Deberes escolares: ¿sí o no?
El debate sobre los deberes escolares está abierto
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España tiene un problema con los deberes escolares. La voz de alarma fue lanzada por la OCDE, según la cual, España se encuentra entre los países donde los niños dedican más horas a la semana a hacer los deberes, exactamente, una media de 6 horas más. La OMS también ha indicado que estas jornadas tan largas no solo aumentan el estrés de los niños sino también la desigualdad entre los estudiantes, en dependencia de la ayuda que reciban en casa. Por eso, en los últimos tiempos se han levantado muchas voces en contra de los deberes escolares, aunque no faltan quienes están a favor. ¿Quién tiene la razón?
Lo cierto es que desde que existe la enseñanza formal, los deberes escolares se han aplicado desde la primaria hasta la Universidad. Su principal objetivo es desarrollar los hábitos de estudio, estimular las estrategias de resolución de problemas, reforzar el aprendizaje que se produjo en el aula o profundizar en temas que se abordaron de manera superficial. Obviamente, el tipo de deberes y la cantidad varía según las asignaturas, los profesores, los cursos y los centros escolares.
A favor de los deberes escolares
- Estimulan la adquisición de hábitos de estudio, permitiendo que los niños adquieran rutinas que le serán muy útiles en grados posteriores.
- Contribuyen a desarrollar la responsabilidad y la disciplina, además de resaltar la importancia del esfuerzo personal para lograr las metas.
- Los niños aprenden a distribuir mejor su tiempo, para poder avanzar en el estudio.
- Al tener que organizar el estudio, teniendo en cuenta el nivel de complejidad de los deberes y factores como su atención, los niños también desarrollan estrategias metacognitivas que les permiten comprender mejor cómo funciona su mente y sacarle el máximo provecho.
- No solo contribuyen a reforzar los contenidos aprendidos en el aula sino que también estimulan la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades, al animar a los niños a profundizar en diferentes temas.
En contra de los deberes escolares
- Restan tiempo libre a los niños, que pueden utilizar en el juego, el cual también es una forma de aprendizaje, disfrutando de los padres o compartiendo con sus coetáneos en el parque, contextos y actividades que también les permiten adquirir otras competencias, como las habilidades sociales y de resolución de conflictos.
- Generan y aumentan las desigualdades sociales, sobre todo porque muchos niños no reciben en casa la ayuda necesaria de sus padres ya que estos no disponen de tiempo o conocimientos para explicarles los deberes.
- Crean un precedente negativo ya que al ser evaluados o incluso recibir castigos cuando no se realizan, los deberes pueden hacer que el niño desarrolle una actitud negativa hacia la escuela, llegando a fomentar incluso el abandono escolar en grados superiores.
- Causan frustración, agobio, estrés y a menudo hasta dolor de cabeza ya que los niños deben dedicar demasiado tiempo a completar los deberes, viendo cómo su tiempo de ocio se acorta cada vez más.
- A menudo carecen de valor educativo ya que se trata de deberes repetitivos en los que no se estimula el pensamiento lógico, la creatividad y la necesidad de resolver problemas.
¿Cuál es la solución?
Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Oviedo desveló que los deberes son positivos para el desarrollo infantil y mejoran el rendimiento académico, pero solo cuando cumplen estos requisitos:
- Se asignan al comienzo de la clase, de manera que los estudiantes tengan tiempo para comenzarlos y el profesor compruebe que han entendido lo que tienen que hacer. De hecho, es fundamental explicar cómo hacer los deberes, brindando estrategias específicas y ejemplos.
- Se limite la cantidad de deberes asignados, ajustándolos a la edad de los niños, de manera que un pequeño de 7 años no tenga que pasar dos horas haciendo tareas escolares. En este sentido, una buena estrategia es que los profesores se coordinen para no sobrecargar de deberes a los niños durante los mismos días.
- En vez de evaluar, se ofrezca una retroalimentación positiva, con correcciones y comentarios.
- Se indiquen deberes que realmente refuercen y promuevan el aprendizaje, el desarrollo de la creatividad, la comprensión y el pensamiento lógico.
- Se trate de deberes con cierto grado de personalización, teniendo en cuenta el nivel que ha alcanzado cada alumno y su motivación por la materia.
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