Crianza emocional: cuando las emociones se acompañan
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Quizá hayas pensado alguna vez que las emociones se deben educar, pero aunque es necesario hacerlo para tener un buen entendimiento de ellas, la realidad es que para que realmente funcionen se deben acompañar. Actualmente los padres están cada vez más interesados en los tipos de crianza para poder escoger bien cómo educar a sus hijos.
La crianza tradicional basada en castigos y una figura autoritaria cada vez se usa menos… Ahora, afortunadamente los padres se dan cuenta de que la crianza basada en el respeto, en los niños y en sus necesidades físicas y emocionales es lo que realmente importa porque es lo que les ayuda a crecer tanto interna como externamente.
La crianza emocional
Cuando se tiene en cuenta la crianza emocional es fundamental no manipular a los pequeños para que estén mejor o peor. Cuando un niño está enfadado y tiene una rabieta, no hay que “manipularle” para que deje de llorar (porque así los padres nos sentimos mejor). Lo que hay que hacer es acompañarle en ese sentimiento, permitir que se exprese, guiarle para que lo reconozca y lo entienda y estar a su lado en la búsqueda de soluciones.
Solo de esta manera se estará haciendo una crianza emocional real. Respetando las emociones y permitiendo que los niños entiendan de verdad las que están sintiendo y qué quieren decir cada una de ellas.
La educación emocional y la crianza de este tipo se basa en el respeto hacia el niño y todas sus necesidades. Para que los niños puedan entender sus emociones es fundamental que las experimenten por sí mismos. La crianza emocional se debe seguir las 24 horas del día junto al niño.
Los padres, según cómo gestionan sus propias emociones estarán enseñando a sus hijos a hacerlo de la misma manera, por lo que el ejemplo es fundamental. Tu reacción ante las circunstancias de la vida es la lección más importante para tus hijos.
La clasificación de las emociones
Las emociones en el ser humano es algo complejo, cada persona vive sus experiencias de diferente manera por lo que no se puede hacer una guía estándar para todo el mundo sobre esto. Cada persona percibe el mundo con sensaciones diferentes y es necesario tener conciencia de esto para poder trabajar correctamente las emociones, para poder llevar bien una buena crianza emocional. Lo que tú sientas no tiene que ser lo mismo para tu hijo, ni a la inversa.
Los niños pequeños expresan las emociones físicamente porque no saben hacerlo de otra manera. Puede ser a través del llanto, de enfados, cuando se frustran, etc. Su cerebro emocional (situado en el sistema límbico) se activa y reacciona de esta manera ante los estímulos externos. Siempre, desde nuestro nacimiento sentimos emociones, pero cuando somos pequeños (e incluso siendo adultos), no sabemos nombrarlas o expresarlas porque no es fácil reconocerlas.
En este sentido, en la crianza emocional los padres debemos ser los guías y darle nombre a esas emociones que sienten para que poco a poco vayan reconociéndolas. Se empieza enseñando a los niños las sensaciones básicas como el frío o calor, para después, pasar a nombrar las emociones básicas como el miedo, la ira, la alegría o tristeza.
Ayuda a tus hijos a liberar sus emociones
Hay que respetar la emoción que los niños están sintiendo y darles valor sin minimizar ni restar importancia. Esto solo les generaría confusión y pensarían que sus emociones no son válidas y las bloquearían, lo que podría tener consecuencias emocionales en el futuro.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que cuando queremos seguir la crianza emocional el primer paso es entender nuestras propias emociones. Será solo entonces cuando podrás acompañarles sin darles interpretaciones equivocadas de cómo se sienten… y así, también les podrás acompañar en su proceso de gestión emocional.
El autoconocimiento emocional es el regalo más grande que le puedes hacer a tus hijos, y será algo que les durará y les acompañará toda la vida. Nunca se deben sentir solos en sus vivencias de la vida, si se sienten comprendidos y sobre todo, escuchados, mejorará mucho la comunicación entre padres e hijos y el vínculo se estrechará.
Para que tus hijos aprendan a expresar sus emociones tendrán que ver el ejemplo en ti. Habla con naturalidad de cómo te sientes en cada momento para que lo vean como algo normal y se acostumbren también a expresar sus emociones con naturalidad. Aprovecha cualquier circunstancia diaria para hablar sobre tus emociones.
No hay emociones buenas ni malas
Estamos acostumbrados a que las emociones pueden ser buenas o malas, pero en realidad todas son necesarias. No son negativas ni tampoco positivas, todas nos comunican cómo nos sentimos y nos advierten de que debemos actuar para volver a estar mejor por lo que hay que ponerles nombre, comprenderlas, asimilarlas y si es necesario, sanarlas.
Para que los niños comiencen a identificar las emociones hay que hacerles ver cómo se sienten físicamente ante cada emoción pero sin forzarles a ello. Puedes explicarles cómo puede ser esa sensación como por ejemplo: que el corazón va más rápido, que sienten una piedra en el pecho que les impide respirar bien o una pelota que se mueve en su estómago. Así aprenderán a que el cuerpo nos señala cómo nos sentimos y por lo tanto, es quien nos avisa sobre esa emoción que estamos sintiendo en un momento determinado.
Como ves, la educación y la crianza emocional se centra sobre todo en ser guías de nuestros pequeños y sobre todo, en acompañarles emocionalmente para que sean capaces de comprender y gestionar el mundo complejo de las emociones.
Solo de esta manera se sentirán lo suficientemente valorados y comprendidos para sentirse importantes y ver cómo las emociones realmente son un amigo y no un obstáculo en la vida. Ellas nos acompañan durante toda la vida y cuanto antes sepamos descifrarlas y comprenderlas mucho mejor. ¡Como padre o madre es tu obligación acompañar a tus hijos en este camino tan confuso para ellos!
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