Cómo saber si soy un padre tóxico
Saber y admitir si eres un padre tóxico es la clave para mejorar tu comportamiento
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Cuando en el título pongo un «padre tóxico», me refiero por supuesto a cualquiera de los dos progenitores: madre o padre. Tóxico significa venenoso, nocivo o contaminado. Cuando decimos «padre tóxico» nos referimos al progenitor cuyo comportamiento negativo inflige emocionalmente a los niños y les causa daños que contamina la inocencia de los niños. Por ejemplo, padres que abusan verbal o físicamente o los padres que ignoran las necesidades emocionales o básicas de sus hijos; son padres tóxicos.
Normalmente los padres aprenden este comportamiento tóxico a partir de sus propios padres, quienes a su vez lo aprendieron de los suyos. Sin embargo, pocas personas hacen la conexión entre el estilo de crianza de los padres y sus propios problemas emocionales.
Los padres tóxicos y la educación de los hijos
Como padres, todos cometemos errores. Ser padres es una empinada curva de aprendizaje constante que requiere enormes cantidades de paciencia y determinación en momentos complicados. De hecho, hay padres que reconocen que forman una familia es la ocupación más estresante que puedan tener. A veces, la parte más difícil acerca de la paternidad es el reconocimiento que nuestro comportamiento es cuestionable debido a las influencias negativas de los padres sobre nosotros. Es complicado ver los fallos en nuestros padres. A veces no es lo que ellos hicieron sino lo que no hicieron es lo que ha sido realmente perjudicial para uno mismo.
El abuso verbal de los padres a los hijos también es una crianza tóxica que debe solucionarse de inmediato. A menudo esto no es visto como algo significativo, incluso es aceptado por todo el mundo, pero la profundidad y las consecuencias en el desarrollo infantil puede ser devastador.
Por desgracia, los niños de padres tóxicos aprenden a culparse a sí mismos por la falta atroz de sus padres en su crianza y tienden a convertirse en adultos con una imagen pobre de sí misma, baja autoestima y gran inseguridad emocional. La maravillosa noticia es que el pasado no se puede cambiar, pero el futuro siempre se puede mejorar. Existen padres que se dan cuenta de su infancia tóxica y que se convierten en modelos a seguir para sus hijos gracias a la decisión de no seguir el patrón de conducta tóxico que recibió en la infancia.
Cómo saber si eres un padre (o madre) tóxico
Quieres controlarlo todo
Si eres un padre o una madre controlador/a y si tus hijos niegan tus palabras infundirás una sensación de inseguridad e incompetencia hacia ellos por su insolencia. Normalmente este comportamiento se lleva a cabo bajo la falsa apariencia de que haces y dices las cosas «por el bien» de tus hijos.
No estás disponible emocionalmente
Todos los niños están programados para depender de sus madres y si una madre está desconectada emocionalmente (falta de contacto físico reconfortante, falta de comunicación, abandono emocional) puede tener graves consecuencias para los niños. Los niños con «hambre» emocional se sienten necesitados. Los niños «más afortunados» pueden encontrar a otro miembro de la familia como un abuelo, una tía u otro adulto de referencia, pero el vacío emocional de un padre o una madre no se cura. Los niños se convierten en adultos dependientes emocionalmente que necesitan asegurarse continuamente que les quieren.
Otras características a tener en cuenta
- Valoras a tus hijos según sus logros a causa de tus frustraciones internas
- Denigras a tus hijos
- Eres hipercrítico/a y celoso/a de los logros de tus hijos
- Eres una persona narcisista
- Ves en tus hijos un ayudante y se convierten en tu cuidador
- Antepones tus sentimientos y tus necesidades antes que las de tus hijos
- Haces cómplices a tus hijos de tus secretos para que los oculten (como la adicción al alcohol)
- Controlar a tus hijos a través de la culpa o el dinero
- No permites que tus hijos evolucionen por envidia
- No respetas a tus hijos (ni su espacio, ni sus opiniones, si quiera su persona)
- Eres pasivo-agresivo («Estás bien» pero le atacas a la mínima con indirecta y humor hostil)
- Tus hijos te tienen miedo
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