3 frases que NUNCA debes decir a tus hijos
¿Se las has dicho alguna vez a tus hijos?
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Cada día los padres hablan con sus hijos y muy probablemente dirán frases que quizá después de haberlas dicho se arrepientan. O quizá no se arrepientan porque no se dan cuenta de que son frases que mejor evitar para que el niño tenga un buen desarrollo emocional. En ocasiones, parece que las palabras se las lleva el viento, pero la realidad es que las palabras se pueden quedar muy grabadas en el corazón de los niños, tanto, que incluso, puede condicionar su desarrollo emocional.
Es muy probable que no digas frases anticuadas y obsoletas como por ejemplo: ‘Espera que llegue tu padre a casa’ puesto que esta frase está quitando toda la autoridad de la madre respecto a la educación de los hijos. O tampoco frases del estilo: ‘Me gustaría que te parecieras más a tu hermano/a’, una frase comparativa que solo hará que aumente la inseguridad en la personalidad del niño/a y además, potenciará una rivalidad tóxica entre hermanos. Pero existen algunas frases que es mejor no decirlas a los niños y mucho menos a tus hijos. A continuación te vamos a dar algunos ejemplos de frases que es mejor que a partir de ahora, dejes de decir a tus hijos o que al menos, cambies por otras que sean más adecuadas.
Frases que es mejor NO decir a los hijos
No pasa nada, estás bien
Si tu hijo se cae en el parque, se raspa la rodilla y se hace daño, lo normal es que se ponga a llorar y te busque para que le des consuelo. Tu instinto será tranquilizarle si no está gravemente herido y decirle; ‘No pasa nada, está bien’. Pero decirle esto solo hará que se sienta peor. Si tu hijo está llorando es porque no está bien y tu trabajo es hacerle entender esas emociones y no desestimarlas. Dale un abrazo y reconoce el dolor que siente diciendo algo como: ‘Ha sido un caída grande, vamos a curarte la herida y que te pongas mejor’.
Estoy a dieta
Nadie te dice que no te pongas a dieta, pero sí que no le transmitas esa obsesión por el cuerpo o la inseguridad que tienes en ti mismo/a a tus hijos. Si estás obsesionado/a con tu peso lo mejor es que eso te lo guardes para ti mismo/a. Si tu hijo ve que te pesas todos los días y te oye decir que te ves gordo/a, puede desarrollar una malsana imagen corporal. Es mejor que le digas a tu hijo que comes sano porque te gusta la forma que te hace sentir, en lugar de decirle que haces dieta para adelgazar y estar ‘más guapo/a’.
No podemos pagar eso
Está claro que los niños quieren todo lo que ven, es algo normal y es muy tentador utilizar esta respuesta para que no vuelva a pedir el juguete… Pero decirle a tu hijo que no puedes pagar o que no te puedes permitir algo, le estás enviando un mensaje de inestabilidad económica, como si no fueses capaz de controlar la economía familiar… Esto puede causar una gran angustia en los niños.
Además, los niños más mayores pueden echarte en cara que en otro momento hagas una compra más cara para la casa. Es mejor escoger una forma alternativa de transmitir la misma idea pero sin meter el miedo, como por ejemplo decir a los niños que no se va a comprar eso en concreto porque el dinero se debe ahorrar para otras cosas más importantes. Si tu hijo quiere discutir sobre el tema puedes aprovechar la situación para iniciar una conversación sobre el ahorro, los presupuestos y la administración del dinero.
Esto son solo tres ejemplos, pero merece la pena recordar que algunos cambios sutiles en la forma de decir las cosas puede hacer que el impacto en el niño sea mucho más positivo.
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