Qué hacer si crees que tu hijo está siendo abusado sexualmente
Cree siempre la versión del niño
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En la actualidad y por desgracia, hay demasiados casos donde los niños sufren abusos sexuales. En la gran mayoría de ocasiones los depredadores sexuales son personas del entorno de los pequeños, personas en quien los padres suelen confiar. Los depredadores sexuales pueden parecer personas normales en un papel perfecto de familiar, entrenador, monitor, etc. Los padres deben estar muy pendientes para saber si realmente su hijo está siendo abusado sexualmente o no.
Cómo actuar si crees que tu hijo está siendo abusado
Es necesario que los padres, si piensan que su hijo está siendo abusado sexualmente actúen rápidamente y siempre crean la versión de su hijo. A veces, por no creer la verdad o no afrontar el dolor los niños siguen sufriendo esos abusos durante más tiempo. Siempre hay que creer a los niños, por descabellado que sea lo que te está explicando, después, ya se verificará la realidad.
Reconoce las banderas rojas
Solo uno de cada cinco niños que han sido abusados sexualmente denunciará. Muchos de ellos esperan a ser adultos para hablar de lo ocurrido. Es muy difícil para los niños hablar de lo que ha pasado si nadie a su alrededor se ha dado cuenta. Por eso es tan importante descubrir las señales de advertencia. Si tu hijo no quiere estar cerca de una persona, toma en serio esas palabras y descubre por qué puede estar ocurriendo eso.
En ocasiones, los niños no saben si lo que les están haciendo es normal o no y por este motivo, las señales de advertencia son esenciales para los padres. Algunas señales de advertencia es que los niños tengan marcas inexplicables en el cuerpo, enrojecimiento en el área genital, infecciones, neurosis repentina, malestares físicos como dolores de barriga o frecuentes dolores de cabeza, que se muestren retraídos o diferentes con esa persona, baja autoestima, comportamiento extraños…
También pueden haber señales conductuales como arrebatos de ira, problemas para dormir, disminución de las calificaciones, etc. La precocidad sexual también puede ser otra señal alarmante. Quizá el niño o niña comienza a hacer comentarios sexuales o muestra actitudes sexuales inapropiadas.
Si crees que tu hijo/a puede estar siendo abusado sexualmente acude a un psicólogo infantil que esté especializado en abusos sexuales. También llévale al pediatra para mostrarle las posibles señales físicas que está teniendo. No tienes que investigarlo solo por tu cuenta, busca ayuda de un profesional.
Cómo hablar del abuso con los niños
Si crees que tu hijo/a está sufriendo por culpa de un depredador sexual, deberás hablar con él y escuchar todo lo que te diga. Sé cariñoso/a y comprensivo/a. Cuando un niño explica algo de este calibre, rara vez es falso. No hay una plantilla para esta discusión, depende en gran medida de la edad del niño, del posible sospechoso y de cuánto tiempo ha ocurrido el posible abuso. Pero debes seguir ciertas pautas. Primero, ten la conversación en privado. Ten en cuenta su lenguaje corporal: inclínate hacia adelante, ten contacto visual y acércate al nivel de sus ojos para ayudarle a sentirse más cómodo.
Recuerda inmediatamente a tu hijo que le crees y que está haciendo lo correcto al contártelo. Mantén preguntas abiertas: ¿Qué hicisteis juntos? ¿Qué sucedió? Evita, al menos al principio, comentarios donde se utilicen expresiones demasiado explícitas o palabras agresivas.
Nunca niegues el abuso ni defiendas al posible abusador pensando que esa persona nunca haría algo así. Jamás culpes al niño. Reitera que nunca te enfadarías con tu hijo por algo así y que no es su culpa.
Los niños que han sido abusados sexualmente pero que han recibido apoyo y ayuda por parte de su familia y profesionales, pueden recuperarse y crecer sin tener problemas de salud mental o de comportamiento.
Cómo prevenir el abuso
Descubre quién está en la vida de tu hijo. Aunque no puedes estar las 24 h con tu hijo, por eso es importante que te asegures que siempre está en situaciones supervisadas por adultos de confianza. Pero sea quien sea la persona que está a cargo de tu hijo, dile siempre que si alguna vez alguien le hace cualquier cosa que le pueda hacer sentir raro, que os lo tendrá que contar inmediatamente.
Si tu hijo está con una canguro u otro cuidador no supervisado, deberás tener un control sobre sus antecedentes y referencias. Nunca permitas que tu hijo sea cuidado por un cuidador sin tu permiso, sea quien sea la otra persona.
Deberás conocer a todos los entrenadores, maestros y adultos con los que pasa tiempo tu hijo y observar cómo interactúan con él. Si notas algo extraño habla con otros padres y buscad la forma de garantizar la seguridad de todos los niños. También es imprescindible que te familiarices con los amigos de tus hijos y sus padres.
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