Crianza imperfecta para un amor perfecto
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Sí, tú como madre eres imperfecta y si eres padre, también eres imperfecto. ¿Sabes por qué? Es sencillo; la perfección solo existe en el amor que se siente por los hijos. ¿Cuántas veces te has sentido culpable pensando que la crianza que estás impartiendo a tus hijos no es cómo pensabas o que la crianza de tu vecina es mejor que la tuya? ¿Cuántas veces has sentido envidia de esas familias que parecen perfectas a tus ojos? Es probable que incontables ocasiones. Basta ya.
Basta de que compares tu crianza con las de otras personas, porque cada familia es un universo y cada persona un mundo totalmente diferente. Es posible que haya noches que tus hijos se vayan a dormir a las 11 de la noche y pienses; ¡seguro que los hijos de mi hermana llevan dos horas en la cama! Pero, ¿sabes qué pasa? Que tú y tu familia no sois la familia de tu hermana ni ella la tuya.
Lo que verdaderamente importa
Lo que verdaderamente importa es que tu crianza sea imperfecta para poder disfrutar de un amor perfecto hacia tus hijos. Porque los niños llegan al mundo sin un manual de instrucciones y cuando ‘quieres hacerlo todo perfectamente bien’ puede que reboses los límites y te centres demasiado en hacerlo ‘perfecto’ criando a niños con miedo a la autoridad o a hacer las cosas mal por si ‘no están a la altura’.
Lo que verdaderamente importa son las risas en familia, las lágrimas con un hombro en el que llorar, importan los buenos momentos y los malos también, porque éstos últimos serán los que nos enseñen a hacer las cosas mejor y a valorar lo bueno que se tiene en la vida.
Tus hijos necesitan…
Es realmente importante disfrutar del tiempo en familia, sin pensar tanto en el dinero que ganas con el trabajo y todas las horas extras que haces… Porque piensa que mientras puedas pagar todas las facturas y tener para vivir, ¿para qué pasar tiempo lejos de tus hijos solo por ganar más? Tus hijos te necesitan, necesitan esa crianza imperfecta para ser felices. Necesitan que te equivoques, que te des cuenta y que rectifiques.
Necesitan que seas capaz de pedirles perdón cuando te equivoques o cuando un día el estrés te ha sobrecargado emocionalmente y sin querer les has gritado injustamente, acudas a ellos y les pidas perdón. Tus hijos necesitan que les hagas una tabla de puntos para que sean capaces de regular su comportamiento y que les enseñes cuáles son las emociones que sienten cada día.
Necesitan cocinar contigo y manchar la cocina, jugar y hacer ruido mientras tú les riñes para que recojan las cosas que han dejado por medio. Necesitan verte llorar y saber que llorar es normal tanto para hombres como para mujeres cuando tenemos sentimientos dentro de nosotros que nos hacen sentir mal. Necesitan saber que las emociones nos dicen qué debemos hacer para estar mejor. Necesitan esto y mucho más de la crianza que se supone que es imperfecta.
La perfección está en tu amor por tus hijos
Porque la perfección está en el amor que sientes por tus hijos, y cuando ese amor no se puede describir, entonces y solo entonces, tu crianza no será perfecta… Pero sí será la que tus hijos necesitan. Esto es así porque te preocuparás por hacer las cosas de la mejor forma que puedes y si ves que no funciona, entonces buscarás estrategias para mejorar no tu crianza, sino la armonía y la felicidad que debe existir en tu hogar.
Tus hijos son felices a tu lado, contigo, con tus imperfecciones… Disfrutando de tu amor incondicional a cada segundo porque tú y solo tú, eres la energía que necesitan para vivir felices.
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