Cuento corto: Imagina que eres un cactus
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Todos necesitamos salir de nuestra zona de confort para evolucionar como personas, para saber que somos capaces de hacer las cosas por nosotros mismos. Los niños, cuando nacen son como un pequeño cactus, y necesitan confianza y seguridad en sí mismos para avanzar, para comprender que aunque sean un cactus pueden crecer y evolucionar en un cactus enorme y precioso.
Los niños necesitan que sus padres y cuidadores, les cuiden, les proporcionen salud física y emocional para que puedan convertirse en personas de éxito. Tanto niños como adultos debemos imaginarnos que somos cactus.
Imagina que eres un cactus
Sí. Todos debemos imaginar que somos un cactus, tú también eres uno. Al principio, un cactus en una maceta tendrá el agua y la luz que necesita para ir creciendo y estará feliz. Disfrutará de los pequeños momentos.
El tiempo comienza a pasar y el cactus empieza a darse cuenta de que ha dejado de crecer. Esa maceta que tiene debajo no le permite ser él mismo, no le deja crecer. La maceta no es muy pequeña y tampoco parece que le aprieta demasiado, ¿por qué a veces está bien y otras veces siente que se ahoga? No lo entiende, puesto que está en un lugar seguro y cómodo…
Aunque está en un lugar cómodo para él, no crece. Siente que se ahoga pero no lo comprende. Si está tan bien, ¿por qué no es capaz de crecer? Mira a su alrededor, lo que hay no le desagrada pero tampoco le hace feliz. Está cómodo, quizá demasiado…
Un día, empezó a plantearse que qué pasaría si saliera de su cómoda maceta y se plantase en una tierra más grande, con más espacio y con mejor oportunidad de crecimiento. ¿Seguiría igual de pequeño? ¿Estaría incómodo? No sabía qué pasaría y comenzó a sentir miedo. Miedo por si le pasaba algo, no sabía qué hacer… Y decidió hacerlo con miedo, pero hacerlo.
Al principio tenía bastante miedo, ¿y si no recibía agua? ¿Y si le faltaban los nutrientes para poder crecer sano? Se sentía solo. ¿Habría hecho bien tomando esa decisión? ¿Quizá debería haberse quedado en su pequeña maceta? Prefería no mirar atrás, la decisión ya la había tomado.
Pero como sentía miedo por si no sería capaz de sobrevivir, tuvo que pensar en cómo mejorar su situación. Así que comenzó a expandir sus raíces para sobrevivir. Sus raíces comenzaron a hacerse muy grandes, fuertes… Nunca imaginó que sus raíces podrían ser capaces de tanto… ¡pero era increíble!
Se dio cuenta de que no tenía límites, podía llegar hasta dónde él quisiera y comenzó a crecer. Con el paso del tiempo, el cactus se hizo grande, tenía frutos y era capaz de enseñar a otros pequeños cactus, que ellos, también eran capaces de crecer.
Con este cuento del cactus, se aprende que cualquier persona de cualquier edad, debe salir de su zona de confort, de la comodidad que le encadena. Porque esa comodidad no permitirá que se evolucione. Al principio siempre da miedo salir de la zona de confort, pero es necesario hacerlo aunque sea con miedo. Si se quieren lograr nuevas metas… Hay que probar cosas nuevas.
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