Cosas que pensabas que eran educar con respeto y no lo son
[mashshare icons=»1″]
Educar con respeto a los hijos es una forma correcta de que se desarrollen y de que sean capaces de tener una buena personalidad que les ayude a crecer y a ser personas íntegras y de éxito cuando lleguen a la vida adulta. Pero en ocasiones podemos sentirnos con la duda sobre qué es exactamente educar con respeto y qué no lo es. Puede que hagas cosas pensando que estás educando con respeto y que la realidad es que te estés pasando de permisividad.
La permisividad excesiva no tendrá buenas consecuencias en la educación de tus hijos, por lo que es muy importante saber encontrar el equilibrio entre la flexibilidad y los límites. Esto es educar en respeto… Para educar desde el respeto hay que saber decir que no y también poner límites y normas en la educación de nuestros hijos. Las normas y los límites son necesarios para que los niños crezcan en seguridad y en confianza con sus padres.
Que las críticas no te amedrenten
Quizá si has decidido criar a tus hijos desde el respeto hayas recibido algunas críticas por parte de otras personas. Es posible que hayas escuchado alguna vez que si crías a tus hijos desde el respeto te crecerán siendo niños malcriados y consentidos, que cuando crezcan no serán capaces de lidiar con sus propias frustraciones o de poder desenvolverse bien en el mundo adulto actual.
Hay una idea equivocada y demasiado generalizada sobre la educación con respeto. Muchas personas -incluso aquellas personas que piensan que educan a través del respeto a sus hijos- piensan que educar con respeto y con apego es sinónimo de dejar a los niños hacer lo que quieran, no ponerles límites o no decirles ‘no’ a ninguna de sus imposiciones… Y nada más lejos de la realidad.
Por este motivo, es importante que si decides criar a tus hijos desde el respeto mutuo, tengas en cuenta algunas cosas que no son educar con respeto y que muchas personas piensan que sí lo son. Ha llegado el momento de cambiar estos pensamientos distorsionados para dar paso a una crianza con respeto de calidad y que realmente favorezca a los niños.
Nunca dar negativas a los niños
No vivimos en un mundo idílico donde la negativa no exista. Muchas personas piensan que por decir que no a sus hijos pueden crearles un trauma o herir sus sentimientos y lo evitan a toda costa. Pero los niños deben aprender a que la palabra ‘no’ existe y es necesario decirla en su educación. Es importante que escuchen esta palabra y que entiendan que en ocasiones, es necesario decirla y que hay que aceptar recibirla.
Cuando se le da una negativa a un niño es habitual que se desencadene una rabieta, pero es necesario ser flexible y actuar con calma, explicarle el por qué del no y darle alternativas diferentes para que pueda tener un mínimo control sobre su entorno. Decir muchas veces ‘no’ a un niño es igual de negativo que no decirlo nunca. Hay que saber elegir los momentos adecuados.
Evitarles las frustraciones
La falta de límites en una crianza no les hará evitar la frustración, más bien les hará sentirse inseguros y tener aún más frustración. Los niños necesitan frustrarse para aprender a enfrentarse a la vida y a no depender de los demás para superar obstáculos. No se trata de evitar las frustraciones, ni tampoco de potenciarlas… Simplemente que si el niño cae en ella, que aprenda a manejarla. Aprender de la frustración para que pueda sacar lo bueno y de paso, que saque provecho de la situación.
Una vida sin límites
Además, los límites existen y deben estar razonados y en muchas ocasiones pactados. Los niños necesitan saber qué sí y qué no, y también, ser conscientes de que ellos también tienen voz y voto. Que entiendan cuáles son las consecuencias naturales de sus actos y que existen unos límites y normas que se deben cumplir para poder vivir en armonía, siendo un ganar-ganar para todos.
Educar desde el respeto no es sobreproteger, es acompañar.
Comentarios