10 cosas que cambian cuando te conviertes en madre
Y que nos encanta que hayan cambiado
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Convertirse en madre es lo más bonito que existe en el planeta para una mujer que desea tener descendencia, pero que la vida cambia totalmente no es una novedad… aunque quizá cambia más de lo que nos pensábamos antes de ser madres. Un niño desde que llega a nuestro mundo a través de nosotras cambia nuestra vida por completo. Nada tiene que ver a la vida de antes de ser madre. ¿Quieres algunos ejemplos?
Todo esto cambia cuando eres madre
1. Dormir ya no volverá a ser lo mismo
Esta es la cosa que notarás antes que ninguna otra. Si antes de ser madre te gustaba dormir horas y horas, esto se ha acabado para siempre. Aunque tu hijo duerma muy bien no podrás dormir sin pensar en nada más porque aprovecharás que duerme para hacer cosas en tu hogar. Además, desde que son bebés te harán despertarte a mitad de la noche para atenderles y cuando sean adolescentes te harán despertarte para saber si ya están en casa.
2. La vida en pareja ahora es vida familiar
Si bien es cierto que no se puede dejar de lado la vida en pareja y que para ser buenos padres se tendrá que ser buena pareja… la vida no será lo mismo. Las cenas en un restaurante pasarán a cenas en casa, los fines de semana en el spa se convertirán en salidas familiares al campo… ¡pero hay muchas formas de disfrutar en pareja! Sólo hay que mantener la chispa del amor encendida.
3. Nunca más vuelves a ser escrupulosa
Antes de ser madre es posible que te diera asco ver cómo cambiaban un pañal o que un niño vomitara te hacia vomitar a ti sólo por el olor. Todo eso cambiará en cuanto te conviertas en madre: mocos, cacas, pipís o vómitos se convierten en algo habitual en tu vida.
4. Te conviertes en madre de todos los niños del mundo
Algo pasa cuando las mujeres nos convertimos en madre y es que parece que estemos todas conectadas de algún modo. Cuando no convertimos en madres todos los bebés o niños de la edad de nuestros hijos se convierten en seres adorables y cuando una madre o un niño viven alguna desgracia no podemos evitar conmovernos y querer ayudarle de algún modo. Las personas somos seres sociales y el instinto materno lo sabe, ¡la comunidad sólo avanza a través de la unión y la empatía por el prójimo!
5. Entiendes a tu madre en todo
Muy probablemente antes de tener a tus hijos habían cosas de tu madre que dabas por supuesto: como que te quería. Y otras que no entendías: la pesadilla de saber si has comido bien o no. Ahora que tú también eres madre entiendes todas y cada una de las cosas que tu madre ha hecho por ti o lo que te decía por tu bien, o simplemente ahora entiendes cada una de sus miradas, las que enseñan y las que muestran todo el amor que siente por ti a cada instante. El amor de una madre por sus hijos es tan incondicional y tan increíble que ahora entiendes el por qué de todo lo que tu madre te decía o hacía.
6. Llamas a tu marido papá
Sí, lo haces. Lo haces sin darte cuenta pero lo haces. Incluso en público, incluso en momentos en que los niños ya están durmiendo. No te das cuenta y cuando te das cuenta, te quedas pensativa; “¿le he llamado papá?”.
7. Tu bolso puede con todo
¿Conoces el bolso de Mary Poppins? El tuyo no tiene nada que envidiarle. Tienes todo lo que necesitas y todo lo que necesitan tus hijos. Siempre.
8. Te das la vuelta cuando escuchas mamá
Aunque tus hijos no estén delante. Si escuchas la palabra “mamá” tu inconsciente te hace girarte y buscar a ese niño que está llamando a su madre. Si no la encuentra, le ayudarás a hacerlo.
9. Eres la campeona número 1 de la paciencia
Sí, tienes que respirar muchas (pero que muchas) veces para no alterarte más de la cuenta. Cuando notas que empiezas a ponerte nerviosa, tienes tus propias estrategias para encontrar la calma y no pagar tus posibles frustraciones con tus hijos.
10. Te das cuenta de que eres multitarea
Te has dado cuenta de que puedes hacer varias cosas a la vez, como hacer la cena a tus hijos mientras amamantas a tu bebé y al mismo tiempo contestas correos electrónicos del trabajo. Esto es solo un ejemplo… Pero puedes y eres capaz de hacerlo. Aunque si te sientes agotada, recuerda que puedes delegar las tareas, no eres una máquina.
¿Qué otras cosas han cambiado en tu vida desde que te convertiste en madre?
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