La carga mental de las madres es demasiado grande
Libera tu carga mental para ser una madre más feliz
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No podemos negar que hoy en día la crianza de los hijos ha cambiado respecto a décadas anteriores. Hasta no hace tanto la sociedad dejaba claro que la mujer debía anularse como persona en cuanto se convertía en madre y que tendría que vivir por y para su casa y su pareja. No podría desarrollarse profesionalmente porque su deber era criar de los hijos, cuidar de su marido y tener la casa impecable en todo momento.
Afortunadamente esto es cosa del pasado y en la actualidad, el cuidado de los hijos es compartido con la pareja y cada vez más se puede ver como padre y madre se reparten las responsabilidades para criar a unos niños equilibrados… porque la realidad es que los niños necesitan tanto a su madre como a su padre (recordamos que las familias pueden ser de muchas formas por lo que también necesitan a su padre y padre, o a su madre y madre, o a solo su padre o a solo su madre) para tener un buen desarrollo físico y mental.
La carga mental sigue siendo demasiado elevada
Ya quedó atrás la época en que el hombre llegaba a casa y se sentaba en el sofá a esperar la cena mientras la mujer se encargaba de todo y de todos. Aunque a pesar de que los padres se involucran más y las mujeres además de la casa, los niños, la compra… también pueden tener el derecho a trabajar si así lo desean, siguen sintiendo gran carga sobre ellas cada día.
Las madres tienen un trabajo invisible que nadie ve pero que ellas hacen cada día, sin importar el cansancio. Actualmente a una mujer se le exige mucho porque se espera que trabaje como si no fuese madre y que críe a sus hijos como si no trabajase… ¡pero tiene que hacer las dos cosas al mismo tiempo! Ha llegado el momento en que las madres echemos el freno de mano y comencemos a gritar que somos capaces pero que nadie nos debe presionar ni para conseguir nuestras metas ni para criar a los hijos. Nosotras sabemos lo que queremos, cómo lo queremos y que debemos hacer para conseguirlo.
Cuanto más tienen que hacer menos satisfechas se sienten
Las mujeres sienten que ellas tienen la responsabilidad de la organización del hogar, ellas son las que llevan la voz cantante en el hogar. Son las jefas del equipo y las necesitan en casa para que todo funcione. Además, también son las encargadas de cuidar la salud emocional de los hijos porque no todos los padres se sienten capaces de hacerlo. ¿Y qué pasa con el cole? Aún son pocos los hombres que acuden a la escuela a las reuniones, a recoger las notas o que se involucran en la vida escolar de sus descendientes… Si te fijas, siguen siendo en su mayoría, las madres las que más se involucran.
Existen estudios que dejan claro que las mujeres cuanto más tienen que hacer en su día, menos satisfechas se sienten con la vida en general… ¡porque no tienen tiempo para ellas! Sienten un vacío dentro aunque no paren de hacer cosas durante 24 horas. Esa sensación de vacío viene causado por toda la carga, el estrés y la ansiedad que genera ser la responsable número 1 de TODO: el médico, las cosas que hacer en casa, la escuela de los niños, el trabajo, las facturas por pagar, las compras por hacer, las rutinas de los niños, las clases extraescolares, la limpieza del hogar… Son tantas cosas las que se piensan que el cerebro se siente que va a estallar algunas veces.
Libera tu carga mental para ser una madre FELIZ
Recuerda que en casa eres madre de tus hijos, pero tu pareja tiene tu mismo rol. Evita situaciones en las que se genere resentimiento y habla con tu pareja antes de que sea demasiado tarde. Haced un cuadro de tareas que sea equitativo para ambos y que se tengan en cuenta las necesidades del hogar. No te lo cargues tú todo, no tienes que hacerlo. Delega responsabilidades.
Una vez que tengas esto en cuenta, deberás encontrar tiempo para ti, para tu disfrute, para cuidarte. Haz cosas que te gusten, que te relajen y con las que puedas liberar tu estrés. Recuerda que la salud mental y emocional está estrechamente vinculada con tu salud física, así que si quieres estar bien por fuera, ¡también deberás estar bien por dentro! Tu salud afecta directamente a tus hijos.
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