¿Qué hacer cuando tu hijo te dice que te odia?
Entendiendo el ‘te odio’ de un hijo: más que palabras, un llamado emocional
[mashshare icons=»1″]
La crianza no es nada fácil y a medida que los hijos van creciendo no mejora. Por eso, cuando alguno de tus hijos te dice que te odia, es normal que sientas una punzada en tu corazón e incluso que la angustia se vuelva contra ti. ¿Cómo es posible que tu hijo al que amas con todo tu corazón te diga que te odia? Te vamos a explicar qué hacer al respecto para que no sea un problema demasiado grande y que le des la importancia que realmente tiene.
Los niños (e incluso los adolescentes) debido a su inmadurez, no son capaces de ser conscientes de la gravedad de sus palabras o sus acciones. Tienen una actitud impulsiva y es normal que se dejen llevar por sus emociones al sentirlas muy intensas y no entenderlas correctamente. Este escaso control emocional les puede hacer decir o hacer cosas que realmente no sienten, ni piensan.
Mi hijo me ha dicho que me odia, ¿por qué?
Primero, debes saber que cuando tu hijo te dice que te odia, no lo está diciendo de verdad, y evidentemente, no lo siente. Solo quiere que escuches lo que dice, que sientas su enfado. Quiere transmitirte que está enfadado pero que no lo sabe gestionar, no sabe comprender bien lo que le está ocurriendo en ese momento y es una forma desesperada de llamar tu atención, de decirte que te necesita.
La frustración que siente en ese momento le hace sacar una parte agresiva con un comportamiento inadecuado. Al sentirse de ese modo busca en su vocabulario conocido palabras que se sientan como grandes, para asegurarse de que cuando las pronuncie, le escuches. Cuando tu hijo era más pequeño te mostraba esa falta de gestión emocional con llantos y rabietas, ahora lo hace con palabras hirientes, pero el objetivo es el mismo.
Por supuesto, decir que te odia no es la mejor forma de mostrar su enfado, pero es la que sabe hacer en esos momentos. Cuando te dice estas palabras tan dolorosas, te necesita a su lado. Necesita que comprendas sus emociones y que le ayudes a resolver ese conflicto que tanto daño le está haciendo. Con tu cercanía emocional aprenderá habilidades necesarias para la vida, puesto que tendrá habilidades emocionales y sociales… pero las aprenderá poco a poco, a través de tu paciencia y tu amor incondicional.
¿Qué puedo hacer?
Además de la cercanía emocional es importante que tengas en cuenta otras estrategias que como padre o madre, te irán de forma excelente para que de esta manera, sepas cómo gestionar la situación sin que se vuelva demasiado intensa. Como te hemos dicho más arriba, el primer paso es la cercanía emocional.
Después de eso, ten en cuenta lo siguiente:
- No te lo tomes como algo personal. No te pongas a la defensiva cuando tu hijo te diga esas palabras hirientes. Solo quiere que sepas que está enfadado y no sabe cómo gestionarlo correctamente. Necesita tu ayuda pero no siente lo que dice.
- No caigas en la trampa. Cuando te diga estas palabras hirientes, está intentando provocarte con una forma desesperada para llamar tu atención. No le hagas ver que con esas palabras puede desestabilizarte o lo seguirá haciendo en el futuro como un arma de provocación. Mejor actúa como si no hubieras escuchado esas palabras y no caigas en la trampa. Si no le refuerzas y ve que no llama tu atención, se dará cuenta de que esas palabras no tienen poder sobre ti.
- Muestra toda tu paciencia. Es importante que no te muestres alterado, que seas paciente con su comportamiento y que mantengas una actitud calmada todo el tiempo. Con tu tranquilidad tu hijo se sentirá sereno y será más fácil que pueda hablar contigo y que te diga lo que le pasa. Tendrás que esperar a que la intensidad que siente se rebaje un poco (con tu ayuda) para poder comunicaros correctamente.
- Sé su guía emocional. Eres su guía en la vida y también en sus emociones. En este sentido, hazle entender por qué se siente de esa manera. Permite que sienta sus emociones y no le critiques, juzgues ni tampoco le riñas por ello. Tiene derecho a equivocarse en cuanto a su comportamiento, y tú tienes la obligación de guiarle. Pon nombre a cada una de las emociones que ha sentido en esos momentos y dale alternativas para que la próxima vez pueda expresar sus emociones de una forma menos destructiva.
- Dile que las palabras duelen. Cuando haya pasado toda la tormenta y hayas mostrado que esas palabras no te desestabilizan ni que tampoco conseguirá nada con ellas, dile cómo te has sentido cuando te ha dicho que te odia. De esta manera estarás trabajando la empatía y tu hijo se dará cuenta de que las palabras pueden tener consecuencias en las personas. Pueden hacerte sentir mal y que cuando alguien le hace sentir mal a otras persona, es importante pedir perdón por ello.
De esta manera tu hijo se dará cuenta que con malos modos y malas palabras no conseguirá nada puesto que lo ignorarás. En cambio, si cambia su actitud y se muestra receptivo a hablar y a mejorar su conducta, entonces desde la cercanía y el amor podréis buscar soluciones. Cuando tu hijo te diga que te odia, no te enfades ni le des más importancia de la que tiene, tómalo como una oportunidad para que entienda sus emociones y trabajar la empatía.
Comentarios