Educación, Familia

Colecho hasta los 6 años, una costumbre muy extendida en Japón

La costumbre japonesa de dormir junto a los niños y sus beneficios

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colecho japon
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Cada vez más padres deciden dormir con sus hijos cerca, pero a pesar de ello en España y el resto de los países del mundo occidental el colecho sigue siendo una tarea pendiente. Sin embargo, ¿sabías que esta práctica que nos resulta tan ajena está muy arraigada en la cultura japonesa? La mayoría de los niños en Japón duerme con sus padres hasta que alcanzan la edad preescolar y deciden dormir solos en su propia habitación. De hecho, son los niños los que determinan en qué momento comienzan a dormir solos cuando se sienten lo suficientemente preparados como para tener su propia habitación. Te contamos a qué se debe y qué lecciones podemos sacar de esta costumbre japonesa.

¿Por qué los niños japoneses duermen con sus padres hasta los 6 años?

En Japón es muy común que los niños duerman en la misma cama con sus padres hasta que alcanzan los 6 o 7 años. Se trata de un hábito de larga data que las nuevas generaciones de padres primerizos siguen cumpliendo porque no conciben dormir separados de sus hijos pequeños. La razón es cultural. En la cultura japonesa, dormir con los niños es una muestra de afecto, una manera de incluir a los pequeños en la familia, de fortalecer el vínculo emocional y fomentar el apego.

A diferencia de la cultura occidental, donde se cree que enseñar a los niños a dormir solos desde una edad temprana consolida su autonomía y les ayuda a ser más independientes, en la cultura japonesa se considera que durante la noche los pequeños necesitan la cercanía de los padres para sentirse seguros mientras duermen. Los padres japoneses prefieren apostar por el colecho durante la noche y dejar para el día las actividades que promueven una mayor independencia en sus hijos.

De hecho, alrededor de los seis meses los padres ya enseñan a sus hijos a beber en vaso y, cuando aprenden a caminar, les animan a vestirse y bañarse solos. Para los japoneses los niños aprenden mejor cuando están despiertos ya que pueden controlar mejor sus reacciones y emociones, por lo que prefieren aprovechar esos momentos para fomentar su independencia y fortalecer el apego en lugar de recurrir al instante en el que los pequeños son más vulnerables, la hora de dormir.

¿Por qué es una buena idea seguir los pasos de los padres japoneses?

Los beneficios del colecho son innegables. No solo contribuye a regular la temperatura infantil y reduce el llanto en los bebés, sino que les ayuda a dormir mejor. También contribuye al descanso de los progenitores y favorece la alimentación del bebé durante la noche. Además, se ha encontrado que puede ser beneficioso para el desarrollo del cerebro infantil. Un estudio realizado en la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, reveló que dormir con los padres reduce los niveles de cortisol en los niños, la hormona del estrés y el miedo, a la vez que estimula la segregación de la hormona de crecimiento infantil, facilita la eliminación de toxinas y fomenta el desarrollo cognitivo.

Además, es un método excelente para reforzar el vínculo entre madre/padre e hijo a través del contacto piel con piel, lo cual también contribuye a educar a niños emocionalmente más estables y seguros. La costumbre japonesa de dormir junto a los pequeños hasta bien avanzado su desarrollo contribuye a crear un vínculo familiar más sólido e inclusivo, en el que los niños se siente parte de la familia y son conscientes de que los adultos les tienen en cuenta y valoran su criterio. De esta manera, no solo se refuerza la relación de los pequeños con sus padres, sino que se fomenta la independencia de los niños desde una edad temprana.

Dormir con los niños sí, pero con normas: El método Etsuko Shimizu para fomentar un buen descanso infantil

Los padres japoneses no solo duermen con sus hijos, sino que se aseguran de que los niños tengan un buen descanso nocturno y adquieran buenos hábitos de sueño desde una edad temprana. Para ello recurren a diferentes métodos, uno de ellos es el método Etsuko Shimizu, llamado así en honor a su creadora, la puericultora y especialista en sueño infantil del mismo nombre. Según este método, existen tres pasos fundamentales que los padres deben aplicar en el día a día para regular el ciclo de sueño y vigilia en los niños y ayudarles a dormir mejor.

padres japoneses durmiendo hijos

1. Acostar y despertar al niño a la misma hora todos los días

Para los padres japoneses es importante acostar y despertar a sus hijos todos los días a la misma hora. En su cultura, es habitual acostar a los niños temprano y levantarles también temprano, sobre las 7 de la mañana. La idea consiste en regular el ciclo circadiano del pequeño, ayudándole a sincronizar su reloj biológico desde una edad temprana.

Además del horario, también prestan especial atención a la manera de despertar a los niños. Por lo general, lo hacen descorriendo las cortinas para que la luz natural inunde la habitación y despierte al pequeño o lo hacen a través de los mimos y las caricias hasta que abra los ojos y sea consciente de su entorno.

2. Ajustar su rutina de sueño según su edad

Los horarios de sueño en los niños varían conforme la edad. Cuanto más pequeños son, más necesitan dormir. Y, a medida que crecen, pasan despiertos cada vez más tiempo. Por eso, los padres japoneses que siguen este método apuestan por regular la rutina de sueño de sus hijos según su edad, reduciendo el número de siestas y horas que duerme al día conforme crecen.

Por lo general, a partir de los 7 u 8 meses empiezan a reducir las siestas a solo dos veces al día e intentan acortar cada vez más el tiempo que los niños descansan durante la mañana para que puedan descansar mejor durante la noche.

3. Crear una rutina de sueño agradable antes de dormir

Según el método Etsuko Shimizu no solo es importante acostar a los niños temprano, sino también crear una rutina que les ayude a conciliar el sueño con más facilidad. Para ello, se recomienda dedicar al menos media hora a darle mimos y caricias a los pequeños hasta que se queden dormidos.

De ahí que muchos padres japoneses apuesten por acostar a sus hijos en torno a las 7:30 y dedicarles una media hora para leerles un cuento, cantarles una nana o simplemente hablarles en voz baja y pausada. Un hábito que puedes implementar en casa para propiciar un descanso infantil más reparador.

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  • Adis, D. (2017) Two Plus One Still Equals Two: Inclusion and Exclusion in the Japanese Family. Japanstudien; 19: 151-168.
  • Bergman, N. (2014) The neuroscience of birth – and the case for Zero Separation. Curationis; 37(2):1.

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