Los cuatro acuerdos, un estilo de vida para nuestros hijos
Les permitirá a tus hijos vivir en armonía y paz con ellos mismos y con los demás
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Desde que somos pequeños absorbemos información del entorno y de las experiencias que vamos viviendo. Todo eso nos forma como personas. Aunque también hay algo muy importante que nos va marcando como personas: nuestros propios pensamientos que creamos gracias a las personas que tenemos más cercanas. Por eso, vamos a hablarte sobre los cuatro acuerdos para tus hijos.
Son cuatro acuerdos que nutrirán su mente, sus pensamientos y su corazón desde la infancia y para toda la vida. Estamos hablando de conocimientos que permitirán a tus hijos tener un estilo de vida que se centre en su libertad y felicidad.
El cambio del pensamiento
Cuando somos adultos, podemos ser conscientes en cambiar nuestros pensamientos en cualquier momento de la vida para adaptarnos a las circunstancias y así vivir mejor. Pero, enseñarles a los niños a hacer esto teniendo en cuenta algunos valores necesarios para su bienestar emocional, ¡es todo un regalo que le das en la vida!
Es por todo esto, que desde que los hijos son pequeños es necesario nutrir su mente con ideas positivas para que cultiven un pensamiento en positivo y que esto les ayude a que en un futuro, puedan vivir una vida plena, sin vacíos ni faltas emocionales que les puedan oscurecer el corazón.
Los cuatro acuerdos para los niños
Es necesario enseñar a los niños cuáles son los cuatro acuerdos, pero, ¿cómo hacerlo correctamente? El paso más importante es enseñar a los niños que el sufrimiento es, casi siempre, una elección. El dicho popular: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento opcional” tiene que ver mucho aquí.
Es una manera de ver la vida que puede condicionar las emociones que acompañan a esa perspectiva. Es por eso, que estos cuatro acuerdos están pensados para disfrutar de la vida al máximo a través de la resiliencia. Que se lo enseñes a tus hijos será un gran regalo para ellos… les ayudarás a llevar una vida en paz. Los acuerdos son los que te comentamos a continuación.
1. Sé impecable con tus palabras
Hay que hablar con integridad. Solo hay que decir lo que realmente se quiere decir y se siente, nada de falsas palabras… porque cada una de ellas importa. Hay que usar el poder de las palabras con conocimiento y siempre hacia la verdad y el amor. Porque las palabras pueden destruir o construir, herir o curar. Además, nuestras palabras influirán en nuestros pensamientos pero también en los demás.
Es importante ayudar a que los niños crezcan dentro de un diálogo interno positivo para que puedan confiar en sí mismos y no se sientan perdidos. Hablar a los demás desde el respeto, la empatía y la asertividad es fundamental.
2. No te tomes las cosas de manera personal
Lo que hacen los demás no es por ti, lo que dicen no es por ti tampoco… lo que hacen o dicen es su realidad, no la tuya. No merece la pena sufrir por las palabras o acciones de otro. Es importante que los niños aprendan a no tomarse en serio las malas palabras o los malos modos de otros, porque ese es el mundo interno del otro, no de uno mismo.
Cuando alguien intenta envenenarte con sus palabras o acciones, somos nosotros mismos los que decidimos si aceptarlo o no. Si no lo aceptamos seremos inmunes a su veneno y por lo tanto, no podrá controlar nuestras emociones.
Es importante que los niños tengan claro quienes son y cuáles son los valores en su vida. De esta manera, no podrán sentirse afectados por las palabras o las acciones de otra persona… como dice el dicho popular: “Lo que dice Juan de Pedro, dice más de Juan, que de Pedro”.
3. Nunca hagas suposiciones
Siempre que supongas, te estarás equivocando… Por eso, siempre que se tenga alguna duda, se debe tener la valentía de hacer las preguntas correctas y expresar los propios deseos o intereses. Hay que comunicarse con los demás de forma clara y evitando malentendidos. Los demás no tienen una bola de cristal para leernos la mente, si no transmitimos nuestros deseos o dudas, simplemente, no los sabrán.
Del mismo modo, no hay que interpretar situaciones y mucho menos sin tener toda la información necesaria. Además, que en una misma situación siempre hay diversas perspectivas… y son todas válidas.
De cualquier manera, lo que importa es mantener un comportamiento asertivo para transmitir a los hijos y que aprendan a explicar lo que desean sin tener que herir al otro. Esto les ayudará a mantener una buena comunicación.
4. Haz siempre lo máximo que puedas
Siempre hay que esforzarse al máximo para no tener que arrepentirse después de no haber hecho las cosas de la mejor manera posible. De esta manera se evita el sufrimiento innecesario como el sentimiento de culpa o el arrepentimiento.
Dar lo mejor de uno mismo no significa hacerlo todo bien siempre, habrán momentos que los errores aparecerán pero habrá que aprender de ellos y empezar desde el principio. En este sentido, hay que enseñar a los hijos a que se centren en el esfuerzo y no tanto en el resultado.
No se puede tener control sobre todo en la vida, pero sí sobre nosotros mismos y sobre nuestra actitud ante ella.
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