5 claves para educar niños más felices
Los niños felices serán adultos exitosos
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La salud emocional en la infancia es la clave para la felicidad futura, si esto lo tienen presente los padres durante toda la infancia de sus hijos, sin duda tendrán niños felices en todas las etapas de su desarrollo. Una buena salud emocional significa que los padres tengan en cuenta las emociones de sus hijos en todo momento, que sepan atenderles cuando se sientan frustrados o que les ayuden a que entiendan lo que les ocurre.
Para que los niños tengan una buena salud emocional no hay que darles todo hecho para que estén siempre contentos, ni mucho menos. Una buena salud emocional significa entender las emociones de uno mismo y las de los demás, y aprender a manejarlas para que la vida esté bien equilibrada. Además, es necesario tener en cuenta algunas claves que ayudarán a que los niños sean más felices.
Las claves para conseguir la felicidad de nuestros hijos
1. Buscar tu equilibrio emocional
Si realmente quieres que tus hijos estén estables emocionalmente, entonces es necesario que tú estés bien emocionalmente. Los padres tienen la responsabilidad de cuidarse a sí mismos tanto física como emocionalmente, sólo de esta manera podrán tener la capacidad, la energía y la vitalidad suficientes para cuidar a sus hijos de una forma equilibrada.
Es necesario tener en cuenta que si existe un vínculo negativo entre las madres o los padres con sus hijos porque se sienten deprimidos o con mal humor, puede haber resultados negativos en los niños, dando lugar a problemas de comportamiento y además, existiría una crianza menos eficaz.
2. Enseñar a que los niños construyan buenas relaciones
Para que los niños sean felices deberán aprender a tener buenas relaciones consigo mismos y con los demás. Los padres deben valorar realmente cuánto tiempo pasan con sus hijos enseñándoles a relacionarse con los demás, es necesario ayudarles a construir buenas habilidades sociales. Para conseguirlo, es necesario animar a los niños a realizar actos de bondad para poder construir la empatía.
3. Potenciar el esfuerzo pero no la perfección
Para que los niños aprendan que el esfuerzo junto con la motivación es lo que realmente les ayudará a conseguir grandes cosas en la vida, deberán entender que la perfección no existe. Son los errores los verdaderos maestros y los que nos ayudan a entender el camino. Por eso, los padres deberán alabar el esfuerzo. Los padres que ponen demasiado énfasis en el logro o en la perfección, estarán criando a niños con altos niveles de depresión y ansiedad.
La mayoría de los niños que son elogiados por su inteligencia escogerán el rompecabezas más fácil para no arriesgarse a cometer un error y perder su condición de ‘inteligente’. Por otro lado, más del 90% de los niños que son animados únicamente a realizar el rompecabezas, son capaces de escoger uno más difícil. Cuando los padres alabamos a los niños por el esfuerzo y el trabajo realizado ellos querrán mantener su participación en el proceso, no se desviarán de la tarea de aprendizaje y encontrarán su propia motivación.
4. Enseñar el lado bueno de las cosas
Los niños de forma natural tienden a interpretar el mundo con optimismo, ¿por qué vetar esa capacidad a medida que crecen? El optimismo está estrechamente relacionado con la felicidad y por eso es necesario enseñar a los niños a ver siempre el vaso medio lleno. Los niños que son capaces de ver el lado bueno de las cosas tendrán más éxito en la escuela y el trabajo cuando sean adultos, vivirán más tiempo, estarán más satisfechos/as con sus relaciones interpersonales, la depresión o la ansiedad sólo la conocerán por lo que leen o les cuentan, etc.
5. Enseñar inteligencia emocional
La inteligencia emocional es una habilidad, pero no es un rasgo innato. Los niños no saben comprender sus emociones de forma natural, ni tampoco las de los demás. Por eso, será necesario que los padres les ayuden en este proceso para que sean capaces de aprender a entender sus emociones y a poner palabras a sus sentimientos. Una buena comunicación y una relación estrecha y sana con los padres es esencial.
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