5 consejos que no debes seguir para criar a tu bebé

En lo que respecta a la educación infantil existen muchos mitos, falsas creencias o hábitos que los padres ponen en práctica y que en realidad pueden hacerles daño a sus hijos. De hecho, aunque para ser un buen padre no es necesario leer decenas de libros de Psicología o Pedagogía, lo cierto es que informarse un poco no está de más.

Al respecto, un estudio publicado recientemente en la revista Pediatrics encuestó a más de mil madres con bebés que aún no habían cumplido los seis meses y desveló que el 26% de los consejos sobre las posiciones para dormir al bebé y más del 20% de las recomendaciones sobre la lactancia materna eran erróneos e incluso iban en contra de lo que indican los pediatras.

Las recomendaciones que los padres no deberían seguir

1. “Deja que llore para que se haga fuerte”

Muchas personas les recomiendan a los padres dejar que el bebé llore para que se vaya templando su carácter desde pequeños. Sin embargo, un estudio llevado a cabo en la Universidad Estatal de Pennsylvania descubrió que cuando los bebés lloran demasiado durante sus primeros meses de vida, a los 10 meses tienen más dificultades para controlar sus emociones. También se conoce que los bebés que lloran frecuentemente tienen 10 veces más probabilidades de sufrir un TDAH. El problema es que el llanto aumenta la producción de cortisol y estresa al bebé, lo cual no es saludable para su desarrollo emocional y físico. De hecho, cuando el bebé llora y sus necesidades no son satisfechas es probable que se convierta en un adulto inseguro.

2. “No le lleves en brazos que se acostumbra”

Algunas personas les aconsejan a las madres que no lleven al bebé en brazos porque se malacostumbrará. Sin embargo, lo cierto es que los bebés necesitan el contacto físico, sobre todo con sus madres, porque este les transmite una sensación de seguridad y protección. Los bebés necesitan el contacto cuerpo a cuerpo, casi tanto como alimentarse. De hecho, un estudio realizado en el año 1945 por el médico austriaco René Spitz desveló que los niños que habían sido ingresados y separados de sus madres durante tan solo tres meses presentaron un mayor índice de mortalidad, en comparación con los pequeños que se habían mantenido en contacto con sus madres. Además, a pesar de que se les brindaban los cuidados médicos adecuados, estos pequeños mostraban tristeza, falta de apetito, insomnio, pérdida de peso, mutismo e incluso retardo en las capacidades psicomotoras.

3. “Unos buenos azotes no hacen daño”

Pegarle a un niño no es una forma de educar, es simplemente la expresión de la incapacidad del adulto para gestionar una situación que le desborda emocionalmente. Para disciplinar a un niño es suficiente con mirarle a los ojos y hablarle con un tono enérgico, no es necesario recurrir al castigo físico. De hecho, un estudio publicado recientemente en la revista Neuroimage analizó el cerebro de 1.455 jóvenes y descubrió que aquellos que habían recibido al menos un azote al mes durante más de tres años en su infancia tenían menos materia gris en algunas zonas de la corteza prefrontal, relacionada con el control de los impulsos y la toma de decisiones.

4. “Es mejor que le abrigues bien”

Se trata de un consejo habitual que reciben muchas madres, incluso si las temperaturas marcan el punto más alto del termómetro. Detrás de este consejo se esconde la creencia de que los niños son propensos a “enfriarse”. Sin embargo, lo cierto es que los bebés tienen problemas para regular su temperatura corporal, por lo que pueden sufrir mucho cuando están abrigados en exceso. De hecho, hace poco el pediatra sueco Svante Norgren alertó de los peligros de proteger al bebé usando una sábana o una toalla sobre la capota del cochecito. En sentido general, cualquier aumento excesivo de temperatura no solo le causa malestar al bebé sino que también aumenta las probabilidades de que se produzca el síndrome de muerte súbita del lactante.

5. “Lo que tiene es hambre, dale un biberón”

Se trata de uno de los consejos más comunes a las madres primerizas cuando alguien ve que el bebé llora. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la leche materna es el mejor alimento para los bebés durante los primeros seis meses de vida ya que no solo le aporta los nutrientes que necesita sino que también fortalece su sistema inmunitario. De hecho, debes saber que es probable que pases por varias crisis de lactancia, la primera suele ocurrir durante la tercera semana de vida, la segunda entre la sexta y la séptima semana y la última y más compleja alrededor de los tres meses. Con un poco de paciencia, lograrás producir más leche y el bebé se saciará sin tener que recurrir al biberón.

Pero no debemos olvidar que en otras muchas ocasiones, hay madres que (por los motivos que sean) no tienen suficiente leche para alimentar a su bebé, el bebé no se ‘engancha’ bien al pecho o no succiona correctamente, etc. y en estos casos el consejo que no deben escuchar es: “Si llora póntelo en el pecho para que te suba la leche” porque si no tienes suficiente o existen problemas que puede hacer que la lactancia materna no sea una opción viable, el bebé pasará hambre y llorará, siendo el biberón la mejor solución.