Cuando nuestros hijos son los agresores en la escuela
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Todos queremos que nuestros hijos sean nuestra versión mejorada, pero al igual que nos ocurre a nosotros, nuestros hijos también pueden cometer errores. Los errores nos ayudan a aprender y a crecer, nos ayudan a ser más sabios, a tener más inteligencia y a sentir la fuerza que necesitamos para llevar una vida hermosa, plena y a pensar libremente. Enterarse de que tu hijo es un agresor en la escuela puede desencadenar todo tipo de sentimientos en tu interior.
Cuando te llaman de la escuela para decirte que tu hijo es agresor es posible que sientas vergüenza, duda, confusión e incluso miedo. La tentación es pensar que tú has hecho algo malo y que no sabes ser un buen padre o una buena madre… sientes que has hecho algo mal y que por eso las cosas se han torcido de esa manera. Pero igual hiciste algo mal o igual no… lo que está claro es que incluso los padres que parecen perfectos, pueden tener un hijo agresor. Todos los padres tenemos el derecho a equivocarnos, pero también a remendar nuestros errores.
La intimidación está mal
Necesitas saber que la intimidación está mal y que esto no te hace necesariamente un mal padre o una mala madre… aunque siempre te sentirás así si tu hijo continúa siendo una persona cruel. Los niños que intimidan han aprendido el mal comportamiento, a veces puede ser ejemplo de lo que ven en casa, otras veces puede ser porque lo ven suceder a su alrededor… pero igual que se aprende, se puede desaprender.
Si tu hijo es un niño que está haciendo la vida imposible a otro niño, lo más importante es darse cuenta de lo que ocurre y actuar. Si te sientes culpable, triste o te pones a la defensiva, no ayudarás porque hay un trabajo demasiado importante para hacer como para perder el tiempo con quejas. Todos los niños tienen derecho a saber cuándo están haciendo algo que no les conviene, que les está convirtiendo en una persona no deseable para los demás. Intimidar a otros les hará convertirse en una persona que a nadie le gustará acercarse en el futuro.
La respuesta de los padres es fundamental
La diferencia entre los niños acosadores que reciben ayuda y crecen y se convierten en seres humanos increíbles y los que no… radica en la respuesta de sus padres. La respuesta de los padres marca la diferencia, y no es ninguna exageración. Los que ignoran el comportamiento están enviando a sus hijos a una zanja antisocial… crecerán en soledad, en la infelicidad y sentirán más dolor del que han creado a otros, porque se preguntarán por qué no gustan a las personas.
Los padres deben ayudar a los hijos a ser parte de la solución en lugar de ser siempre el problema. Así podrán construir seres humanos increíbles y el mundo estará agradecido de esto.
Cuidado con los factores de riesgo
Existen algunos factores de riesgo que merece la pena tener en cuenta, porque aunque todos los padres lo intentan hacer lo mejor que pueden, pueden ser causantes de la agresividad en la escuela de los hijos. Si alguno de estos factores de riesgo te resulta familiar, no te asustes, solo sé capaz de dar la vuelta a la situación para conseguir que todo mejore. Algunos factores de riesgo son:
- Falta de calor o cariño de los padres hacia los hijos.
- Los padres no muestran abiertamente los sentimientos de amor hacia sus hijos.
- Crianza demasiado permisiva, los niños no saben dónde están los límites.
- Crianza demasiado autoritaria que utiliza el castigo físico o emocional.
- Hermanos mayores que intimidan a los pequeños.
- Amigos que son agresores.
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