Deja a un lado el complejo de mártir
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Sí, muchas madres pueden sentirse cansadas y malhumoradas gran parte del día porque tienen muchas tareas que cumplir y poco tiempo para ellas mismas. Es algo normal que ocurre a muchas madres porque tienen tantas tareas durante el día que se olvidan de ellas mismas: las actividades extraescolares de los niños, la comida, la casa limpia, la compra, arreglar las cosas, trabajar, etc. Y así los días van pasando.
Exageraciones que te hacen sentir mal
Exagerar. Quejarte. Repetir con las exageraciones y las quejas. Es la peor forma de poder motivarte para poder estar bien. Es como si mordieras más de lo que puedes masticar… Con esto quiero decir que hay madres y padres que sin darse cuenta se achacan más responsabilidades de las que pueden hacer frente sin pasar por el castigo del estrés. Está claro que puedes ser voluntario/a para las fiestas del colegio de tu hijo, pero si tienes que cuidar de un bebé y de tus hijos en casa y además salir a trabajar, ¿estás seguro/a de que tienes tiempo para dedicar a esas actividades?
Es cierto que la sensación de gratitud y admiración por parte de los demás por todo lo que eres capaz de hacer es sin duda una gran recompensa, pero, ¿realmente es lo que quieres? ¿Prefieres que personas que realmente ni te importan te admiren o prefieres ser tú misma y disfrutar de la vida sin tantas responsabilidades que realmente no te benefician en nada?
Cuidado con los malabarismos
Si haces malabarismos cada día sin darte cuenta llegará esa sensación de mártir que no te dejará en paz. Te quejarás de la vida y de todo lo que tienes que hacer, pero sobre todo te quejarás de la falta de tiempo. Tienes razón, te quejas con motivo… Pero, ¿es necesario quejarte o merece más la pena buscar soluciones para estar mejor? Si tomas demasiadas responsabilidades llegará un momento en el que no podrás más y hasta la más mínima tarea te parecerá la montaña más alta que debas atravesar. No llegues a esos niveles de estrés o afectarás a tu salud.
No estás sola ante el mundo. No tienes que estarlo. Estás rodeada de personas que si sabes delegar bien las responsabilidades te acompañarán en este camino. Empieza por tu hogar y tu pareja. Tu pareja no tiene que ayudarte en nada, porque tu pareja tiene las mismas responsabilidades que tú. Así que empezad a hacer una tabla de tareas donde podáis dividiros las responsabilidades. Deja de guardar rencor hacia los demás por sentir que lo haces todo tú o que sin ti las cosas no rodarían. Sí pueden rodar igualmente, solo tienes que ver cómo ocurre.
Piensa en ti
Para dejar de sentirte mártir cada día, es necesario que empieces a pensar más en ti, en lo que necesitas y en cómo puedes hacer las cosas para priorizar lo importante y que además, puedas tener tiempo para dedicarte a ti y a tus necesidades. Descubre de dónde viene ese malestar que sientes y después, enfréntate a ello para domar a esa bestia que te hace sentir así de mal.
Aunque el concepto de auto-sacrificio se puede encontrar en todas las religiones y culturas es algo que se ha quedado obsoleto en la actualidad. No te dejes influenciar por los valores sociales que están importados de hace miles de años. Aunque en el pasado a los mártires se les consideraban como valientes, virtuosos y fuertes… Tú eres padre o madre, no mártir. El sufrimiento no tiene que ser tu forma de vida. Expresa tus intenciones, tus emociones y ten al menos 20 minutos diarios de egoísmo, para pensar solo en ti.
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