Cuando te sientas la peor madre del mundo, haz esto
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Hay días en los que te puedes sentir la peor mamá del mundo. Es normal, a veces pasa y eso no significa que lo seas… Ni mucho menos. De hecho, si te sientes la peor mamá del mundo es un indicador claro de que NO lo eres, porque significa que te preocupas por ser la mejor versión de ti misma cada día. Lo más seguro es que seas mucho mejor madre (o padre! Que los papás también tienen estos sentimientos…) de lo que realmente crees que eres.
Recuerda que es el reto más importante de tu vida
La crianza de los hijos es probablemente el reto más importante que enfrentarás en tu vida. Mientras te esfuerzas en descubrir cómo se es un buen padre o una buena madre, te encontrarás con muchas preguntas que te irás haciendo mientras tus hijos crecen. Ser padre o madre es muy gratificante y desafiante (al mismo tiempo).
Los hijos no vienen con manual de instrucciones y todo lo que te digan, se queda corto. La crianza es experiencia y se aprende con ensayo error la mayoría de las veces. Debes informarte sobre las mejores estrategias de disciplina y emocionales, pero para llevarlas a la práctica necesitarás tiempo y paciencia.
El mejor regalo que le puedes hacer a tus hijos en tu crianza es ser una persona emocionalmente sana. Si te cuidas emocional, física y mentalmente, estarás en la mejor situación para responder a tus hijos con amor, compasión y guía.
Perdona a tus hijos por sus pequeños errores
Si tu hijo sin querer ha roto algo que te gusta, ¿cuál es tu reacción? Son pocos los padres que se toman un momento para calmarse antes de reaccionar ante un hecho tenso. Es necesario calmarse antes de hablar con los hijos porque solo así se podrá mostrar el amor incondicional junto con la disciplina. Permite que tu hijo sepa que le has perdonado con un gesto como un abrazo, así le estarás enseñando a perdonar.
Mientras le das amor a tus hijos, también les estás motivando a que sean más cuidadoso y a que aprendan a saber que los accidentes ocurren, a veces sin poder evitarlo. Pero si tiene cuidado, aunque ocurran los accidentes no pasará nada.
Si eres de los padres o de las madres que atacan a sus hijos cuando rompen las cosas, entonces correrás el riesgo de separarte emocionalmente de tus hijos. Puede ser complicado conectarte con tus hijos si respondes con ira o enfado con demasiada frecuencia. Si tu hijo tiene miedo de tus arrebatos emocionales, se retirará a su mundo interior y no confiará en ti. Esto hará que sea más difícil educarle correctamente.
Aprende de tu hijo
Quizá pienses que tus hijos deben aprender todo de ti, pero en realidad, tú eres quien más debe aprender de ellos. Los niños nos enseñan a ser mejores versiones de nosotros mismos y además, nos permiten quitarnos las máscaras con ellos. Ahora imagina; te llaman de la escuela porque tu hijo se ha comportado mal con un niño o a insultado a un maestro, ¿qué haces?
Los padres que se sientan con la maestra para averiguar qué ha pasado, con su hijo delante, abren oportunidades para el aprendizaje. Por ejemplo, tu hijo podría estar experimentando intimidación y su comportamiento deficiente es un grito de ayuda. O tal vez tu hijo estaba teniendo un mal día y necesita aprender a tratar mejor a los demás. Cuando hablas con tu hijo y le muestras una comunicación abierta a través de los sentimientos y las emociones, podrás aprender y comprender mejor lo que está pasando.
Los padres que asumen que su hijo es culpable hacen suposiciones sin verificarlas… esto puede tener consecuencias muy negativas en la relación con su hijo. Cuando te enfadas sin tratar de discernir qué pasó desde la perspectiva de tu hijo, te arriesgas a perder su confianza. No te arriesgues a que esto suceda jamás.
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