Para criar a un hijo emocionalmente estable no hace falta tener pareja: solo ser feliz
La felicidad personal como fundamento para criar hijos emocionalmente sanos
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Para muchas personas es necesario que para criar a un hijo emocionalmente estable estén presentes la figura del padre y la madre en la vida del niño. Pero la realidad es que si existen estas dos figuras pero no saben tener una vida emocionalmente equilibrada, ¿realmente le estarán enseñando a los hijos buenas habilidades para ser felices en la vida? Difícilmente.
La realidad es que un niño no necesita a los dos padres en su vida para ser feliz, lo que necesita es estabilidad emocional, independientemente de que venga de sus dos progenitores como si viene de uno solo. El pilar más importante para un buen desarrollo emocional es que la persona que cuida al niño o niña sea segura de sí misma, tenga dignidad hacia su persona y sobre todo, sea feliz con la vida que ha escogido llevar… Es decir, que disfrute viviendo el presente y transmita esta felicidad a sus hijos.
La sociedad tradicional vs realidad
Muchas personas siguen ancladas en una sociedad tradicional, una sociedad con unos valores ya obsoletos que sustenta que la felicidad de los hijos está en el clásico componente familiar: padre, madre e hijos. Aunque los padres no se quieran, aunque se insulten, aunque no sepan ser padres porque no son felices… ¿qué sentido tiene? Para concebir a un hijo es necesario sentir el amor suficiente para amarle desde el primer momento que se tiene en los brazos.
Pero que un hijo se críe en un hogar donde los padres no se quieren e incluso, se tratan mal… Puede ser devastador para su desarrollo psicológico. Tener hijos es fácil, lo que no es fácil es ser padres y lograr que ese niño o niña crezca con una buena estabilidad emocional y lleno de felicidad. Lo que importa por tanto no es que el niño o niña crezca con un padre y una madre, si no que tanto si está con su madre o padre únicamente, como si está con ambos, se pueda convertir en una persona capaz de disfrutar de la vida, capaz de crecer por sí mismo, de ser una persona de éxito con autoestima y seguridad.
La felicidad es un camino
Lo primero que se debe tener presente a la hora de criar a un hijo es que la felicidad es un camino, y aunque la vida nos ponga obstáculos, lo importante es que en lugar de victimizar la vida o meternos en un agujero sin salida, nosotros mismos iluminemos el camino buscando soluciones y que los hijos vean esta fuerza interior y además, aprendan de ella. La felicidad no siempre estará en nuestras vidas, la felicidad va y viene y es necesario entender esto para luchar en momentos de adversidad.
Los niños necesitan padres que les inculquen valores como el respeto, habilidades como la empatía y la asertividad y que además, sientan que son queridos cada día de su vida. Los niños deben sentirse queridos y respetados en todo momento, algo que les ayudará a desarrollarse fuertes, con buena autoestima y sobre todo, a mirar por sí mismos pero también por los demás.
Quiérete a ti primero para amar de forma incondicional a tus hijos
Si no eres capaz de quererte y respetarte a ti mismo, ¿cómo lo harás con tus hijos? Trabaja tus posibles carencias para que tus hijos no las reciban. Es necesario que te respetes y te quieras para no caer en una crianza tóxica. Quererte es lo más altruista que puedes hacer por tus hijos, porque si lo haces… Estarás trabajando también por el amor que sientes hacia ellos. Con o sin pareja, lo que importa es que te quieras y te respetes como persona, que quieras y respetes a tus hijos por quiénes son en cada momento y sobre todo, que transmitas buenos valores.
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