Educación

Claves para que tu hijo crezca emocionalmente sano

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Criar hijo emocionalmente sano
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Una persona que es emocionalmente sana estará en control de sus emociones y de su comportamiento. Son capaces de manejar desafíos de la vida, de construir relaciones fuertes y de recuperarse de las cosas que puedan ir apareciendo en la vida. Pero para que una persona sea emocionalmente sana deberá trabajarlo desde la infancia porque requiere un esfuerzo adicional para construir y mantener la salud física, mental y emocional.

Cuidado con la codependencia y la poca salud emocional

Un niño que crece emocionalmente sano mejorará su salud emocional, tendrá experiencias gratificantes y se sentirá mucho mejor consigo mismo, además de aumentar la resiliencia y añadir el disfrute de la vida en general. Un niño que crece codependiente no podrá ser feliz y lo peor es que la codependencia se aprende en las familias e incluso se puede transmitir de generación en generación. Prevenir la codependencia es la única manera de poder criar a personas independientes y saludables.

Pero la buena noticia es que como la codependencia se puede aprender, también se puede prevenir e incluso aprender otros comportamientos para que no se convierta en un problema social y de autoestima. Pero será necesario antes de nada que admitas que puede que seas codependiente y que eso es lo que le has estado enseñando a tus hijos, a pesar de tus buenas intenciones. No te preocupes, lo que importa es que seas consciente de las estrategias necesarias para mejorar la autoestima y la comunicación en familia.

Síntomas de poca salud emocional

Hay algunos síntomas que merece la pena tener en cuenta para saber si un niño no está creciendo de forma saludable y que está teniendo poca salud emocional:

  • Baja autoestima
  • Pobre concepto de sí mismo
  • Comunicación no asertiva
  • No expresa sus necesidades ni sentimientos
  • No sabe poner límites
  • Poco control de las emociones

Cómo criar hijos emocionalmente sanos

Qué se debe trabajar para ser una familia saludable

Los niños aprenden gracias al ejemplo de los padres por lo que es necesario que tengan un buen ejemplo para comunicar sus necesidades y sus sentimientos. En este sentido es fundamental que los padres tengan en cuenta el cómo se comunican con sus hijos para que ellos puedan formar su identidad y potenciar así una buena autoestima. Existen algunos rasgos de familias saludables que ayudarán a que los niños puedan crecer emocionalmente estables y que se conviertan en adultos independientes y funcionales:

  • Una buena comunicación entre los miembros donde hay una libre expresión de pensamientos, sentimientos y observaciones.
  • Igualdad para todos.
  • Comunicación saludable.
  • Apoyo y equilibrio emocional.
  • Normas y límites coherentes.
  • Resolución de problemas de forma asertiva.

Cosas que se pueden hacer para que los niños crezcan emocionalmente sanos

  • Libertad de expresión. Una de las principales características de una familia saludable es que exista libertad absoluta para expresar los pensamientos y las observaciones. Si un niño quiere decir algo o preguntar cualquier cosa por la que sienta curiosidad, hay que fomentarlo nunca prohibirlo.
  • Enseñar respeto. Mostrar respeto es enseñarlo, por eso es necesario que como padres respetes lo que tu dijo dice o piensa. No tienes que estar de acuerdo en todo lo que dicen, pero si les escuchas y les comprendes estarás mostrando tu respeto hacia ellos. Si tratas a tus hijos con respeto, ellos  tratarán con respeto a los demás.
  • No les critiques porque les destruirás la autoestima. Es mejor que elogies el buen comportamiento, que establezca límites y que expliques las consecuencias negativas del comportamiento sin insultar, sin criticar y sin amenazar. Por ejemplo puedes decirle algo como: «No me gusta cuando nos haces esperar a todos antes de salir de casa» en lugar de «Eres un egoísta y un lento por hacernos esperar».
  • Acepta sus sentimientos. Deja que tus hijos expresen sus sentimientos libremente: la ira, el enfado, la tristeza o la emoción. No les enseñes a reprimir sus sentimientos porque podría ser un gran problema cuando se convierta en adulto.
  • Deja que tomen sus decisiones. Si permites a tus hijos que tomen sus decisiones con la edad apropiada, les estarás enseñando responsabilidad e independencia. Necesitarán tu ayuda en muchas ocasiones, pero dándoles alternativas les estarás ayudando a entender que ellos también son capaces de tomar decisiones acertadas. Esto también les ayudará a aprender de sus propios errores.

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