Cómo poner límites a los niños sin que lo pasen mal
[mashshare icons=»1″]
Los niños necesitan límites para que ellos se sientan seguros, pero el establecimiento de límites también debe tener algunas normas para los padres para que no se escapen del control. Cuando se ponen límites a los niños hay que evitar a toda costa la coacción, las amenazas y los sobornos. El límite con calma y siendo firme es algo que todos los padres deben trabajar y construir con el tiempo.
Cuando tu hijo se comporta de forma grosera o muestra una actitud insegura pero inaceptable es necesario entender sus emociones antes de establecer los límites, y para ello debes controlar tu ira y tus emociones negativas ante el comportamiento negativo de tu hijo. Para poder establecer los límites sin que los niños se sientan mal, lo más importante es tener una capacidad de pensar adecuada y para ello deberás estar bien emocionalmente y tener una percepción de la situación que no esté sesgada.
Para poder poner límites a tus hijos, primero tendrás que empezar cuidándote a ti mismo, mantener una perspectiva positiva sobre lo que ocurre y de este modo, podrás mejorar el vínculo emocional sin que los límites afecten a la relación entre padres e hijos, sino que más bine la fortalezca. Si quieres ayudar a tu hijo teniendo límites pero sin que esto suponga un gran problema, no pierdas detalle.
Claves para poner límites sin destruir el vínculo emocional
Piensa en el futuro
Piensa en el futuro y en cómo quieres que sean tus hijos. Necesitas un plan y debe ser estratégico. En la crianza siempre tienes que ir un paso por delante, por eso, debes tener en cuenta hacia dónde se dirigirá tu hijo emocionalmente antes de que ocurra, sin empujarle ni desmoronarse. Ya se trate de la hora de comer o de dormir, piensa las cosas para saber qué tipo de límites son los adecuados para que tus hijos los cumplan teniendo en cuenta sus emociones.
Por ejemplo, si es hora de dormir pero a tu hijo le gusta jugar (o leer) antes de meterse en la cama pero no quieres que la situación se alargue demasiado, puedes preguntarle: «¿Quieres jugar 5 minutos antes de ir a dormir o prefieres meterte en la cama ya?» Al darle la opción se sentirá bien consigo mismo y notará el control de la situación, y si te elige jugar le puedes contestar: «Vale, en 5 minutos vendré y ya será el momento de meterse en la cama sin peros que valgan». Siempre en tono cariñoso, amable y comprensivo ante sus necesidades.
Habla de forma positiva
No utilices un lenguaje insípido, uno de los mejores consejos que te puedo dar para poner a los niños límites sin que lo pasen mal es grabarte cómo les hablas a tus hijos (por ejemplo una hora de grabación) y después escuchar cuál es tu modo de hablarles. Podrás darte cuenta la forma en la que hablas y distinguir si es una forma positiva o negativa, de esta manera podrás romper con hábitos verbales negativos o el uso de la lengua débil. Por ejemplo puedes eliminar las frases como: «No hagas eso» o «Vale, haz lo que quieras» y empezar a usar frases que expresen realmente lo que esperas de los niños: «Baja los pies de la mesa».
Comprueba tu lenguaje corporal y tu expresión facial
Las señales no verbales conllevan una enorme importancia. Los adultos son un gran intimidante para un niño por lo que lo que dices tendrá un gran impacto para ellos. No es lo mismo gritar a un niño que no haga algo y enviarle a su dormitorio que ponerte a su altura de cuclillas, estrechando la proximidad y con una expresión facial neutra decirle qué ha estado mal y qué es lo correcto. De esta forma no estarás afectando su autoestima.
Asegúrate de que tu tono es cálido pero firme
Un tono enfadado puede ser muy aterrador para un niño pequeño, lo que hará que quiera luchar o huir de ti, en cualquiera de los casos puede afectar negativamente al vínculo emocional. El grito sólo se debe guardar para emergencias como cuando el niño esté en peligro de hacerse daño o de hacer daño a otro. Un niño asustado es probable que cumpla la orden sólo después de que pierda los sentimientos de conexión contigo, ¿merece la pena pagar un precio tan alto sólo por no establecer los límites con empatía y cariño? Los niños necesitan una conexión contigo para poder tener un buen equilibrio emocional.
Comentarios