio, faltarán horas en el día para llegar a todo y tendrás que priorizar y organizar tu vida desde cero. Pero te aportará tantas cosas buenas que quizá lo que ‘no es tan bueno’ quedará relegado a un segundo plano, porque tu bebé es lo más importante para ti ahora y siempre.
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